El Silencio De Los Corderos Voz Humana [3de4]

Y es tiempo de leer libros es tiempo de nuestra narración a continuación el silencio de los corderos de thomas harris publicado por editorial de bolsillo del sello random house en la radio inteligente soy mariano osorio que lo disfrutes y amanecía el doctor chilton acompañado por tres soldados pulcramente uniformados de las fuerzas armadas estatales tennessee se hallaba en la ventosa pista de aterrizaje hablando a gritos a fin de acallar el aluvión de voces que producidas por el tráfico aéreo en la radio del grumman gulfstream salían por la puerta abierta del avión así como por la de la ambulancia estacionada junto al aparato el capitán de los soldados entregó un bolígrafo el doctor chilton las hojas del cuaderno se arremolinaban a causa del viento y el oficial tuvo que alisar las no podemos hacer todo esto durante el vuelo preguntó chilton los formularios de la documentación tienen que quedar completados antes de que se produzca el traslado físico del prisionero son las órdenes que he recibido el copiloto terminó de ajustar la rampa sobre la escalerilla del avión listo los soldados se agruparon en torno al doctor chilton junto á las puertas traseras de la ambulancia cuando este último las abrió se pusieron tensos como esperando que saliese un animal de un salto al fondo observaron al doctor hannibal lecter erguido en la camilla atado y envuelto en las cinchas de lo y con el rostro cubierto por la máscara de hockey estaba orinando en una palangana que barney sujetada lo siento dijo barney dirigiéndose al doctor lecter el tiempo que cerraba las puertas no importa barney contestó el doctor lecter he terminado gracias barny arregló la ropa del doctor lecter devolvió la camilla su posición horizontal y empujó el doctor hacia las puertas traseras de la ambulancia para mí brigada doctor lecter se ha portado usted siempre muy bien conmigo quiero darle las gracias no hay de que la próxima vez que sam recupere el conocimiento querría usted despedirme de él sí doctor claro que sí adiós barney el corpulento enfermero abrió las puertas de un empujón y llamó a los soldados hacen el favor de tomar la camilla por aquí por los dos lados para bajarla hasta el suelo así con cuidado barney empujó al doctor lecter por la rampa y lo introdujo en el avión a la derecha del pasillo se habían eliminado tres asientos en el suelo quedaban las respectivas horquillas a las cuales el copiloto ató la camilla va a realizar todo el vuelo tumbado preguntó uno de los soldados lleva pañales de hule tendrá que aguantarse las ganas de mear hasta menfis pajarraco doctor chilton puedo hablar con usted dijo ghani salieron ambos del aeroplano esos individuos no saben nada cuando lleguemos tendré ayuda enfermeros especializados en casos psiquiátricos ahora ya es responsabilidad de otros barney cree usted que lo trataran bien ya sabe usted cómo es hay que amenazarlo con el aburrimiento es lo único que le da miedo darle de bofetadas no sirve de nada nunca permitiría tal cosa estará usted presente cuando lo interroguen sí y tú no yo podría viajar con él hasta su destino y regresar después no perdería más de dos horas de mi turno dijo vane ya no es competencia suya bailey de todos modos yo estaré allí les enseñaré paso a paso todo lo que hay que hacer para manejarlo ojalá presten atención doctor chilton él estará muy atento clarice starling se quedó sentada en el borde de la cama de la habitación que ocupaba en el motel contemplando el teléfono durante casi un minuto después de colgar clifford llevaba el pelo revuelto y la bata del fbi arrugada de las