Es necesario entender que tenemos áreas en las que, una vez que decidimos seguir al Señor, Él nos va a ir tallando. Esas mismas áreas, si no concientizamos el trabajo que Él está haciendo en ellas, serán las causantes del retraso que podamos vivir en recibir nuestra bendición.
Hay áreas en nuestras vidas en las que el Señor quiere trabajarlas, modificarlas; sin embargo, hay otras que sencillamente necesita que las erradiquemos. Si disfrazamos las áreas que necesitamos tratar, lo que estaremos haciendo es atrasar el proceso de tallado y agregando días, meses, y hasta años a nuestro momento de recibir la bendición.
Para correr en el camino que el Señor nos ha colocado, debemos hacer introspección; es el proceso de observar hacia adentro de nosotros mismos, con la finalidad de reflexionar y accionar sobre todo aquello que Él nos revele que está fuera de sus diseños. Es la acción que el individuo hace para hacer consciencia de los patrones propios; de la manera de pensar; de las emociones; entre muchas otras cosas. Debemos tomar consciencia, no solo de cómo estamos actuando, sino más importante aún de las razones o motivaciones por las cuales hacemos las cosas; eso es lo que realmente ve Dios.
Santiago 1 “Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma. No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.”
Tenemos la errónea idea de que mientras más seria y con carácter fuerte es la persona, consideramos que es más recta; sin embargo, en la Palabra de Dios, podemos ver que es todo lo contrario. Para el Señor una persona recta es aquella que manifiesta los frutos el Espíritu Santo, es decir, mansedumbre, templanza, dominio propio, paciencia, benignidad, bondad, amor, tolerancia y paz; la carencia de las mismas, solo denota el nivel de inmadurez espiritual.
Mateo 17:1-2 “Seis días después, Jesús tomó a Pedro y a los dos hermanos, Santiago y Juan, y los llevó a una montaña alta para estar a solas. Mientras los hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó a tal punto que la cara le brillaba como el sol y su ropa se volvió tan blanca como la luz.” ¿Por qué Yeshua no llamo a todos para cuando se iba a transfigurar? Porque El solo muestra su sobrenaturalidad a aquellos que ya tienen su corazón inclinado a la transparencia, integridad, y rectitud ante su Palabra.
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Bendiciones
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