088 - Breve Comentario sobre el Cambio Climático

088 - Breve Comentario sobre el Cambio Climático

Audio no disponible. Inténtalo más tarde.
Apoyar
  • Compartir
  • Me gusta
  • Más
Preparando para la descarga

Preparando audio para descarga.

Escucha patrocinada. El audio empezará en pocos segundos...

Escucha sin anuncios y sin esperas con iVoox Premium

Pruébalo Gratis

X

Descripción de 088 - Breve Comentario sobre el Cambio Climático

naturaleza ciencia cambio climático medio ambiente calentamiento global


Este audio le gusta a: 172 usuarios

Comentarios

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Juan Jose Rivera Ruiz

Me parece bien que se desmientan falsas afirmaciones pero la argumentación me parece incompleta o insuficiente. Que en el mediterráneo aparezcan fósiles de un molusco puede indicar que éstas aguas fueran más cálidas en el pasado, pero deducir con eso que el resto del planeta tambíen era más cálido me parece infundado (quizas falte más información). Se me ocurren algunas causas geológicas que pueden calentar esas aguas de forma local. Por otra parte, también habría que saber como afectó estros bruscos cambios de clima a las poblaciones humanas y animales, si se redujeron drásticamente y si se produjeron extinciones debido a esto. En fín, que toca ampliar el tema y dedicar uno o varios programas completos a este asunto.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Pete Kelvin

Lo del calentamiento es más político que científico, y cuando se da dinero para proyectos de investigación para confirmarlo, ya queda preestablecido que no se puede, ya no negarlo, sino ni siquiera ponerle una coma, sin peligro de ser condenados al ostracismo. Me salgo de la iglesia de la calentología.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Antonio Rodriguez García

Más https://www.ivoox.com/ep248-clima-calentamiento-global-meteorologia-entrevista-emilio-audios-mp3_rf_46085096_1.html

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
jarler_

solo creeré datos científicos. ha habido más calentamiento global antes de la industrialización. no es la primera vez que ocurre un cambio climático como el de ahora. otra cosa es la contaminación de los mares , desforestación, etc etc . eso es simplemente estupidez humana.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Antonio Rodriguez García

https://francis.naukas.com/2019/12/26/ciencia-para-todos-t02e11-el-cambio-climatico/?fbclid=IwAR3qxcyIv6EN7SLD2DJXUDE5M8Nx0l3PCZIRRek9t9LZdKBMuog7vhPlPPo https://tinieblasyestrellas.blogspot.com/2019/12/heliocentrismo-climatico-y-otras-formas.html Ah. En lugar de tocar todos los comentarios uno a uno... Pues tocar temas. Ideas... Etc ¿no? uff Perdón

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Ampi

Una cosa es el cambio climático y otra el calentamiento global, y en éste no vamos a negar ahora que hay mucho de participación humana, sobre todo en lo relacionado a actividades industriales, deforestación, etc. Y por supuesto que dados a dudar de todo, también lo hago de esos expertos y científicos que lo niegan, y que quizá también tendrán sus intereses tras sus palabras.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
1964

Por cierto, en Huelva no ha aumentado la temperatura en las últimas décadas. Puede que no estemos dentro de lo llamado "global", ni para esto ni para nada jejeje. Temperaturas medias de los meses de enero comenzando por 1973. Datos reportados por la estación meteorológica número 83830. Latitud 37,28º, Longitud -6,91º, Altitud 20m 1973...……… 11,7º C 1983...……… 12,3º C 1993...……… 10,4º C 2018...……… 10,7º C 2019...……… 10,3º C Ah, también tengo las del mes de julio en los mismo tramos, por si a alguno le gusta más el veranito.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Jorgito

