No tengo consejo alguno de perfección para dar al mundo ni solución alguna que traiga alivio inmediato. Si tuviera tal solución, bien podrían desconfiar de mí. No obstante, puedo decir que para los líderes espirituales de la raza ciertas líneas de acción parecen correctas y parecen garantizar actitudes constructivas.
1. Las Naciones Unidas, por medio de su Asamblea, Consejo y Comités de Seguridad, debe ser apoyada; todavía no hay otra organización a la que el hombre pueda recurrir esperanzadamente. Por lo tanto, él debe apoyar a las Naciones Unidas pero, al mismo tiempo, hacer conocer a este grupo de líderes mundiales lo que se necesita.
2. El público en general, en cada nación, debe ser educado en rectas relaciones humanas. Sobre todo, debe enseñarse a los niños y a los jóvenes buena voluntad hacia todos los hombres en todas partes, independientemente de raza o credo.
3. Se debe dar tiempo para los ajustes necesarios y la humanidad debe aprender a ser inteligentemente paciente; la humanidad debe enfrentar con valor y optimismo el lento proceso de construir la nueva civilización.
4. Se debe desarrollar en cada país una opinión pública inteligente y coopera-dora, y hacerlo constituye un muy importante deber espiritual. Requerirá mucho tiempo, pero si los hombres de buena voluntad y si las personas espirituales del mundo se vuelven genuinamente activos, puede hacerse en veinticinco años.[Escrito en Diciembre de 1946]
5. El consejo económico mundial (o cualquiera sea el cuerpo que represente los recursos del mundo) debe liberarse de la política fraudulenta, de la in-fluencia capitalista y su tortuosa maquinación; debe liberar los recursos de la tierra para uso de la humanidad. Será una tarea larga, pero será posible cuando se aprecie mejor la necesidad del mundo. Una opinión pública iluminada hará prácticas y posibles las decisiones del consejo económico. Se debe enseñar compartición y cooperación en vez de codicia y competencia.
6. Debe haber libertad para viajar por todas partes, en cualquier dirección y en cualquier país; mediante estas libres relaciones, los miembros y ramas de la familia humana pueden llegar a conocerse mutuamente y a apreciarse mutuamente; los pasaportes y las visas deben abandonarse porque son símbolos de la gran herejía de la separatividad.
7. Los hombres de buena voluntad en todas partes deben movilizarse y ponerse a trabajar; el porvenir de la humanidad depende de sus esfuerzos; existen millones de ellos en todas partes y —una vez
organizados y movilizados— representan un vasto sector del público pensante.
Por medio del constante, consistente y organizado trabajo de los hombres de buena voluntad en todo el mundo, se producirá la unidad mundial. En la actualidad, esos hombres sólo están en proceso de organizarse y tienden a sentir que el trabajo a realizar es tan tremendo y las fuerzas alineadas en su contra tan grandes que sus —en la actualidad— aislados esfuerzos son inútiles para derribar las barreras de codicia y odio con las cuales se enfrentan. Se dan cuenta de que, hasta ahora, no existe difusión sistematizada del principio de buena voluntad que contiene la solución al problema del mundo; no tienen, hasta ahora, idea alguna de la fuerza numérica de aquellos que piensan como ellos. Se hacen las mismas preguntas que agitan las mentes de los hombres en todas partes: ¿Cómo se puede restablecer el orden? ¿Cómo puede haber distribución justa de los recursos mundiales? ¿Cómo pueden las Cuatro Libertades volverse factuales y no sólo bellos sueños? ¿Cómo se puede resucitar la verdadera religión y los caminos del verdadero vivir espiritual gobernar los corazones de los hombres? ¿Cómo se puede establecer una verdadera prosperidad que será el resultado de la unidad, la paz y la abundancia?
Hay sólo un camino verdadero y hay indicios de que es un camino hacia el cual se están orientando muchos millones de personas. Unidad y rectas relaciones humanas —individuales, comunales, nacionales e internacionales— pueden ocasionarse por la acción unida de los hombres y mujeres de buena voluntad en cada país.
[Bibliografía: Los Problemas de la Humanidad (edición completa en español 2014 –SIETE capítulos) del libro original de Alice A. Bailey de 1947, editado por Fundación Lucis)]. www.lucis.org
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25.02.2021
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