Durante los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, el atleta afroamericano Jesse Owens y el alemán Lutz Long sorprendieron al mundo con una extraordinaria amistad. En la final de salto de longitud se enfrentaban Owens, un atleta afroamericano que se convertiría en el héroe de los juegos al ganar cuatro medallas de oro, y Long, el atleta favorito de Hitler. Todo parecía que les enfrentaba y sin embargo su gesto , su abrazo, conmovió al mundo. Menos a Hitler y a los suyos que lo vieron como un desafío.
Jesse Owens provenía de una familia pobre y se vio obligado a trabajar desde los seis años junto a sus hermanos recogiendo algodón, mientras sus hermanas se encargaban de la casa. Owens y su familia huyeron del sur y se mudaron a Cleveland, donde confiaban encontrar mejores condiciones de vida gracias al desarrollo industrial que se estaba dando en aquel momento. Allí, se matricula en el instituto de Fairmont, donde conoce a Charles Riley, su primer entrenador. Riley se dio cuenta de las aptitudes de Owens y decidió enseñarle las técnicas más básicas. Fue en la universidad de Ohio cuando conoció al entrenador que lo llevaría a la fama, Larry Snyder.
Lutz Long, por su parte, nació en el seno de una familia acomodada de farmacéuticos en la ciudad de Liepzig. A los 12 años construyó su propia pista de salto de longitud en el jardín de su casa y a los 16 se inscribió en el Club Deportivo de Liepzig, donde pronto dominó otras disciplinas, tanto individuales como colectivas. Long era uno de los atletas predilectos de Hitler al representar el ideario de la raza aria. Sin embargo, aunque nunca fue especialmente crítico con el gobierno, el atleta no se identificaba con dichas ideas. En varias cartas remitidas a su madre, Long afirmaba que “la raza y el color de piel no tienen importancia, no determinan el destino de un pueblo”.
Durante los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, Long se atrevió a desafiar al régimen al entablar amistad con Owens. En la clasificación para la disciplina de salto de longitud, Long aconsejó al atleta afroamericano que saltara desde un poco más atrás para no hacer nulo, y cuando este le ganó en la final fue corriendo a abrazarle.
Se especuló mucho sobre las consecuencias que tuvo sobre Long este abrazo. Se dijo que le prohibieron volver a competir y que lo habían destinado al frente ruso, lo que fue desmentido por el propio Long en un artículo publicado en la prensa. Sin embargo, la madre del atleta aseguró que Rudolf Hess, uno de los colaboradores más próximos a Hitler, le dijo que a su hijo no se le ocurriera abrazar a un negro nunca más.
Ambos atletas demostraron una gran deportividad que ha hecho historia, y mantuvieron su amistad tras los Juegos. Owens y Lutz intercambiaron cartas hasta la muerte de este segundo en la Segunda Guerra Mundial.
El deporte había permitido a Long librarse de combatir en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en 1943, ante las sucesivas derrotas del ejército del Reich, fue considerado apto para combatir y lo destinaron a Sicilia, donde se estaba produciendo la operación Husky. Fue declarado desaparecido el 14 de julio de 1943. En la última carta enviada a Owens, Long, temiendo no sobrevivir a la guerra, le pidió a Owens que viajara a Alemania a conocer a su hijo pequeño y le contara la amistad que ambos habían mantenido.
Comentarios
busquen la verdadera hiatoria contada por jesse owens . en su pais a pesar de haber ganado las medallas fue terriblemente discriminado. cuando fue a los juegos olimpicos . lo hospedaron en los mejores hoteles comio en los mejores restaurantes cosa que no podia hacer en estados unidos. y hitler lo saludo personalmente. no defiendo a los nazis porque realmente fueron unas bestias inconcebibles. pero en esa epoca los americanos eran tan racistas y supremacistas como los nazis . hasta el dia de hoy sigue siendo asi . la historia como tiene que ser y no propaganda.