CRÍTICA **SIN SPOILERS** DE LA PELÍCULA
Tratándose de una peli de la sabiondilla Foster, no pude evitar crearme cierto hype antes de entrar a “Money Monster”. A ello contribuyó el tema y que en la producción andaban enredando Clooney y Grant Heslov, que en lides parecidas parieron perlas como de “Buenas noche, y Buena suerte” o “Los idús de Marzo”.
Pues bien, como dicen los taurinos, tarde de expectación, tarde de decepción, aunque con matices...
Lo primero que habría que hacer es olvidar filmes que podrían ser más o menos referenciales, como “Tarde de perros”, “Network, un mundo implacable” o, los más recientes y más lúdicos, (aunque con poso) “John Q” o “Plan Oculto” . Y ello, porque, el asunto desde casi el arranque es errático, como lo es el tono y, sobre todo, tópico y hasta simplón el diseño de personajes, y el argumento y su resolución, pese a la espectacularidad que de hecho la rodea.
Y es que, nos encontramos más ante una peli con moralina, de esas que hace Hollywood para lavar su conciencia, que ante el “algo más” que se le presupone a sus factotum.
Bien que no todo el mundo puede ser Sorkin, y que George y Julia no son un trasunto de Daniels y Mortimer, en “The Newsroom”, pero se echa de menos chicha, diálogos, y dirección de actores, al menos, sobre todo en Clooney, que roza lo ridículo y es devorado, sin miramientos, por ese chavalito de “71”, “Invencible” o “Convicto”, Jack O´Connell, que entiendo es todo su mérito, vista la carrera que ya luce.
Eso sí, y ahí van los matices, se agradece la solvencia y buen manejo de la cámara. Y que pase volada. Pues entretener, entretiene. Pero me sabe tan mal que vosotros, Foster, Heslov y Clooney, me tratéis como espectador bobalicón, de pelis de buenos y malos, y de historias apapilladas...
Comentarios
Totalmente de acuerdo. Una oportunidad perdida. Gracias por el comentario ;)
Ya vi la película en el cine, y estoy de acuerdo en que la historia merecía más, como en esas películas de la década de 1970 que citabas, sobre todo Network Un Mundo Implacable. O que Polanski o Hitchcock hubieran sacado más partido, como hizo el primero en El Escritor, o el maestro inglés riéndose en la cara de la Policía, plato habitual en sus películas y que nunca defraudaba.