SE FUGÓ ANNA GABRIEL, LA SEX-SYMBOL DEL INDEPENDENTISMO.
Al CNI se le escapa hasta las putas.
Anna Gabriel, fugitiva o no, no deja de ser (según su propia autodefinición) una zorra, una puta, una traidora, una amargada y una malfollada. Y con esas credenciales -que ella esgrime con orgullo de hecho diferencial- no resulta muy recomendable presentarse ante la opinión pública de países donde esto de la democracia se lo toman en serio y donde para ser político hace falta bastante más que la halitosis separatista y que ese flequillo -mitad indígena, mitad homo sapiens- (con perdón por la evidente referencia machista al primer primate).
Que nadie se sorprenda ni me llame maleducado por llamar puta a la fugitiva independentista Anna Gabriel; sí, ese espécimen perroflauta que ahora se hace un lifting de look, una operación de cambio de imagen en 24 horas para tratar de agradar a esos países serios que puede que le concedan el asilo, pero que no admiten con agrado a quien presume en su currículum de las cualidades (que no insultos) que ella misma se arroga, por muy perseguida política que se declare.
Anna Gabriel –lo ha dicho ella misma-, fugitiva o no, no deja de ser (según su propia autodefinición) una zorra, una puta, una traidora, una amargada y una malfollada. Y con esas credenciales -que ella esgrime con orgullo de hecho diferencial- no resulta muy recomendable presentarse ante la opinión pública de países donde esto de la democracia se lo toman en serio y donde para ser político hace falta bastante más que la halitosis separatista y que ese flequillo mitad indígena, mitad homo sapiens (con perdón por la evidente referencia machista al primer primate).
Ana Gabriel es la más clara evidencia del australopitecus catalán con denominación de origen, ese que bajó del árbol e incluso llegó a caminar sobre dos extremidades inferiores, pero que se sigue pasando la mano por el sobaco para comprobar su irresistible olor a hembra… o a lo que sea, que con tanta diversidad sexual ya me pierdo a la hora de catalogar determinadas especies, por suerte, en vías de extinción.
Eso sí, Anna Gabriel puede ser puta, cerda, zorra, traidora y malfollada, pero ser tonta ya es algo bien distinto; así las cosas, a este sex-symbol del anticapitalismo secesionista no le ha costado mucho despistar a los servicios secretos españoles y fugarse, antes de tener que prestar declaración en la Audiencia Nacional.
Total, si nuestros espías no controlan a sus propios imanes soplones y les cometen dos atentados islamistas en sus propias narices sin que se hubieran enterado, si no tenían ni pajolera idea de quién, ni de dónde iban a imprimir las papeletas de un referéndum ilegal, ni tampoco sabían de dónde saldrían las urnas; si no se les ocurrió pensar que el depuesto Carles Puigdemont intentaría "darse el piro". Si este CNI de Mortadelo y Filemón que tenemos en España era el encargado de impedir la fuga de la meretriz más famosa del “procés”, apañaditos vamos.
Mientras tanto España permanece a lo suyo, a lo verdaderamente importante. La prensa del sistema, aún convulsionada por el último y gran acontecimiento, se divide entre elogios desmesurados y críticas desaforadas a que la cantante Marta Sánchez haya decidido poner su propia letra al himno nacional (cansada, tal vez, de tanto chinta chinta), y el orgullo patrio nos invade al saber que por fin, un español, volverá a sentarse en las altas esferas de la banca comunitaria, aunque ese puesto de Luis de Guindos nos haya costado 70.000 millones de euros según sostiene Roberto Centeno, economista que, por cierto, me ofrece bastante más credibilidad que los salidos de la escuela de Rato, Montoro & Cía.
Es este, por desgracia, un país de gilipollas y de calamandurrios, un país de lameculos y de ignorantes, de desmemoria histórica guerracivilista, de ideología de género repugnante, de defensa del derecho de los animales y vulneración -hasta llegar al asesinato- del derecho a la vida.
Pese a que algunos -inasequibles al desaliento- seguimos oponiéndonos a tanta mierda como destila este sistema, porque es el sistema el que apesta.
¿Hasta cuándo?
http://latribunadecartagena.com/not/4672/al-cni-se-le-escapan-hasta-las-putas/
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