225. Cómo elevar tu energía
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Comentarios
Hola Anónimo, no lo digo con segundas, quizá no tengo la lucidez que tú tienes. Puede que no sea más que eso.
Seré yo, pero... esto es charlataneria y un montón de lugares comunes
Graqcias motomauri, resonamos con los demás en muchas más cosas de las que parece. Abrazos.
Me gustó mucho este programa. Algunos aspectos "resonaron" en mi.
Gracias, Víctor Manuel. No lo conocía, indagué por internet y me parece muy interesante este Alexander LOWEN.
ALEXANDER LOWEN
Lo has definido perfectamente Isa. Lo difícil es darse cuenta de que uno ha caído en una apatía en la que no quiere estar. Estamos tan acostumbrados a esos estados que los tomamos como maneras normales es de vivir, muchos a la apatía la llamamos descanso. Lo primero es que uno se dé cuenta y después que haga lo que tú dices: cambiar para salir de ahí o, lo que es mejor, cambiar para no entrar en ese espacio mental apático. Abrazos.
Gracias, Isa. Sentirse un bicho raro pasa al principio, pero tras años así, los demás aceptan y asumen cómo es uno e incluso lo ven normal. Te felicito por lo que estás viviendo, se necesita a mucha gente haciendo lo que tú haces, y que se vea como algo normal que la referencia de uno esté en uno y no en la normal social del momento. Abrazos.
Y en cuanto lo que refieres de la energía, corroboradísimo en mi experiencia personal. Fluctúa entre rachas de entusiasmo y emprendimiento y otras de anorexia ejecutiva, pereza, inhibición, y como ya le conozco cuando me hallo en una de poca energía, basta con que la interrumpa emprendiendo algo de lo que me entusiasma y hago de corazón para salir del abatimiento como recargada de energía.
Gracias, Álvaro. Yo poco a poco me voy liberando del empuje de la corriente y hago, por friki que parezca, lo que me conmueve, lo que me gusta, y , eso sí, convivo con ese precio de sentirme como un bicho raro. Ya me voy cuidando progresivamente menos de exponerme, en ese ser mío, a los demás porque, supongo, también es progresiva mi pérdida de miedo al juicio ajeno. En ello. Gracias, Álvaro.