José Bobadilla - Realmente Hacerlo

EL DOBLE DIAMANTE COLOMBIANO, JOSÉ BOBADILLA, CON SU YA CONOCIDA ELOCUENCIA Y SAPIENCIA SOBRE LA INDUSTRIA DEL NETWORK MARKETING; NOS PRESENTA UNA INFORMACIÓN DEPURADA, PROFUNDA PERO A LA VEZ SENCILLA, AMENA Y DIVERTIDA, A SU PROPIO ESTILO, DE CÓMO HACER ESTE NEGOCIO A NIVELES DE ÉXITO.

EL TEMA QUE ABORDA BOBADILLA, EN ESTA OCASIÓN, ES SOBRE LOS TRES ASPECTOS BÁSICOS QUE DEBEN TENERSE EN CUENTA Y APLICARSE EN EL DÍA A DÍA PARA LOS QUE QUEREMOS "REALMENTE HACERLO", DISFRUTANDO EL CAMINO, RÁPIDO Y DE MANERA PRODUCTIVA.

VEAMOS UN BREVE PERFIL DE JOSÉ BOBADILLA Y UNOS PLANTEAMIENTOS SOBRE EL SISTEMA EDUCATIVO QUE REALMENTE NOS LLEVAN A SENTIRNOS PRIVILEGIADOS DE CONTAR CON PERSONAS TAN VALIOSAS EN LA GRAN FAMILIA AMWAY.

José Bobadilla (Wikipedia)
Rector de Una prestigiosa Universidad de Popayán where Inicio Su Negocio.
Inicio el Negocio a mediados del 2005.
En el 2007 Calificó Platino .
En el 2008 Calificó Esmeralda y Esmeralda Fundador
En el 2009 Calificó Diamante
En el 2010 Calificó Diamante Ejecutivo
En el 2011 Calificó Doble Diamante

http://www.amwaywiki.com/Bobadilla,_Jos%C3%A9_de_Jes%C3%BAs

"EDUCANDO SERES HUMANOS PARA SOCIEDADES EXITOSAS"

Por: JOSÉ DE JESÚS BOBADILLA VARGAS jj@abogadosmix.com


La educación nuestra ha sido ciega, no sólo al desconocer que no fundamenta parte de su enseñanza en la transmisión de conocimiento pertinente que sea eficaz en el desarrollo de alguna habilidad particular, sino que además, no se detiene en asuntos elementales en los cuales se basa el progreso de los seres humanos que son a la postre la garantía del éxito personal y profesional, y en su conjunto, significan también el éxito de la sociedad en general; objetivo esencial de toda acción educadora.

¿Cómo entender por ejemplo, que aspectos tan fundamentales como una comunicación humana efectiva, el sentido de dar y servir a otros, la capacidad de liderazgo, el ser positivo, emprendedor, original, auténtico, tenaz y perseverante, estén por fuera de las consideraciones y de los temas cotidianos que la educación maneja?

Estos asuntos deben estar insertos en cualquier currículo y deben servir así de orientadores determinantes si se quiere generar un hombre nuevo que construya sociedades exitosas. Entendemos el éxito como el logro, triunfo, victoria o un feliz término de una actividad por pequeña que parezca. Todas las personas y sociedades sueñan con alcanzar nobles ideales; se es profesional y se quiere triunfar; alguien crea un negocio y sueña con una gran empresa, el Estado y la sociedad sueñan con alcanzar la paz, incrementar el producto interno bruto - PIB para derrotar la pobreza y la miseria de la gente; así encontramos innumerables ejemplos que nos indican en esencia que todos queremos tener éxito en la vida.

No obstante lo anterior, es muy común encontrar que individuos, sociedad y Estado normalmente se encuentran fracasados en el logro de sus propósitos. Si el éxito es el logro de nuestras metas individuales y colectivas, y si la educación es la encargada de formar a los individuos que conforman a la sociedad, podría pensarse que ésta no nos educa para el éxito y al no educarnos para el éxito, nos estaría automáticamente educando para el fracaso.

• EL PAPEL DE UNA COMUNICACIÓN HUMANA EFECTIVA.

Al parecer uno de los principales factores del éxito de las personas es su habilidad para comunicarse e influir con sus ideas en los demás. Esta realidad ha sido siempre asi y hoy con el avance de los medios de comunicación y la desmitificación de la gerencia en las organizaciones, las cuales tienden a volverse mas horizontales que verticales, esta situación se hace mas evidente. En el escenario actual la capacidad para transmitir ideas que produzcan resultados eficientes, será la nota determinante del éxito del individuo en una sociedad competitiva.

