Ni mucho ni poco, o amas o no amas

Cuando nos quedamos sólo con lo superficial y aparente, con la percepción sensoria, se busca sobre todo el control personal sobre la propia vida y eso es una ilusión, no una realidad. No tienes ni idea de como va a ser nadie, ni nada respecto a ti, antes de conocerlo; luego has de buscar primeramente en ti las ideas que parecen representarse en la relación con el mundo que percibes. Todo te lo encuentras y piensas que has de planificar; todo viene de forma natural y crees que tienes que controlar. Sencillamente, hay que detener esa tendencia de pensamiento para poder ser justo y ecuánime, y perdonar y confiar y estar en paz con uno mismo y el mundo, sin distraerse con lo mucho o lo poco, sin sopesar lo mejor o lo peor, e ir y hacer y decir todo aquello que la presente consciencia en paz tenga a bien desplegar.
No se trata de querer a unos y protegerse de otros, ni tampoco de tener algo apetecible sobre el resto de caprichosos juicios establecidos por orden de apetencia; nunca tiene que ver la plenitud con la relación especial, separativa y preferente, sino con la relación plena, santa y liberadora de todo juicio personal proyectado sobre ella. Obvio: si quieres experimentar la completitud del ser no limites, si quieres la verdad no mientas, si quieres ser feliz no te lamentes, si quieres sosiego no busques discordia, si quieres dejar de sufrir ama total e incondicionalmente... no es una cuestión de cantidad la luz de la consciencia sino de comunión con la vida toda aquí y ahora, siempre en el instante que es... o amas o no amas, no hay medias tintas. La tibieza, querer unir lo ilusorio con lo real, es camino de desdicha en nombre de una dicha futura... o despiertas o duermes.... El Amor te traerá sin personal esfuerzo el despertar a la eterna plenitud, el ego (lo personal) te mantendrá esforzándote en sueños de dolorosa separación y muerte. Tú decides si seguir con las creencias que mantienes acerca de ti o ahondar en lo esencial y librarte del fatal influjo de la interesada tibieza del ego.