Jose Rafael, no había escuchado tu opinión al respecto, pero es un verdadero alivio notar que no formas parte de esa amañada y masajeada supuesta mayoría. Soy Biólogo, Director del Posgrado de inmunologia de la Universidad del Zulia. Venezuela. Como biólogo y profesor titular y jefe de cátedra de Microbiologia e Inmunologia, quisiera darte varios elementos y visiones sobre el tema, que espero humildemente, enriquezcan tu futuro y anunciado Podcast sobre el Cambio Climático. Si pudieras facilitarme un correo electrónico para hacerte llegar mis opiniones, te lo agradecería mucho. Por otro lado quiero anunciarte, que abriré una materia de pregrado y posgrado llamada Astrobiologia, para que sea incorporada en los respectivos pensa de estudios universitarios. Hago este comentario porque específicamente tu y tus podcast me han motivado para introducir estos conocimientos, en un momento en el cual considero que ya no lo podemos posponer mas. Existe ya suficiente información científica y hallazgos irrefutables que obligan a movilizar esta temática de la nebulosa de la especulación hacia los hechos fácticos. Sin tu contribución, tu claridad, tu estilo formal y constructivista de expresar esta información, esto no seria posible. Te lo agradezco mucho. Siento por ti un fraterno cariño y un gran respeto.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
1964

