Albert Rivera ha hablado: Ciudadanos trabajará en paralelo en dos vías: consensuar una hoja de ruta reformista con el PSOE e intentar que, si ese pacto PSOE-Ciudadanos se produce, el PP acepte abstenerse para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Y el PP debe aceptarlo porque pensar que quien te escucha es mucho más idiota que tú, siempre es una hipoteca. Esto le ha pasado al PP con los españoles. La hipoteca que debe pagar ahora el Partido Popular se concreta en la obligación de abstenerse para permitir un gobierno del PSOE con Ciudadanos. ¿Por qué? Porque Podemos, es decir, los tigres tamiles, están más cerca que nunca de llegar al Gobierno, con el peligro que ello supone para la democracia occidental tal y como la conocemos, nuestra sagrada libertad de expresión y su más preciada variante, la libertad de mentir que tanto nos ha costado consolidar.
De hecho, según el CIS, si las elecciones se repiten, estará todavía más cerca, llegando a superar al Partido Socialista. ¿Y qué más da, si en democracia hay que respetar lo que la gente vota?, dirán. Pues no, porque cuando se trata de Podemos se aplica la máxima caraqueña según la cual la gente vota, pero no piensa.
¿Qué va a hacer el Partido Popular ahora? Ese partido que lleva meses advirtiendo que Podemos llega para secuestrar la democracia, para romper España y acabar con la libertad de expresión. Lo más lógico, si todo eso es cierto, es que el Partido Popular permita un gobierno de paja encabezado por Pedro Sánchez. Si se creen lo que dicen y tan preocupados están por España, el PP tiene que impedir, sea como sea, que Podemos llegue al poder, aunque para eso sea necesario permitir la investidura de Pedro Sánchez Ciudadanos mediante. Si teniendo la oportunidad de evitarlo el PP permite que Podemos gobierne, o todo era un teatro o poco le importa la ruptura de España, la libertad de expresión y el secuestro de la democracia.
Al final va a resultar que Podemos es malo pero no tanto. Como Irán, que es malo cuando contrata a Pablo Iglesias en su canal diplomático, pero es bueno cuando financia una refinería en Algeciras. O como Venezuela, cuyo dinero es malo cuando va a parar a Monedero, pero es bueno cuando se destina a comprarnos las armas con las que reprimen a los manifestantes, por los que más tarde nos rasgamos las vestiduras. Son los peligros de la sobreactuación.
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