El Tercer Planeta Nº 221 - Peligro en casa. (03/07/2015).

El deterioro es inevitable. El Cambio Climático Global, (CCG), está en marcha. Y esta marcha es incontenible. Cada año sus consecuencias aumentan provocando preocupación a la población mundial en mayor medida que a los gobiernos de las naciones. Desde el comienzo de la Era Industrial hace 250 años, se han lanzado a la atmósfera los gases de combustibles fósiles sin ningún reparo en el medioambiente. Las largas columnas de humo lanzadas por millones de chimeneas en todos los países durante siglos no se dispersaron sin dejar su huella marcada para siempre. El dióxido de carbono es un gas con propiedades interesantes. Se lo llama de tipo invernadero. Permite que la luz visible lo atraviese, pero es opaco a los rayos infrarrojos. De esta manera, la luz del Sol calienta la superficie de la Tierra y entibia los mares reflejando el calor hacia el espacio. Pero al encontrarse con una capa excesiva de este gas el calor es devuelto a la superficie repitiendo el ciclo una y otra vez provocando el inevitable aumento de la temperatura atmosférica. Esto ha ocurrido desde la formación de la Tierra, cuando los cielos se hicieron transparentes. Y el dióxido de carbono en necesario para evitar que el planeta se congele. El problema se produce cuando el Ser Humano emite una incontenible cantidad de gas invernadero sin medir sus consecuencias. La civilización ha estado calentando el planeta sin freno y ahora ya es bastante tarde para corregir el error. Y aquí en medio de la crisis está la palabra de los científicos. La Ciencia trata de realizar un diagnóstico lo más certero posible pero se enfrenta a un escenario único y sin antecedentes conocidos: es la primera vez que nos pasa y como toda primera vez estamos nerviosos y con temor a cometer más errores. Pero lo peor viene con el pronóstico: sabemos que los océanos se ven afectados. El derretimiento de los Polos ya es un hecho. El calentamiento de los mares traerá nuevos é imprevistos climas sobre los continentes. El océano inundará las principales ciudades del mundo. Zonas fértiles serán páramos y los cultivos comenzarán a escasear. Y lo más tormentoso serán los efectos imprevisibles con fenómenos desconocidos y nunca vistos que irán apareciendo de aquí en más.
Sólo los gobiernos de las naciones serán los responsables del destino humano.

Por: Julio A. Guerrieri

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