Hoy en Tiempos Modernos nos acompaña el historiador y periodista Pedro Fernández Barbadillo, para hablar sobre las cartillas de racionamiento.
Las cartillas de racionamiento forman parte de la memoria colectiva de nuestros abuelos: aquellos tiempos en los que sólo se podía comer lo que el Gobierno te administraba. Fueron años muy duros. La mayor parte de la gente identifica aquello con los primeros tiempos de la España de Franco. Ahora bien, ni el racionamiento en España lo implantó Franco ni nuestro país fue el único que mantuvo ese sistema en los años 40 y 50.
El primer sistema de racionamiento en España lo estableció el gobierno del socialista Largo Caballero, en marzo de 1937, en la España del Frente Popular. ¿Por qué? Porque el caos administrativo del Frente Popular había povocado problemas terribles de abastecimiento. En la otra zona, en la España de Franco, no hubo esos problemas. Las únicas limitaciones a la alimentación fueron el “Día sin Postre” y el “Plato Único”, que disminuían las raciones en los almuerzos y destinaban el dinero sobrante a subsidios a los combatientes y sus familias. Aún más: desde 1937, cada vez que las tropas de Franco entraban en una ciudad, entraban también cocinas de campaña y camiones cargados de pan y conservas. La abundancia de comida en la zona nacional se aprovechó en una genial maniobra de propaganda: la aviación de Franco realizó en el otoño de 1938 varios bombardeos de pan blanco sobre Madrid, Barcelona y Alicante. Duro golpe a la ya tambaleante moral del Frente Popular.
Después de la guerra, el Estado del 18 de Julio extendió el racionamiento a su zona. ¿Por qué? Primero, por el destrozo de la agricultura y la ganadería en las provincias bajo el Frente Popular a causa de las colectivizaciones, las confiscaciones y la hiperinflación y matanzas. Además, por la entrega a Stalin de las reservas de oro del Banco de España. Pero el racionamiento no fue una excepción española. La Segunda Guerra Mundial hizo que se estableciera en toda Europa. En Alemania durará hasta 1950 en la zona occidental y hasta 1958 en la zona comunista. Gran Bretaña, Francia, Finlandia, los Estados Unidos y otros muchos países también introdujeron la restricción de alimentos, que sólo podían adquirirse a través de una cartilla con cantidades tasadas. En Inglaterra duró esa situación hasta 1954.
En España, las restricciones duraron hasta 1952. El sistema era tan impopular, que ese fue precisamente el argumento que empleó el ministro de Hacienda, Mariano Navarro Rubio, para convencer a Franco de que aprobase la apertura económica: si no se abría la economía –dijo el ministro-, volvería el racionamiento. Y la economía española se abrió.
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