Tras algunas semanas en las que nuestra actividad nos ha impedido subir los podcasts de los programas, regresamos con una entrada conjunta para los dos programas que dedicamos a la memoria del 2 de Mayo de 1.808 en Madrid, uno de los episodios más heroicos y también más vengonzantes de la Historia de España. Además, se trata del acontecimiento en el que nuestro país ingresó en la Edad Contemporánea, a través de la denominada "Era de las Revoluciones Atlánticas".
A lo largo de los dos programas que rodearon cronológicamente la señalada fecha, hoy Día de la Comunidad de Madrid, nos ocupamos de los diferentes acontecimientos que llevaron a los madrileños más humildes (los chisperos y manolos de Lavapiés, los Carabancheles, Fuencarral, etc...) a enfrentarse al ejército más poderoso de su época, al constatar el translado de la princesa María Luisa de Etruria y los infantes Don Antonio y Don Francisco de Paula a Bayona (Francia), para reunirse con el resto de una Familia Real que había corrido a refugiarse bajo el ala del águila imperial napoleónica. Maestros como Francisco de Goya y Lucientes nos legaron algunos de esos enfrentamientos, como el ocurrido en la Puerta del Sol contra la caballería mercenaria de mamelucos egipcios, que puedes ver supra (óleo "La carga de los mamelucos", Goya, 1.814). En la matanza represora posterior, sólo el Parque de Artillería de Monteleón (en la actual Plaza del Dos de Mayo) desobederá las órdenes felonas del Estado Mayor español de permanecer en los cuarteles y colaborar con el invasor (bajo estas líneas, el cuadro de Joaquín Sorolla "Muerte de Pedro Velarde y Santillán durante la defensa del Parque de Artillería de Monteleón", de 1.884).
Durante estos dos programas, leeremos las crónicas de dos testigos presenciales: el joven aristócrata Antonio Alcalá Galiano, hijo del héroe de Trafalgar, que como casi todos los de su estamento corrió a esconderse en esta jornada, y el comandante francés Vantal de Carrère.
El 2 de Mayo supone una fecha donde el revisionismo histórico ha encontrado mayor carnaza. Supuso la constatación de un pueblo abnegado que se levantó, siguiendo el esquema del Antiguo Régimen, por Dios y el rey, y se encontró abandonado ante el invasor por una élites preocupadas de congraciarse con la potencia hegemónica en Europa, vendiendo a su propia patria y pueblo siendo preciso, para no perder su posición de poder social. La situación será patente con el "Deseado" retorno de Fernando VII a España tras la guerra, y su desastroso y lamentable reinado. Estos hechos, empero, resultarán fundamentales para comprender la lucha por la construcción del Estado liberal a lo largo de todo el siglo XIX español, contribuyendo a explicar la desconfianza de los españoles en sus gobernantes y en su propio Estado. Ello habrá de explicar el arraigo, a finales de siglo, del Anarquismo como ideología hegemónica en el movimiento obrero español en perjuicio del Marxismo o Socialismo. Pero de eso nos ocuparemos otro día....
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