Hace no muchos años escribí un artículo relacionado con el tema. Es un poco largo, pero aquí lo dejo por si viniera al caso. Saludos. Ah, quien esté interesado en los gráficos que se mencionan, me los puede socilitar cuando quiera. Fue el pasado mes de febrero cuando concebí la idea de esta charla. Por aquellas calendas andaba yo sumido con fruición en la lectura de un extraordinario ensayo del escritor, pensador e intelectual francés, George Steiner. En esta obra titulada Nostalgia del absoluto, Steiner, simpre lúcido en su reflexión, propone cuales son esas fórmulas que el hombre moderno encuentra para intentar superar la crisis que embarga su existencia, una vez abandona en buena medida la idea referencial de de Dios y la decadencia de los tradicionales sistemas religiosos institucionales. El vació resultante viene a hacer ocupado, según el ensayista galo, por una serie de mitologías sustitutivas, como el denomina. La filosofía política de Marx, el psicoanálisis de S. Freud y la Antropología de su compatriota Lévis-Strauss; son, entre otras, una somera muestra de estas nuevas “deidades” sociales. Pero hay más y peor, y aparecen como iconos reverenciales disciplinas como la astrología, el ocultismo, la fascinación por los culturas orientales, la mitificación étnica, la ecología y hasta la humanización de los animales domésticos como forma de paliar las soledades y carencias afectivas. Todos ellos son: los nuevos mesías seculares. El movimiento ecologista es diverso y complejo y postula en muy distintos ámbitos de la existencia: la naturaleza, fuentes de energías, agro-alimentación, climatología, botánica, zoología, etcétera. Con lo cual resulta complicado centrar esta charla sin el riesgo de derivarse de un tema a otro o de hacerlo prolijo y confuso. Por ello, me voy a referir en esta exposición, fundamentalmente, a aspectos que atañen a lo climatológico y al supuesto cambio climático o calentamiento global. La tierra, este pequeño planeta del sistema solar, cuenta aproximadamente con unos 4.600 millones de años. Las primeras y elementales formas de vida concretadas en moléculas capaces de reproducirse o realizar réplicas de si mismas alcanzan los 4.000 millones de años. Hace como unos 180 millones de años aparecen los primeros mamíferos. Tendríamos que retroceder en el tiempo de 4 a 5 millones de años para saber de los primero hominidos. Del Homo Sapiens existen indicios que posibilita afirmar su existencia hace unos 50.000 a 40.000 años. El movimiento ecologista tiene una vida que puede alcanzar los 40 o 50 años, y desde hace 10 o 15 años nos vienen advirtiendo que el planeta se calienta. ¿Cuánto se calienta la tierra y con respecto a que referente espacial y temporal? Para responder a esa complicada pregunta no deberíamos acudir a la propaganda o a los manifiestos ecologistas, sino aproximarnos algo al conocimiento de una disciplina auxilar de la Paleografía, que se llama Paleoclimatología. Pero no teman ustedes, no necesitamos enredarnos en esos complicados y enjundioso vericuetos científicos, no hará falta llegar hasta ahí para demostrar de manera elocuente esa patraña que primero se llamó el calentamiento global y luego el cambio climático. El discurso de los que afirman que existen unas causas antropogénicas del supuesto calentamiento global, tiene parte de su base y origen en los distintos informes elaborados por el IPCC de la ONU (Interguvernamental Panel on Climate Change). Informes detrás de los cuales hay muy pocos científicos de reconocido prestigio internacional, y sí políticos, economistas y algunas instituciones y empresas con distintos intereses en las llamadas energías renovables. ¿Qué hemos hecho supuestamente los seres humanos para calentar el planeta si fuera cierto que éste se está calentando? Pues según las tesis de los calentólogos emitir demasiados gases de efecto invernadero a la atmósfera, principalmente dióxido de carbono. Este gas, también conocido como óxido de carbono y cuyas moléculas están compuestas por dos átomos de oxígeno y uno de carbono, es el verdadero y último causante del desastre climatológico que se nos avecina. Pero prescindiendo de la cantidad de CO2 atmosférico que pueda existir hoy, ¿se está calentando verdaderamente la tierra? Pues no, la tierra no se calienta, se enfría. Y se enfría porque estamos en las vísperas de una glaciación; es decir, en el final de una fase interglacial que ya ha durado 10.000 años y que va expirado, según Michael Crichton, antropólogo por Haward. Ya en los 30 años que van desde 1940 a 1970 la temperatura media global bajó, según gráficos de la NASA, en casi 0,2º C. Según el científico ruso Víktor Bokov, del Instituto de Investigación Ártica y Antártica, estamos entrando, lenta pero inexorablemente, en una nueva era glacial. El Dr. Archival dice que Groenladia se enfría desde 1930. También es irrefutable que el año más caluroso en los Estados Unidos fue 1936, cuando aún las emisiones de CO2 no preocupaban a nadie. En 2007 nevó en el verano de Tasmania, hubo olas polares en China, Australia y Sudamérica, y nevó en Buenos Aires después de 81 años sin haber caído un copo de nieve. A esta teoría