1 Pedro 5:10 “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” Aquí Dios nos devela uno de los diseños más básicos de su palabra; debemos padecer el precio que conlleva seguirlo a Él, si queremos obtener las promesas que nos ha dejado escritas en Su Palabra. Así como Yeshua pago el precio más alto (la vida), para redimirnos y ser glorificado; así mismo nosotros debemos pagar el precio de permitir que talle nuestro carácter para poder heredar las bendiciones que tiene para nosotros.
Hay cuatro fases ineludibles por las que debemos pasar cuando decidimos seguir al Señor; perfeccionamiento, afirmación, fortalecimiento y establecimiento. Ese diseño de padecimiento temporal en cada una de las pruebas que tallan nuestro carácter, viene con el propósito de madurar nuestro carácter de manera progresiva y gradual; con la finalidad de llevarnos a la estatura, es decir el carácter, del varón perfecto (Yeshua).
Efesios 4:13-14 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” En este caminar con Yeshua, nos expone a diversas circunstancias, las cuales al nosotros superarlas, podremos usarlas para bendecir a otros que pasen por situaciones similares. Siempre el propósito será bendecir con nuestra experiencia a otros que no hayan pasado por ello aun.
Nuestro reposo, serenidad, paz, consolidación van de la mano de Yeshua; una vez conscientes de que Él está en nosotros, dejaremos de ser personas con caracteres fluctuantes. Allí podremos decir si Yeshua está con nosotros, nadie podrá en contra.
Filipenses 4:12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” Muchas personas realmente no han pasado necesidad, sin embargo, la queja es constante en sus vidas; no podremos avanzar si estamos estancados en una emoción de pesar y de víctima. Debemos esforzarnos en cada una de las pruebas por más difíciles que puedan ser para poder obtener el carácter maduro y fortalecido que necesitamos para pasar a los próximos niveles de bendición que Él tiene para nosotros.
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