A los pies de la Virgen traigo mis penas,
mis plegarias, mis sueños, mi vida entera.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para ser dignos de las promesas del Señor.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
A los pies de la Virgen traigo mis penas,
mis plegarias, mis sueños, mi vida entera.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para ser dignos de las promesas del Señor.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, Dios te salve.
Y después de este destierro,
muéstranos tú el fruto de tu vientre, Jesús.
A los pies de la Virgen traigo mis penas,
mis plegarias, mis sueños, mi vida entera.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para ser dignos de las promesas del Señor.
Comentarios