El Tercer Planeta Nº 365. Conciencia planetaria. (10/05/2019)

Bienvenidos al 356º programa de EL TERCER PLANETA conducido por Julio A. Guerrieri y Sergio O. Rubinetti ... y gracias por estar.
Uno de los grandes éxitos de las películas, por ahora de ciencia ficción, de tono catástrofe tiene que ver con la posibilidad del impacto de un gran meteorito contra la Tierra. Es una idea cautivante que pone a prueba el ingenio y la inteligencia de los protagonistas donde el director casi siempre da término a su obra con una sobrevivencia y un futuro esperanzador para el género humano. ¿Pero esto es realmente así? Hace cuatro mil millones de años nuestro sistema solar era muy distinto al actual. No solo los planetas estaban en otras orbitas, sino que el espacio interplanetario estaba repleto de escombros de enormes tamaños. Todos los días caía sobre la joven Tierra una tempestad de rocas espaciales que tornaban un verdadero infierno de fuego, ácido y temperatura. Parece increíble que la vida haya evolucionado de ese verdadero caos. En la actualidad las cosas cambiaron. Los cielos pueden verse transparentes. Podemos ver a las estrellas. Sin embargo, aún existen miles de cuerpos que han quedado sin caer sobre los planetas que se han ido acomodando de una manera u otra en distintas órbitas alrededor del Sol. Pero esas órbitas sufren perturbaciones planetarias que los llevan muy cerca de ellos y a veces caen produciendo grandes devastaciones. La Tierra sufrió cinco extinciones principales a lo largo de su historia. La mayoría de ellas por la caída de asteroides. En el último siglo y medio varios cuerpos de distintos tamaños cayeron sobre nuestro planeta que provocaron desde la rotura de vidrios hasta la destrucción completa de bosques. El peligro existe. Llegará el día en el que un cuerpo de gran tamaño se acerque a la Tierra en dirección de impacto. No es sencillo detenerlo, detonarlo o desviarlo. La ciencia se pondrá a máxima prueba. El homo sapiens se jugará nada menos que su propia existencia. Toda la historia humana podría ser borrada en menos de un segundo de tiempo. Las naciones deben acordar sus intenciones de sobrevivir. Los gobiernos deben despojarse de sus ambiciones propias. Sólo así podremos afrontar los peligros del espacio. Tenemos por delante el desafío de formar una conciencia planetaria.