El Coaching lleva apenas unas décadas en el mundo, y sin embargo ya lo aplican muchos profesionales. La esencia de esta metodología, que se aleja totalmente de dar consejos o de curar una enfermedad o arreglar un problema, parte de la base de que cada persona es la más adecuada para decidir su propia vida, pues lo mejor de la persona está dentro de cada uno, y el coach “solamente” ayuda a descubrirlo, y genera preguntas o contextos que faciliten que florezca.
Ya el filósofo griego Sócrates inició lo que él llamaba “mayeútica“, y que precisamente significa “dar a luz“. Igual que la madre de Sócrates se dedicaba profesionalmente a ayudar a las madres a dar a luz a sus hijos, Sócrates percibió que el mundo estaba lleno de sofistas (personas que se llamaban a sí mismas sabias) y que era importante ayudarles a darse cuenta de que no sabían tanto, y así ayudarles a dar a luz nuevas perspectivas, para que pasasen de ser sofistas a ser filósofos (amantes de la sabiduría).
En este sentido, el Coach es como Sócrates, que se pone delante de su cliente con la apertura, flexibilidad, inocencia y curiosidad de un niño, y exclama: “sólo sé que no sé nada”. El Coach lo único que sabe es que dentro de su cliente están todas las respuestas, y con la curiosidad de sus preguntas, y la creatividad de su creación de contextos nuevos que ayuden a salir de la zona de confort y ver la realidad desde otra perspectiva, facilita el camino a su coachee para que tome más consciencia de sus creencias limitantes, su motivación interna y su situación presente, para que pueda alcanzar sus propios objetivos y adquiera técnicas y herramientas que le permitan seguir encontrando recursos de forma autónoma para afrontar nuevos retos, cambios o circunstancias de su vida.
El coaching nace en Estados Unidos en el mundo del deporte, y del deporte salta a la empresa, porque empiezan a darse cuenta de que trabajar la mente ayuda al cuerpo, y cambiar el lenguaje y el pensamiento (Programación Neurolingüística) puede ser muy útil para transformar nuestros estados de ánimo e incluso las circunstancias. También hay muchos estudios y experiencia de años que demuestran que el crecimiento personal tiene un alto impacto en el desarrollo profesional, y que en el rendimiento de las empresas, el 90% tiene que ver con la actitud, y sólo el 10% con las aptitudes.
Hoy en día el Coaching se ha trasladado a todas las áreas. Y existe coaching personal, educativo, ejecutivo… También, además del coaching individual, se hacen cursos grupales en los que se desarrollan dinámicas participativas y transformadoras, para organizaciones, familias, estudiantes, etc.
El coaching se ha extendido tanto, que también en el sector educativo se está incorporando cada vez más. Lo cual me hace pararme a pensar que si en un futuro el coaching se ha integrado en el sistema educativo, nadie necesitará coaches de adulto, pues ya en su infancia habrá tenido aquello que el coaching aporta. Nuestras generaciones adultas nacieron en una sociedad en la que no había educación para las emociones, no se hablaba de otra inteligencia que la lógico-formal, y la memoria se valoraba muy por encima de la imaginación.
El otro día tuve en mis manos un diccionario de la RAE (Real Academia de la Lengua Española) de los años 80 en el que la palabra autoestima, por poner un ejemplo, no existía. Las palabras, como hemos dicho otras veces, constituyen en gran parte nuestro pensamiento, y los niños de hoy tienen palabras nuevas como resiliencia, inteligencia emocional o autoestima, que afectarán seguramente en su concepción del mundo, de las relaciones personales y de la vida.
Cada día son más los colegios que están integrando en su sistema educativo asignaturas, enfoques pedagógicos, técnicas… vinculadas al pensamiento que subyace en el coaching. El coaching y todas las demás metodologías que están trabajando en la misma línea pueden aportar al método tradicional de la educación aspectos como éstos:
Identificar el talento específico de cada alumno, y poner foco en desarrollar su potencial único
Hacer foco en la actitud, y no sólo en las aptitudes
Estimular al alumno mediante preguntas, creación de contextos y recursos materiales, para que tenga una mayor proactividad
Trabajar en la superación de creencias limitantes (pensamientos o etiquetas que limitan el desarrollo del niño)
Fomentar las creencias potenciadoras (pensamientos positivos que ayuden al niño a estimular su crecimiento personal y su mejora académica)
Promover el trabajo en equipo y la riqueza de la diversidad
Impulsar la creatividad de los niños mediante ejercicios y, sobre todo, generando espacios tolerantes al error
Implicar más al alumno en los procesos de aprendizaje, ayudándole a asumir cada vez una mayor responsabilidad
Estos puntos son reflexiones de cosecha propia, pero recogen el espíritu de los nuevos enfoques pedagógicos que están cada vez más integrados en las aulas, aunque creo que queda mucho trabajo por hacer. Aún hay miedo, resistencia y burocracia de todo tipo de por medio que suponen un verdadero reto en el avance hacia un nuevo paradigma educativo.
“Conoce todas las teorías, domina todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sé simplemente otra alma humana” Jung
Es complejo encontrar un equilibrio entre las aportaciones de la tradicional escuela y los avances de los enfoques más modernos, pero es necesario que pongamos todo el empeño en encontrarlo, para que los niños, tan sensibles a nuestras elecciones y tan claves en nuestro futuro, no sólo no salgan perjudicados, sino que salgan ganando y sean siempre los protagonistas de nuestro trabajo y estudios al respecto.
Comentarios
Virginia, gracias por tu comentario! Me alegra que te haya aportado valor ni que sea con el orden y la forma de exponerlo! ;) un abrazo!
Beatriz. Muchas gracias por ordenarme las ideas porque, a pesar de no decir nada que yo no supiese ya, nos lo das tan trabajado, que sólo nos queda decir. .. AMEN! ;)