se suma también los doctores Zhen Shan, Timothy Patterson y Khalibullo Absudamatov, director de astrometría, que es el estudio de las variaciones del sol, de la Estación Espacial Internacional, donde también participa la NASA. El doctor Gorge Kulda, experto en glaciaciones dice textualmente que: “antes de las eras glaciales siempre hay calentamiento (finalcial Post, 2007). Por último, el ya mencionado Dr. Archibald —experto en ciclo solares—, advierte que: “no hay ningún peligro en los actuales niveles de CO2. La era glacial llega con algún retraso, pero habrá un enfriamiento desde ahora hasta el 2030”. En el pasado mes de agosto, y mientra preparaba esta exposición, vengo a encontrarme con una noticia en diversos diarios digitales de internet. La misma venía a decir que el mes de julio que acababa de terminar ? según la AEMET? había sido el más frío de la última década, un 0,3º C más fresco de la temperatura media normal del periodo de referencia 1971-2000. grafico1 Pero aceptemos por un instante la teoría que convierte al CO2 de origen antropogénico en el causante del presunto calentamiento global. Aquí habremos de hacernos necesariamente ciertas preguntas, por ejemplo: ¿cuánto CO2 atmosférico en ppm existe hoy en la tierra en relación a épocas pretéritas?, ¿cuánto CO2 aporta el hombre con su actividad en relación a la suma total de éste? Estos y otros interrogantes tienen hoy respuesta gracias a lo que se sabe por los registros de CO2 hallados en burbujas examinadas en las perforaciones realizadas en el hielo de la Antártida. Al respecto, la prestigiosa revista científica Nature publico en 2007 que la concentración de CO2 preindustrial registrado a principios de esta era interglacial oscilaba entre las 400 – 500 pmm. Hoy, con todo lo que el hombre y su actividad industrial han aportado, el CO2 se encuentra en niveles de 380 – 385 ppm. Parece ser que para muchos la cuestión es demonizar al dióxido de carbono y sus supuestos perversos efectos como una especie de mal o castigo que el ser humano se merece. No saben que el mismo oxígeno se creo a partir del CO2, tampoco saben que cuando en la tierra no había ni hombre ni vida ni oxígeno, el CO2 era todo. Pero lo más paradójico es que desconocen que el propio hálito de su aliento lleva una concentración de 50.000 ppm de CO2. Pero los presuntuosos políticos de buena parte de mundo desarrollado e industrializado —menos Estados Unidos de Norte América— decidieron reunirse en la ciudad japonesa de Kioto en 1997 para salvar al mundo, firmando un acuerdo que posibilitara la reducción de emisiones de gases invernadero, fundamentalmente CO2 y metano. Con el metano había un problema, millones de vacas repartidas por todo el mundo y en virtud de sus “ventosidades esporádicas” —con perdón— hacían imposible su control, que representa nada menos que una cuarta parte del total de las emisiones de metano, si no era exterminando para siempre a los nobles y generosos cuadrúpedos y a sus suculentos chuletones, ésto no era posible. Se hacía necesario, por tanto, de manera urgente, la toma de medidas correctoras en las políticas industriales y energéticas del mundo industrializado. Esta revisión suponía la inversión de millones y millones de dólares en nuevas estrategias económicas e industriales y en el pago por el incumplimiento de los compromisos de las cuotas de reducción firmadas en mencionado protocolo de Kioto. Por este último concepto España pago en el año 2010 la cantidad de 638 millones de euros. Pero también representaba, a la vez, un pingüe negocio para otros intereses empresariales vinculados a la llamadas fuentes de energía renovables. Nuestros jerarcas y el movimiento ecologista habían cambiado el rumbo de los tiempos. El CO2 se reduciría, el mundo ya no se convertiría en un horno y el planeta se salvaría de un apocalípsis climático. El hecho constatado que la atmósfera del planeta Marte sea en un 95% CO2 y que a la vez tenga una temperatura media global de 75ª C bajo cero no era tenido en cuenta como argumento, aquí somos diferentes. En esto estábamos, cuando el 20 de marzo de 2010 entró en erupción en Islandia el volcán Eyjaflllajökull. El 15 de abril tiene lugar una segunda, mayor y más explosiva erupción. Parecía que este volcán de impronunciable nombre no había firmado los compromisos del tratado de Kioto, porque emitió a la atmósfera más 2,8 millones de toneladas de CO2. Sólo en los primero cuatro días de erupción se llevó por delante el esfuerzo de reducción de emisiones de 5 años. En 1991, en Filipinas, estalló el volcán Pinatubo, y lo hizo de manera tan brutal que hubieron de ser evacuadas más de 40.000 personas. Su fuerza destructiva fue tal que generó temperaturas entre 350º C y 1.000º C. La nube de cenizas cubrió una superficie de 125.000 kilómetros cuadrados. Emitió, entre otras, 800.000 toneladas de Zinc, 550.000 de cobre, 300.000 de níquel, 100.00 de plomo, 10.000 de arsénico, 1000 de cadmio y 800 de mercurio. Pero, además, provocó un descenso del nivel del mar en 5 milímetros y produjo una reducción de la temperatura media global entre 1992 y 1993 de 0,5º C. Las emisiones de CO2 representaron más, mucho más que