Un amor completo, sano y gratifican te, que nos acerque más a la tranquilidad que al sufrimiento, requiere de la unión de tres factores: deseo (eros), amistad (philia) y ternura (ágape).
Eros.- Es deseo sexual, posesión, enamoramiento, amor pasional. Lo más importante es el YO que anhela, que apetece, que exige. La otra, persona, el TÚ. no alcanza a ser sujeto. Es la faceta egoísta y concupiscente del amor: "Te quiero poseer". "Quiero que seas mía", "Te quiero para mi", Eros es conflictivo y dual por naturaleza, nos eleva al cielo y nos baja al infierno en un instante. Es el amor que duele, el que se relaciona con la locura y la incapacidad de controlarse.
Philia.- Es la amistad, en nuestro caso "amistad de pareja", el llamado "amor conyugal" o la amistad marital. La philia trasciende el YO para integrar al otro como sujeto: YO y TÚ, aunque el YO sigue por delante. A pesar del avance, en philia, la benevolencia no es total porque la amistad todavía es una forma de amarse a sí mismo a través de los amigos. La emoción central no es el placer como deseo acaparador, sino la alegría de los que comparten: la reciprocidad, pasada bien, estar tranquilos.
Ágape.- Es el amor desinteresado, la ternura, la delicadeza, la no violencia. No es el YO erótico que arrasa con todo, ni el YO Y TÚ del amor amistoso, sino el amor: de entrega: el TÚ puro y descarnado. Es la dimensión más limpia del amor, es la benevolencia sin contaminaciones egoístas.
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