La Educación en su conjunto no ha tomado en serio el desarrollo de habilidades y destrezas comunicativas en sus estudiantes y estos salen mal preparados para afrontar un mundo donde comunicarse efectivamente es la clave. Diariamente encontramos ingenieros que si bien dominan su campo de conocimiento, fracasan cuando de presentar en público un proyecto se trata, así mismo, encontramos diferentes profesionales con grandes deficiencias para comunicar sus ideas a los demás; es importante anotar que el ascenso vertiginoso de ejecutivos jóvenes a altas posiciones, se debe en gran parte al buen manejo que de la comunicación estos tienen, pero son pocos.

Ahora bien, para que la comunicación sea un factor determinante del éxito de las personas, hay que tener en cuenta que esta debe ser afectiva, es decir, no puede existir una comunicación efectiva si esta no es al mismo tiempo afectiva; allí es donde está el secreto y la magia de la comunicación para lograr los resultados del mensaje que se transmite. Una comunicación afectiva es sencillamente aquella que es capaz de llegar al corazón del oyente, para que él tome una posición o se encamine hacia un fin esperado.

El mejor ejemplo de lo anterior lo encontramos en las personas que se enamoran; cuando el enamorado es llamado por su enamorada, no existe ninguna barrera que impida acudir a su encuentro. La comunicación en este caso siempre llega al corazón de la persona amada y es por esta razón que siempre logra los resultados que el mensaje transmite. De la misma manera cuando alguien comunica una idea a otro u otros, si esta idea es una palabra vacía y no contiene un buen cúmulo de afecto, no logrará "enamorar" a quien va dirigido el mensaje. Así la comunicación se convierte en un juego permanente de seducción y entre más auténtica y afectiva sea, más podrá seducir a su interlocutor.

En varios estudios realizados se ha demostrado que en el proceso comunicativo intervienen varios factores: la palabra que logra influenciar un 7%, el tono de la voz influye en un 38% y el gesto influye en un 55%. Comunicarse con los demás no es fácil y quienes logran dominar este "arte de los dioses", siempre triunfan en la vida.

La comunicación como herramienta para las personas de éxito, está cargada de otros elementos como la identificación, imitación, sugestión y exhortación. " La identificación es una sencilla reacción sicológica mediante la cual nos hacemos uno con la otra persona" , en ella se adoptan formas de pensamiento, ideas y valores, se copian las reacciones emocionales y formas internas de sentir de esa persona. La imitación es una forma primitiva de aprendizaje que permite al hombre adquirir todos los conocimientos de otras personas para incorporarlos a su vida. La sugestión es un proceso mental en cuya virtud se aceptan unas ideas como resultado de la relación con la persona que las expresa; muchas ideas, creencias, actitudes y hechos de la cotidianidad que ha generado la sociedad se aceptan, sin ser evaluadas lógicamente, pertenecen al pensamiento de la colectividad y para ser miembro de ella deben respetarlas. La exhortación es un tipo de llamado especialmente al valor y al espíritu de sacrificio, el valor permite luchar físicamente para sobrevivir, el espíritu de sacrificio permite que la colectividad sobreviva sin importar la vida del individuo.

La comunicación de éxito debe tener esos elementos para lograr la motivación y actuar basado en hechos que se comunican. Los seres humanos usualmente los observamos como si estuviesen expuestos en una urna de cristal y no sentimos ningún deseo de actuar, las sociedades de éxito no los contemplan de esa manera, son responsables de ellos, tienen interés en ellos y se siente implicada emocionalmente con ellos, surgiendo un deseo y motivación para utilizarlos. Basta recordar el fusilamiento de los estudiantes que no estaban de acuerdo con el gobierno popular chino en la plaza de Thiamen, frente a la solidaridad de los holandeses por el secuestro de uno de sus ciudadanos o la movilización de los españoles por el asesinato de un concejal, comparado con la indiferencia de los colombianos ante el asesinato de más de treinta mil personas cada año, la crisis que vive el Putumayo y la ausencia del Estado para los ciudadanos que están en la llamada zona de distensión.

