En el bloque 2 y la tertulia de El aprendiz de sabio episodio 68 del miércoles 18 de noviembre de 2020 a las 22 hs., tuvimos la columna sobre biopoder y sociopolítica "Cratos en el laberinto" con Marco Mallamaci, doctor en filosofía. Conversamos acerca de las heterotopías de Foucault en el contexto de la sociedad digital. ¿La heterotopia depende de la realidad de cada persona? ¿La heterotopia implica alteraciones en el espacio? ¿Qué genera estas alteraciones? ¿Qué es lo virtual en la sociedad actual? ¿es distinto de lo virtual en la sociedad de hace 50 años atrás? ¿Existen distintos tipos de heterotopias? ¿Cómo nacen y cómo se profundizan? ¿De qué espacios estamos hablando; de los espacios tridimensionales o los espacios virtuales? ¿Qué espacios se generan en la digitalidad? ¿También se ve observada la heterotopía en estos espacios? ¿La tecnología incrementa la heterotopía de la sociedad? ¿La aceleración exponencial y la disrupción tecnológica, heterotopizan a la sociedad? El Bitcoin y la heterotopía. ¿La virtualidad como altera la topología de la sociedad? ¿Qué ocurre con los “no lugares”? El aeropuerto, etc. ¿En dónde lo deberíamos ubicar, y qué relaciones de poder existen en ellos? Según la definición de Marc Augé, un no-lugar es un espacio intercambiable donde el ser humano permanece anónimo. Se trata, de medios de transporte, grandes cadenas hoteleras, supermercados, áreas de descanso pero, también, de campos de refugiados. ¿Qué es la Heterotopía? ¿Lo virtual es real? ¿La realidad virtual es realidad, es virtualidad, o estos conceptos no son contrapuestos?
La espacialidad digital. La heterotopía, lo tangible y lo intangible. La materia es la concentración de la energía. El concepto de cuerpo (topia) como contrario a la utopía (falta de lo nuestro, lo otro) . Foucault, como el filósofo de cabecera de la columna de poder y sociopolítica de El aprendiz de sabio. La arquitectura como forma de poder: los bancos, el poder judicial, los templos.
Heterotopias
El análisis del concepto de heterotopía, explicado por Michel Foucault en su conferencia “Los espacios otros”, tiene importancia dentro del proyecto general de una historia crítica del pensamiento. Las heterotopías pertenecen a un tipo específico de espacio, que tiene dentro de sí poderes, fuerzas, ideas, regularidades o discontinuidades, se pueden clasificar según el tiempo o el lugar al que pertenecen y abren la posibilidad de crear nuevos espacios con sus propias lógicas.
Michael Foucault fue uno de los primeros en denunciar la obsesión que el siglo XIX y gran parte del XX demostró por la historia y por el tiempo, reivindicando que nuestra época era la época del espacio, "la época del cerca y el lejos, del lado a lado, de lo disperso". En 1967 Foucault planteó un término actualmente inevitable en cualquier discurso sobre la ciudad contemporánea: el de Heterotopía, el espacio del mundo contemporáneo por excelencia. Frente al conjunto jerárquicamente organizado que caracterizaba al territorio medieval, hoy en día "el espacio en el que vivimos (...) es un espacio heterogéneo. En otras palabras, no vivimos en una especie de vacío, dentro del cual localizamos individuos y cosas. (...) vivimos dentro de una red de relaciones que delinean lugares que son irreducibles unos a otros y absolutamente imposibles de superponer". El concepto de heterotopía como un espacio heterogéneo de lugares y relaciones sería de vital importancia para los geógrafos y economistas de las décadas siguientes a la hora de definir, no sólo la red global que caracteriza el territorio tardocapitalista, sino la propia ciudad contemporánea.
El término Heterotopía forma parte del debate que condujo a sociólogos, filósofos, economistas urbanos y demás a interesarse por el espacio urbano y poner en un segundo término los aspectos históricos y temporales de la ciudad. A partir de los sucesos de Mayo de 1968 las ciudades comenzaron a cambiar rápidamente: conflictos sociales, crisis económica, reestructuraciones urbanas... La sociología no pudo permanecer ajena a los efectos que esta revolución tuvo sobre el mundo del pensamiento, cada vez más politizado y orientado hacia la crítica social. Fue en este momento cuando comenzó a reivindicarse un mayor protagonismo del espacio frente al tiempo en la comprensión de la ciudad: era lo que Edward W. Soja ha denominado "el punto de partida del tránsito hacia la postmodernidad". Las figuras que marcaron este punto de inflexión fueron Michael Foucault y Henri Lefebvre.
