La Santa nos va a hablar en esta Morada de movernos, de desplazarnos, de no quedarnos estancados en un punto del camino, de no buscar nuestra seguridad, sino ponernos en marcha hacia Él.
“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio” Charles Darwin
En estas terceras moradas, el alma ha pasado la prueba del enemigo, pero hay que sostener la prueba del amigo. Si no escuchamos la voz de Dios corremos peligro de estabilizarnos. Caer en actitudes externas, sin que cambie nada. Será una prueba de fuego escuchar al amigo en la sequedad.
La oración no da esta clase de seguridad, no apuntala la vida en la tranquilidad que da la ausencia de dificultades… ¿Qué clase de seguridad es la que se gesta en la oración? ¿Qué buscamos en la oración?
La Santa dice que sólo puede presumir de la misericordia de Dios (1, 3) Bien sabe su Majestad que sólo puedo presumir de su misericordia.
La Santa nos presenta quién es el alma que entra en estas moradas, ella las denomina almas concertadas. Y cita el evangelio del joven rico: Mt 19, 16-22. Desde que comencé a hablar en estas moradas le traigo delante.
Dice la Santa que hay personas que tienen en orden la vida, hacen lo mandado. Cumplen, obedecen, llevan las cuentas al día, se saben la lección, hacen lo correcto. Se quedan en sus obrillas 1, 6. Se salvarán… pero, se pierden la vida.
También sucede que hay personas que son desechadas por los demás, despreciadas, proscritas, malvistas, ridiculizadas, con mala fama… y su alma está intacta… limpia, luminosa. En la oración buscamos entrar en el juicio y la mirada de Dios, ponernos las gafas de Dios. No tener miedo a pedirle que nos ilumine y nos muestre la verdad de nosotros mismos. Atrévete a pedírselo ahora mismo…
o Fantine es el ángel de Los miserables. Su historia es la de aquellas personas que no brillan, y sin embargo resplandecen a los ojos de Dios, pero nadie lo sabrá en esta vida.
ARMAS y DESARME
REGALO, DON
Comentarios
Gracias por los tres audios que has bajado, ya estoy deseando escuchar el cuarto,