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Comentarios
Yo soy del club del The binding of Isaac. Lo descubrí en 2014 con el psn plus y porque tampoco había buen catálogo de juegos y tengo logros sacados hasta 2021 (platino incluido, claro). Aunque hay que refrescar automatismos tras algún parón, siempre merece la pena volver. Respecto al WOW, poco me sorprende lo que me contáis. Yo jugué al Warcraft II, nunca al WOW, pero mi mujer (extesteadora de videojuegos) malgastó tiempo todo el del mundo (antes de conocernos por suerte) y me ha contado historias truculentas de nivel legendario (parejas que sólo se hablaban a través del chat siendo convivientes, divorcios por alguien de la guil, viajes desde Bilbao a Cádiz haciendo autostop, durmiendo en la calle o sofás que te dejan, para sorprender a la que esperan que sea la mujer de su vida, y recibirte la chica junto con el novio desde hace más de 5 años...). Y eso sin mencionar el horario de oficina y las broncas por no seguir al pie de la letra las instrucciones... Gran programa y disfrutad de las vacaciones.
Mi viciada al WOW fue monumental. 3 meses. Me pillé, con 18 años, en junio al acabar bachiller la Battle Chest con el juego base, las dos primeras expansiones y dos meses gratis si pagabas el primero. Era echarle al juego con los amigos 12 horas al día mínimas, y el rato de descanso preparar el carnet de conducir y quedar con los mismos amigos con los que estaba jugando para beber cerveza, comer doritos y hablar del WOW antes de volver a casa a seguir el vicio. El día que más pronto nos íbamos a dormir era el miércoles, porque nos echaba el servidor a las 3 de la mañana por mantenimiento... Eso sí, en septiembre de ese 2008 que empezaban las clases se acabó, y salvo alguna semana que me han regalado para que volviera, no he vuelto a jugar. Y ya no me enganchaba como antes.
Darle al del surfero que es la hostia con un cóctel en la playita y a viciar