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Crónica negra de las Merindades y la Bureba

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Descripción de Crónica negra de las Merindades y la Bureba

terror crímenes enigmas desconocido infanticidio


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Comentarios

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kaiser

Oye me pasas a limpio mis apuntes ? ;-)

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Jose Maria Casanovas Rojas

Hey! Os he conocido hace poco vía “Todo nos da igual”(ya sabéis a quien quejaros, ;). Me he bajado 10 o 12 de vuestros programas de una tacada y estoy escuchándolos. Ya llevo tres o cuatro y mola el tono (y timbre- como dice la gente de las psicofonías-) pero en el de los asesinos de las Merindades se me han levantado las orejas en alerta con unas cuestiones que, a mi entender, o no se ha explicado bien o merecerían un programa, o varios, de ampliación. Osea: ahí tenéis temas para poner un poner un pozo de petróleo y bombear. :). /El ultimo asesinato al que os referís, el del que mata a sus hermanos, podría servir de tronco del que extraer varias ramas interesantes: 1- La mentalidad agrícola-neolítica de supervivencia y como ha llegado hasta nuestros días (ver punto 3). 2- Las cadenas de poder que toda familia, como microsociedad, desarrolla creando dinámicas implícitas: como en la Mafia, no es necesario decir “mata a ese”, con dejar caer un “parece que hay gente que entorpece el buen funcionamiento de nuestros asuntos…y no miro a nadie” para que alguien se de por aludido y ejecute la sentencia sin que se lo ordenen. A buen entendedor pocas palabras bastan. (Esta vez el objetivo eran niños pero podría haber sido matar un animal de la granja a espaldas de los niños más pequeños para que no se asustaran o ir a la aldea cercana a hacer un recado; complicidades internas que pueden ser malinterpretadas…o muy bien interpretadas.)3- La infancia antes de “Oliver Twist” de Dickens. En siglo 19 se filtraron en las sociedades occidentales los valores de la revolución francesa y aparecieron movimientos de liberación (de reconocimiento de derechos propios de los seres humanos) de los esclavos, de las mujeres…y también de los niños. En siglos pasados y en una buena cantidad de países occidentales, no se ponía nombre a los niños hasta los 7 años para no cogerles cariño porque la mortandad infantil era tan grande que los padres debían protegerse de semejante dolor…o bien, puesto que hasta los 7 años los niños no podían ser productivos (a esa edad ya pueden hacerse responsables de dar de comer a las gallinas) no se les reconocía una vida plena. 4- Los temas son en sí mismo más de como se presentan. Propongo la comparación del caso de este “brutal muchacho asesino de la crónica negra” (un niño yuntero haciendo el trabajo sucio que su padre le ordena de forma implícita; quizá de ahí la cantidad de hachazos: por puro odio y frustración que la situación podría provocarle. Dárselos a ellos por no dárselos a uno mismo poniendo por encima de la ética la supervivencia del grupo y propia) y el de una “madre coraje” irreprochable, merecedora de conmiseración y empatía. La mujer a la que me refiero, durante unas inundaciones de hace 7 u 8 años, cargaba en cada hombro (arracimados a su cuello) a uno de sus hijos y, en brazos, llevaba a otro recién nacido. Según su testimonio, el agua cubría tanto que los cuatro habrían muerto si ella no se hubiera subido a un árbol, para lo cual, debía tener las manos libres. Por esa razón: “deje ir al pequeño para salvar a los otros dos”. ¿No es el mismo caso? Lo que se considera en el caso del primero como un agravante de premeditación (comprar el hacha, planificarlo y decidir quien vive y quien muere) ¿en lugar de agravante no podría considerarse como un sacrificio doblemente mayor que el de la madre que actúa “por instinto” y de forma “automática” y precipitada? ¿Dónde está la empatía del público para con este chico; nadie se imagina lo que debió sufrir haciendo aquellos monstruosos preparativos y cometer una acción tan horrible, en frio, por amor a los hermanos que iban a sobrevivir? Nadie lo plantea así, ¿por qué? Y no justifico sus hechos, habló del impacto que nos causa uno y otro caso que se diferencian en su presentación y en sus desarrollos concretos, pero que son sustancialmente iguales. 5- Culpables. Si no era culpable el hijo, ¿lo era el padre, por lo menos de ser un bocazas? No es todo tan fácil, ni en un maniqueo blanco y negro…Quizá valdría la pena plantearlo de otra forma para tratar de entender la cuestión en lugar de juzgarla: ¿Hay culpables en este caso? Empecemos por definir el concepto de “culpa”. ¿Quizá podríamos hablar de responsables? Y, de ser así, ¿de responsables de pensamiento y obra? ¿de que tipo de responsabilidad, responsabilidad moral, ética, emocional o jurídica? ¿Quizá la situación global (la miseria) fue la verdadera responsable? Ortega y Gasset dijo aquello de “yo soy yo y mi circunstancia”; ¿Qué sucedería si el “yo” se hiciera insignificante ante el peso de las circunstancias y estas le arrastrasen a uno sin su consentimiento? Si esto fuera así, en lugar de hablar de sadismos y premeditaciones, hablemos de como se relaciona lo que cada cual considera el fin de su felicidad (la miseria real -y no solo la económica-“la derrota del alma y el principio del abismo”) con los errores de criterio y acción que, desde ese punto de ruptura, comete en el quehacer de su vida hasta que no recupera el equilibrio y, sacar las conclusiones oportunas analizando esa relación. (Mientras escribo esto estoy escuchando vuestro programa de la “realidad daimonica” y quizá desde ahí también podría hacerse un buen análisis de este tipo de hechos) ¿Culpables, responsables…? Al fin y al cabo, buscar culpables solo sirve para descargar nuestras propias miserias personales en un chivo expiatorio a través de una catarsis siempre decepcionante porque, la miseria propia, no cesa de cualquier manera y con cualquier trampantojo. /En fin…estas 5 son el principio de algunas de las puntas que se le pueden sacar al asunto pero prefiero dejároslo a vosotros, no quiero hacerme demasiado pesado… solo lo justo y necesario.;) Pienso que la crónica negra merece recibir la luz del prisma de la razón y dejar así de ser tan “negra”. ;D Brazote!

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