RADIO N.A.V. x28 LA CARRERA DEL SUERO A NOME DE 1925

Bienvenidos a nadie al volante hola amigos y amigas bienvenidos a radio nadie al volante hoy vamos a hablar de historia de historia alternativa de la que muchas veces no nos hablan en los libros canónicos y menos en los de nuestro país pero que nos pueden servir para entender nuestro presente mucho mejor e incluso como fuente de inspiración en estos días en los que estamos sufriendo una pandemia mundial os vamos a contar la increíble historia ocurrida en mil novecientos veinticinco de como unos perros con sus conductores de trineo llevaron los medicamentos necesarios para acabar con un brote de difteria en una remota ciudad del loro oeste de alaska y es que hay historias como estas que nos emocionan tremendamente e incluso nos hacen llorar pero nos hacen llorar lágrimas de esperanza y si hay algo que nos cuesta mantener en este frío calculador y muchas veces oscuro devenir nuestro es la esperanza por eso cuando los héroes de nuestro tiempo al champán lo sublime en una labor humanitaria sin precedentes hay que rendirles un homenaje como es debido en este caso a los hombres que participaron en el rescate y sobretodo a los perros que participaron en el llegando a perder la vida unos cuántos de ellos por una carrera contra la enfermedad y eso es lo que vamos a tratar de hacer en nuestro penúltimo programa de esta primera temporada de radio nadie al volante os vamos a contar la épica historia de la carrera del suero de no me o también conocida como la gran carrera de la misericordia mil novecientos veinticuatro curtis webs era el único doctor en cientos de millas en no me una pequeña localidad de alaska situada al lado del estrecho de berlín en la península desigual ciento cincuenta millas al sur del círculo polar ártico los inviernos allí duraban unos siete meses de julio a septiembre el mar de berlín estaba libre de hielos para barcos y coletas que llegaban desde si el uno de esos barcos el victoria era el último barco en irse con más o menos la mitad de la población que no volvía hasta la primavera y a partir de ese momento quedaban aislados del mundo salvo por una ruta que sólo se podía hacer contó trineos tirados por perros el doctor wells observaba siempre con cierta preocupación como se alejaba el barco que había traído los suministros para todo el invierno no me había surgido en plena fiebre del oro la conocida en estados unidos como la gol wife y a principios de los años veinte era la ciudad más al noroeste de toda norteamérica watts contaba con cuatro enfermeras y veinticinco camas en el pequeño hospital de la ciudad llamado el mainar columbus hospital que a su vez era considerado la institución médica mejor equipada el noroeste de alaska en el verano de mil novecientos veinticuatro g wells ya había sido informado de crean toxina contra la vista ya había caducado y necesitaba un lote fresco aunque los dieciocho años que llevaba ejerciendo la medicina en la península desigual jamás había confirmado ningún caso de difteria el pedido que habia hecho el año anterior había sido ignorado y se enfrentaba a un largo invierno sin suministros en caso de necesidad y como muchas veces en la historia basta que pienses cuidado que puede pasar algo y no estamos preparados y justo pasa así que al poco tiempo de que el último barco zarpaba de no me una fan celia esquimal llegaba procedentes de jolie y cross una localidad situada junto al río con con su hijo de dos años enfermo y fueron a ver a nuestra médico al examinar lo wells primero pensó que podría tratarse de una amigdalitis pero el estado de debilidad del niño podría indicar síntomas de difteria que sus otros tres hermanos estuvieran sanos tranquilizado al médico porque la histeria es terriblemente contagiosa pero a la mañana siguiente el niño había muerto y un escalofrío recorrió el espinazo de nuestro doctor un misionero de alaska dijo una vez que nave en el