Forrest Gump. El Club de los Cinefilos Muertos.

Una maravillosa película y la gran ganadora del año 94, el año de Cadena Perpetua, Pulp Fiction y El Rey León. Estamos ante una de las películas más originales de los 90 con uno de los personajes más queridos de todos los tiempos.

El alma de la película dirigida por Robert Zemeckis no es otro que Tom Hanks, el encargado de dar vida a Forrest Gump que le valió su segundo Oscar al Mejor Actor Principal. El primero lo tuvo por Philadelphia. De la manera más pura e inocente, la película nos cuenta la, por aquel entonces, historia reciente de los EEUU. El personaje de Forrest Gump encuentra modos a cada cual más sorprendente de relacionarse con grandes personajes de la historia americana o de protagonizar eventos clave como la Guerra de Vietnam o el movimiento hippie. Tom Hanks interpreta a un hombre con una deficiencia mental que, lejos de resultar ridículo u ofensivo, llega a emocionar por su simpleza y compasión mientras ve cómo el mundo y la gente de su alrededor cambia.

Un aspecto que casi siempre pasa desapercibido al hablar de la película, pero no menos importante que el resto, son los efectos especiales. Mediante unos cuidadísimos efectos especiales para la época, Tom Hanks es integrado en grabaciones reales de programas de televisión de aquel entonces, entrevistas e incluso llega a darle la mano al presidente Kennedy. Estos efectos puede hacerlos hoy en día un Youtuber que tenga croma y maneje bien ciertos programas de edición, pero hace 26 años fue toda una hazaña. También fueron eliminadas digitalmente las piernas de Gary Sinise para crear al gran personaje que es el teniente Dan. Después de todo este tiempo, los efectos especiales no han envejecido un ápice.

Estamos pues ante una película atemporal, para toda la familia, con un Tom Hanks como nunca ha estado antes y con grandes momentos que nos harán reír y llorar. En el club destacamos especialmente la divertida escena en la que se destapa el Caso Watergate y uno de los momentos finales en los que Forrest conoce a su propio hijo. No se la pierdan.