El Barroco fue un estilo arquitectónico y de las artes plásticas que se caracterizaba por su contraposición al clasicismo, la complejidad y el dinamismo en las formas y la riqueza en la ornamentación.
Todo cuanto podía ser, no ya “decorado” sino utilizado para el conjunto de la obra, era empleado. Cualquier capitel de columna, cualquier pincelada de ese negro profundo del claroscuro, era fundamental.
Muy posiblemente, cualquier persona a la que no le guste o simplemente desconozca el barroco pensará que las cosas se pueden hacer más simples, que no es necesario tanto adorno ni tanta ornamentación. Probablemente sea así, pero los detalles no recargan, sino que profundizan en el sentido de lo que se quiere plasmar.
Estas visiones sobre lo recargado no aparecieron ni murieron con el barroco. Las podemos encontrar en muchos ámbitos hoy en día, uno de ellos, como no, el fútbol. Siempre que contemplo una obra de Caravaggio, como por ejemplo “La vocación de San Mateo” me encuentro con un detalle nuevo, algo en lo que no había reparado y que enriquece de sobremanera lo expuesto y magnifica al autor. Exactamente lo mismo me ocurre cuando veo jugar a Thiago Alcántara. Sus movimientos, su depuradísima técnica, su forma de entender este deporte me mantienen pegado al televisor esperando ávido a que la pelota le vuelva a llegar, para ver si me puede dar sólo un poco más.
Hoy en la Locura de Bielsa, artistas geniales, hoy, Thiago Alcántara.
La música pertenece a Early Hours, podéis encontrarlos en https://soundcloud.com/earlyhours
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Comentarios
graciñas x l podcast! Thiago es grandérrimo, un gustazo pa'l intelecto verlo crear... da igual lo q opine l resto dl mundo by the way, una pena q seas dl madrid jejeje... i'm kidding graciñas d nuevo:)