Milenio3 - programa 11x06 completo 9/10/2011 - 01:30 a 04:00 h

«Ocurrió dentro de una iglesia»: Una nueva noticia ha saltado esta misma semana a los periódicos de todo el mundo. Un hombre se arrancó los ojos durante la misa dominical en la Catedral de San Andrea, en la localidad italiana de Viareggio. El hombre, de 46 años y nacido en Inglaterra aunque residente en Italia, se levantó y empezó a gritar mientras extraía sus globos oculares, ante la atenta mirada del resto de feligreses.

Pero no hay que salir de nuestro país para encontrarnos con este tipo de historias. Durante el programa, colaboradores como Jesús Borro, Alberto Cerezuela, Ángel del Pozo o Diego Marañon nos han ayudado a conocer relatos misteriosos vinculados a iglesias de sus ciudades.

Un claro ejemplo de ello son los dibujos sobre ceremonias ocultas que han ido apareciendo a lo largo de los años en el barrio gótico de Barcelona. En este caso, nuestro guía particular ha sido Sebastián D’Arbó.

El exorcista de Barcelona

El padre Juan José Gallego ha sido elegido por el Arzobispado de Barcelona como el exorcista oficial de la ciudad. Un sacerdote cuyo trabajo es luchar cara a cara con el diablo y estar muy atento, ya que hay muchas enfermedades que pueden dar lugar a confusiones.

Aunque no se cumple en todos los exorcismos, el padre Gallego se ha encontrado con síntomas de titanismo, glosolalia, incluso se ha encontrado con un joven que le dijo en latín “te mando que no vuelvas a rezar más Pater Noster”, asegurando su madre que no sabía esta lengua.

El ritual romano, aprobado en 1999, es el ritual de la Iglesia Católica aceptado para el exorcismo.

Pero, ¿cómo se llega a ser Exorcista? El derecho canónico lo único que exige para ser exorcista es tener buena fama, estar formado en Filosofía y Teología, ser sacerdote y tener el mandato del arzobispo de la diócesis.

«Ernetti y el 'Cronovisor'»: ¿Fue verdad que en 1972 unos monjes científicos del propio Vaticano lograron desarrollar una máquina capaz de fotografiar eventos del pasado?, ¿y es verdad, que lograron fotografías de personajes como Mussolini, Hitler, Napoleón o el propio Jesús? ¿Qué se escondió detrás del llamado Cronovisor y cuál fue su destino final?

En mayo de 1972 el diario italiano Domenica del Corriere atrajo la atención del público al difundir la noticia de un nuevo invento que prometía remover los cimientos de la propia historia universal y con ello, el futuro del mundo. La noticia tituló: “Inventan la máquina que fotografía el pasado”, y en ella se relató la historia de 12 físicos del Vaticano, liderados por un padre benedictino de nombre Alfredo Pellegrino Ernetti, que habrían sido capaces de crear un artilugio que les permitía fotografiar momentos determinados del pasado de nuestra historia, tales como la llegada de Colón al llegar el nuevo mundo o incluso, el propio rostro de Jesucristo antes de morir en la cruz.

Tras darse a conocer la noticia, el interés y el escándalo no se hicieron esperar, de inmediato los medios desearon conocer más sobre el tema, sobre todo, aquellas pruebas que certificarían que el citado aparato en verdad funcionaba. Y lo lograron.

Fue el mismo padre Ernetti, quien se encargó de asegurar a la prensa la efectividad del invento. Él aseveró que obtuvo a través de diversos experimentos imágenes increíbles como son el último momento de Napoleón en Waterloo o la instantánea de las tablas de los Diez Mandamientos. Sin embargo, de todas estas capturas sólo una vio la luz pública, aquella en donde se demostraba el verdadero rostro de Cristo minutos antes de morir en la cruz.

La fotografía de Jesús

Al ser publicada la imagen (que según se dice fue filtrada a la prensa por el propio Ernetti), los científicos, religiosos y entendidos en la materia, se dividieron, algunos creyeron en ella debido principalmente al prestigio que tenía Ernetti como científico y sacerdote además de ser un equipo que trabajaba para el propio Vaticano. En tanto que otros sospecharon de un hecho que a todas luces era simplemente imposible de hacer.

Sin embargo, nadie les dio tanta razón a estos último, sino tiempo después cuando una nueva fotografía puso en evidencia que la ya aclamada imagen de Cristo, no era más que una fotografía tomada de una escultura real de un Jesucristo mostrado en el Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza, en Perugia. No obstante y cuando todos pensaban que el tema no fue más que una mala anécdota tanto para la ciencia como para el Vaticano, Ernetti nunca se retractó.