Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Muy profundo. La voz femenina genial. Gran poema
Interesante.
Muy bueno, y la voz cálidad
Muy cierto buen amigo.
Hemos pasado de los campos donde una flor recogía bellos ramilletes de cuerpos humanos al floreciente cadáver de hoy... Todo para buscar el shock poético, la belleza en lugares insospechados e inhospitos. Conseguir conectar con esa macabra curiosidad q subyace bajo la repulsión inicial a los muertos. Somos humanos y nada de lo humano acaba por resultarnos ajeno. Me pregunto por qué el autor no recurrió a lo emocional, narrando desde el punto de vista de un ser querido para justificar y potenciar esa belleza injustificable, pero si el lector es soberano en sus opiniones el escritor es dictador de su obra y en lo más incomprensible de sus decisiones conocemos verdaderamente al autor. Un abrazo