El Tercer Planeta Nº 240 - El Albor de la Humanidad. (04/12/2015).

Por: Günter Haaf, adaptación de Julio A. Guerrieri
“¡Lo encontramos!, ¡lo encontramos!” gritó Donald Johanson a sus compañeros de expedición aquel 24 de noviembre de 1974, cuando volvía al campamento de su primera excursión a un lugar cerca del río Awash donde esperaba encontrar fósiles. “¡No lo van a poder creer! ¡Un esqueleto de homínido tirado en el suelo esperando a que lo recojamos!”
El descubrimiento de Johanson fue para los paleoantropólogos lo mismo que para los arqueólogos el descubrimiento de la tumba intacta de Tutankamón. El equipo de antropólogos encontró un total de 16 individuos entre hombres, mujeres y niños. Parece que hace unos 3 millones de años un grupo de seres humanos primitivos fue sorprendido y se ahogó en por una avenida repentina de agua en el lecho de un río. La fosa primitiva histórica permitió sacar más conclusiones sobre el aspecto y la vida de los miembros más primitivos de la familia humana que todos los hallazgos de millones de años anteriores juntos. Había unos de los esqueletos que estaba mejor conservado en un 40 % de los huesos. Lo llamaron “Lucy” en honor a la canción de los Beatles “Lucy in the sky with diamonds” que en esos momentos estaba sonando en el grabador del campamento. En el momento de su muerte, Lucy era una hembra adulta que con toda seguridad caminaba erguida, no llegaba a 1.2 metros de altura y padecía de artritis. En proporción a sus piernas, sus brazos eran un poco más largos que los de los hombres actuales, pero no tanto como los de los monos antropoides. La mano, esa herramienta todo uso humana, se parecía mucho a la de los hombres modernos; el pulgar incluso estaba opuesto al índice, lo que permitía realizar maniobras de precisión. Es probable que Lucy y sus contemporáneos comieran carne además de los vegetales y semillas recolectadas. Es probable que cazaran en grupo con piedras y palos encontrados sin fabricar. Pero el descubrimiento más importante que realizó Johanson fue el conocer que estos seres convivían y formaban familias de hombres, mujeres e hijos, una condición específicamente humana.
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