todas las que ha generado la raza humana en toda su historia. Es cierto que existe cambio climático, siempre ha existido y siempre existirá mientras el sol esté ahí en lo más alto. Y es él, ese gran referente mitológico en casi todas las culturas de todos los tiempos, quien tiene la última palabra sobre los que nos puede pasar aquí. Como afirma el investigador y divulgador científico Luis Carlos Campos en su libro Calor Glacial, Zbigniew Jaworowski es quizás el más importante físico y glaciólogo del mundo en la actualidad, siendo también asesor del Senado y Gobierno de EEUU; además, es presidente del máximo organismo mundial para la protección radioactiva y medioambiental (UNSCEAR). En 2007 publicó en la prestigiosa revista 21 Century of Science & Technology, un interesante artículo titulado “Los ciclos solares, no el CO2, determinan el clima”. Opina Jaworowski, en este brillante artículo, que la era glacial llega por causas naturales y astronómicas, debido a la influencia de los rayos cósmicos y los ciclos solares, y que la contaminación humana es la causante del 0,5 al 0,25 del CO2 de la atmósfera. También afirma que: “los seres humanos son los responsables de menos del 0,01% del calentamiento de este siglo”. Continúa denunciado los datos de los supuestos expertos de la ONU, manipulados dogmáticamente, como las gráficas del calentamiento de Mann, por las cuales la revista Nature pidió perdón al haber publicado en alguno de sus números dicha gráfica falsificada por el IPCC de la ONU. La era glacial que llega lo hace del cielo. En esto es determinante la acción del llamado viento solar y de los rayos cósmicos. Las teorías de vanguardia establecen que esta actividad solar —que registra ciclos periódicos de 11 a 90 años, según ya expuso el climatólogo alemán Theodor Landscheidt en 1989— no es la única causante de las variaciones térmicas, los rayos cósmicos procedentes desde cualquier parte de universo también inciden decisivamente. De esta manera, a más actividad solar menos radiación cósmica nos llegaría y el mundo se calienta; por contra, cuando este viento solar disminuye en intensidad, permite la llegada de mayor cantidad de radiaciones cósmicas y el mundo se enfría. Además, según estudios realizados en 1997 por el físico danes Henrik Svensmark, a mayor radiación cósmica recibida aumenta también la nubosidad. Y, ¿sobre que hipótesis comenzaríamos a constatar estos cambios que nos predicen? Quizás la clave pueda estar, según el Woods Hole Oceanografhic Institucion (principal instituto oceanográfico del mundo) en los rápidos cambios que se están observando en el que puede ser el verdadero regulador climático del emisferio norte de la tierra: La Corriente del Golfo. Esta corriente marina que se origina en el Golfo de Méjico y llega hasta el Atlántico Norte es de proporciones bíblicas, y su efectos definitivos para nuestro clima. Cuenta con una profundidad de 100 m, una anchura en buena parte de su recorrido cercana a los 1000 kilómetros, y desplaza a una velocidad de 1,8 m/s un caudal de agua templada de 80 millones de metros cúbicos por segundo. William Curry, responsable de la Estación W que estudia los cambios en las corrientes del Atlántico, ya advirtió al Senado de los Estados Unidos de los inquietantes cambios que se estaban produciendo en la Corriente del Golfo, que se debilita según él desde 2002. También, el mismo director del ya mencionado WHOI, Robert Gagosian, nos dice: “Podríamos estar acercándonos a un umbral que podría detener La Corriente del Golfo y causar cambios climáticos abruptos”. En el mismo sentido, concluye Wally Broecker —geoquímico y profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Columbia (N.Y.)— sugiriendo que La Corriente del Golfo puede pararse, circunstancia ésta que ocurre cuando se reducen sus niveles de salinidad a causa del agua dulce de los deshielos polares. En conclusión. El ser humano, ensimismado en su pretenciosa arrogancia quiere salvar al mundo, quiere salvar al lince, a las ballenas, y a no sé a cuantos tipos distintos de arañas y a una rana con cuernos que hay en el lago de Como; pero posiblemente no será capaz de salvarse así mismo, esa es su propia, cruenta y grotesca paradoja. Se sabe que a esta raza que lleva dando la lata por este pequeño planeta de una pequeña galaxia del universo hace unos 4 o 5 millones de años, le queda poco para ser extinguida por esa naturaleza que inmisericorde, ya sea horneándonos o congelándonos, nos borrará y para siempre. Y lo hará hasta de la historia y de la memoria. Mientras esperamos ese apocalípsis que nosotros — afortunadamente— no vamos a presenciar, nos pondremos a discutir del CO2 y si sobre el planeta se calienta o se enfría.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.
Josean

Me encanta oir de ti que coincides en opinión conmigo. Soy aficionado a la meteo y participante activo en un foro de metorología. Solo decir que la mayoría de la gente de este foro NO CREEN EN EL CAMBIO CLIMÁTICO ANTROPOGÉNICO y esa creencia se hace fuerte sobre todo en gente de ciencia, especialmente en físicos atmosféricos.

Apoya a este podcast para poder participar en la conversación.