Cuando leas esta entrada, y escuches este programa, no te lo podrás creer... Parece una película digna de los mejores directores de ficción y terror.
Pero sí, según historiadores y asociaciones de “Bebés robados”:
En España, durante el franquismo, el Estado llevó a cabo de forma sistemática “Desapariciones forzadas infantiles.”
Cerca de 30.000 niños fueron robados y cambiados de identidad en las cárceles y hospitales españoles durante la guerra y la posguerra.
El robo continuó hasta los años 90, en la democracia, pudiendo a haber llegado a una cifra de 300.000 niños.
Lo que comenzó siendo una “depuración política” acabó convirtiéndose en un lucrativo negocio, llevado a cabo por una trama constituida por profesionales que pertenecían a diferentes sectores: médicos, enfermeras, comadronas, curas, monjas, notarios, abogados, conserjes de las maternidades, e incluso dueños de funerarias que sabían que se enterraban ataúdes vacíos.
Al principio la mayor parte de las víctimas son niños de familias de ideas contrarias al régimen de Franco, que son entregados a otras “ideológicamente más convenientes” es decir, “fieles al régimen franquista y católicas.”
Lo que comienza siendo una venganza política, acaba convirtiéndose en un lucrativo negocio, que se lleva a cabo hasta los años 90, bajo gobiernos “democráticos”.
El robo de niños está reconocido como un delito de lesa humanidad por Naciones Unidas y el Derecho internacional.
La Condena del Consejo de Europa del 17 de marzo de 2006, ya ofreció el primer reconocimiento internacional a los hijos de las presas republicanas cuyos apellidos fueron modificados.
Ante lo que parece una falta de atención de las autoridades españolas a los casos de “bebés robados”, el gobierno de la Unión Europea ha comenzado a realizar investigaciones, con la comisión que ha estado en España a finales del mes de mayo.
Hoy, en Invicta Historia, tendremos a afectados, instituciones, asociaciones, investigadores y abogados, que nos adentrarán en profundidad en esta mancha negra de la Historia de España.
Comentarios
Durisimo, y que en plena democracia siguiera pasando...sin palabras.