Henri Lefebvre reorientó su obra hacia la defensa de la espacialización, que ya había planteado en su trilogía Critique de la vie quotidienne (1946, 1961, 1968). Lefebvre coincidía con las heterotopías de Foucault al definir la espacialidad capitalista como una geografía fragmentada y jerarquizada pero que tendía hacia la homogeneización. En La survie du capitalisme (1973) y La production de l’espace (1974) asociaba la supervivencia del capitalismo a la producción de espacios mistificados donde la realidad se ocultaba tras velos de ilusión que eran velos ideológicos. Desde el pensamiento marxista, y durante la década de los 70, la llamada de Foucault y Lefebvre en pro de la espacialidad se trasladaría a la sociología y la geografía urbana, activada por el estallido de la "Crisis del Petróleo".
Sociedades Digitales
En 2008 la firma Walt-Disney Pictures nos trajo la película animada Wall-E, en donde el protagonista pasaba por una serie de aventuras dentro y fuera de la Tierra con el objetivo de reestablecer la vida en el planeta, en un futuro más allá del año 2100.
La historia nos muestra una sociedad que depende al 100 por ciento de la tecnología y los medios digitales y podríamos, hoy en día, identificarnos con algunos aspectos de esa cinta. Pero más allá de asustarnos por alguna rebelión de la tecnología, la mayoría hemos podido experimentar cómo la era digital nos ha acercado a lugares y a personas que creíamos imposibles.
La velocidad del desarrollo de las tecnologías de comunicación es sorprendente. Hace 30 años, no existían los teléfonos móviles o internet; hoy las actividades de millones de personas dependen de esos sistemas.
Pero aún existe gente que no cuenta con tecnología como internet, lo que limita sus servicios en salud, educación, comunicación y su desarrollo económico. En Iberoamérica, España ocupa el lugar 26, Argentina el 52, Costa Rica 57, Brasil 61 y México el 95 en lo referente a la utilización, acceso y habilidades digitales.
De acuerdo con Sergio Carrera Rivapalacio, director ejecutivo del Centro de Investigación Especializado en el Desarrollo de Tecnologías de la Información y Comunicación, una Sociedad Digital es la evolución de la sociedad utilizando la tecnología.
“El cambio es tan poderoso que es equivalente a una nueva revolución industrial. La forma en que vivimos es completamente diferente, pues se caracteriza por la rapidez del intercambio de información. Es un crecimiento exponencial”.
El cambio ha sido tan rápido que nos vemos forzados a mantenernos al ritmo. Federico Torres, director del área de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones de Costa Rica señala que “los países se ven forzados a correr para alcanzar la tecnología, pues está impactando los modelos productivos de los países, además de que ha aumentado las competencias entre los mismos”.
Internet en México
Alrededor del 60 por ciento de la población mexicana tiene acceso a internet. Los países pequeños – como Costa Rica- tienen la ventaja de que su población se encuentra concentrada a lo largo de todo su territorio. Sin embargo, en países como México, la desigualdad se vuelve más evidente en todos los sentidos, y en acceso a internet no es la excepción, lo que pone al frente un gran reto de alcance para todos los ciudadanos.
¿Por qué es tan importante tener acceso a internet? En primera, en nuestro país es un mandato constitucional; en segunda, para evitar el rezago en información, la pérdida de competitividad, de economía y oportunidades. El contar con este acceso es tarea de toda Iberoamérica.
Un término que ha sido utilizado para las personas que no cuentan con acceso a estas tecnologías de la información es el de “Analfabetas digitales”. Para estas personas, el nulo acceso a estas tecnologías les limita la posibilidad, no solo de consumir información, sino de crear sus propios contenidos y por lo tanto generar valor agregado o emprendimientos.
Economía colaborativa
Aplicaciones como Uber, Amazon o Airbnb también han cambiado nuestra forma de transportarnos de un lugar a otro, realizar compras desde la comodidad de nuestro hogar, o inclusive, tener un hogar fuera de nuestro país por algunos días. La “Economía colaborativa” se genera a partir de las preferencias de las personas y ofrece este tipo de servicios donde no se requiere de infraestructura para realizar el trabajo, lo que reduce costos y esfuerzo para ambas partes.
Por ello, para otorgar y acelerar las oportunidades de quienes no han logrado aún tener los beneficios de estas tecnologías, los expertos han recomendado mejorar tres puntos básicos: acelerar el acceso, el uso y las habilidades.
Una sociedad digital no se refiere únicamente al entretenimiento y las redes sociales, sino a buscar soluciones a problemas concretos.
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