Dos soberanos de la antigüedad, Quin Shi Huang y Ramsés II, trataron de conseguir la inmortalidad a cualquier precio. Lo lograron en parte sí, ya que ambos continúan hoy presentes en China y Egipto.Ramsés II logró la proeza de una longevidad milagrosa al alcanzar los 90 años de edad, cuando la esperanza media de vida entonces apenas superaba los 30, incluso entre la clase dirigente. En un momento dado, Ramsés se proclamó Dios y su pueblo lo aceptó. Símbolo de ello fue la construcción de Abu Simbel, un templo en su honor en el límite con Nubia: cuatro Ramsés gigantes en su fachada proclaman su divinidad. En el interior, decidió representarse en el santuario, la parte más sagrada, al lado de Ra, Amón y Ptah, los tres principales dioses del panteón del Nilo. Como un igual. Neb-jeperu-Ra Tut-anj-Amón, popularmente conocido como Tutankamón, fue un faraón perteneciente a la dinastía XVIII de Egipto, que reinó de 1336/5 a 1327/5 a. C. Su nombre original, Tut-anj-Atón, significa «imagen viva de Atón», mientras que Tut-anj-Amón significa «imagen viva de Amón». Es posible que Tutankamón sea el rey Nibhurrereya de las cartas de Amarna, y probablemente el monarca denominado Ratotis, Ratos o Atoris, que reinó nueve años, según los posteriores epítomes de la obra de Manetón.
Si bien formalmente se define que la Dinastía XVIII finaliza con el reinado de Horemheb, se puede afirmar con un alto grado de certeza que el joven Tutankamón fue el último faraón de sangre real de la dinastía. Ascendió al trono después del periodo de Amarna y devolvió a los sacerdotes de Amón la influencia y el poder que habían poseído antes de la revolución religiosa y política de Akenatón. Durante su corto reinado estuvo en manos de Ay y Horemheb, que se repartieron el poder: Ay administró Egipto y Horemheb manejó el ejército.
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