"Una comunicación de éxito llega a nosotros con mayor sentido y significado, cuando sentimos agrado por la persona que hace la comunicación y cuando nosotros mismos nos sentimos implicados en lo que se está diciendo" . Los hechos producen el impacto sobre cada uno de nosotros. Las sociedades de éxito asocian los hechos poco interesantes con algo que puede interesar personalmente para lograr atraer la atención, por ejemplo los impuestos, los incrementos salariales, entre otros, estas sociedades hacen que los demás acepten los hechos tal y cual los presentan, gracias a su cualidad carismática de influir; el sueño americano que nos presentan los diferentes medios de comunicación donde está el reino de la abundancia y el poder, no necesariamente puede ser así, pero esa sociedad con todos sus defectos logró el reconocimiento de todo el mundo. Ellos comunican únicamente lo que les conviene e influye inmediatamente en todas las sociedades.

Si la educación permitiera por lo menos mostrar la cruda realidad de la sociedad; si no fuera ajena a lo que más le duele a la gente; si comunicara no lo que quiere la sociedad como es encasillar al individuo en ella y por el contrario formara seres humanos auténticos que inspiren y den alas a sus sueños; se estaría desarrollando en el individuo la virtud de comunicarse efectivamente con los otros y así mismo se contribuiría a construir sociedades de éxito. Una comunicación humana efectiva, permite la comprensión de las personas, en un mundo desarrollado donde la no comprensión de los humanos es la nota predominante causa de la violencia y la guerra. La comprensión de los seres humanos debe ser problema vital de la educación

• EL SENTIDO DE DAR Y DE SERVIR A OTROS.

La educación nuestra tradicionalmente ha basado su quehacer en la transmisión pasiva de conocimientos sin detenerse a pensar siquiera en el sentido de la misión que una persona educada juega en la sociedad. Este tema resulta algo exótico para profesores, directivos y estudiantes, y solo preocupa cuando la corrupción se vuelve rampante y el delito se ejerce en gran proporción por personas que han tenido acceso a la educación, es allí cuando surge el tradicional discurso: "es hora de educar en valores". No obstante el currículo sigue sin sentido, enseñando por enseñar, sin conexiones con los aspectos importantes de la vida y sin tocar los temas trascendentales que hacen posible una existencia armónica del hombre en sociedad y la forma como este se interrelaciona inteligentemente con los otros. Así, el tema de los valores y los principios en la actividad educativa, si bien en muchos académicos últimamente se ha convertido en un discurso permanente, parece que no hemos encontrado la forma de trasmitirlos a los otros más que mediante las aburridas clases de ética.

Nuestra cultura esta fuertemente orientada al logro de objetivos económicos, muchas veces sin importar el mecanismo por el cual se acceda a ellos. Ser rico entre nosotros y poseer los medios que permitan un disfrute pleno de la vida sin tener que trabajar pereciera que es la máxima aspiración. Al parecer, el aprendizaje cultural nos indujo a sentir y a pensar en lo fácil, en lo rápido, en lo regalado; a no valorar el esfuerzo y la virtud del trabajo. Los colombianos somos aguerridos trabajadores, pero cuando vemos el camino de lo fácil, nos vamos por ahí.

En resumen, nuestra cultura se orienta en una carrera de búsqueda incesante del dinero y se cree que este es el mejor factor de éxito. Eso no tendría nada de malo, si la misma cultura nos hubiese enseñado los mecanismos correctos de lograr este objetivo.

Bajo este contexto, es normal escuchar de alguien que quiere acceder a la universidad a estudiar medicina o derecho, por ejemplo, cuando se pregunta los móviles que le empujan a tomar esa decisión casi siempre el mensaje que se trasmite es: "porque esa carrera produce buenos dividendos", esto se acentúa aún más cuando en un hogar alguien escoge una carrera poco tradicional o que tiene que ver con el arte, inmediatamente cualquiera, por lo general el papá, dice: ¿porque no escoges una carrera mejor, algo que te ofrezca mas posibilidades?, normalmente esas posibilidades siempre se referencian en términos económicos.

El problema, si bien es cierto que pareciera empezar en casa, también lo es porque la educación no hace nada por corregirlo. Es asi como el educando al no encontrar mensajes que le orienten en otro sentido, cree que lo que ha recibido de la cultura es lo correcto como orientador de sus acciones. Como la educación es ajena a estas cuestiones se dedica a trasmitir el paradigma. A manera de ejemplo, pasando por un salón de una Universidad, encontré a un profesor que daba clase a sus estudiantes de administración y les preguntaba: ¿para que creen ustedes que se crea una empresa? ¿Cuál es su fin ultimo? Muchos respondieron: para dar valor agregado a la materia prima, para generar riqueza, para generar utilidades concluyó otro estudiante. El profesor utilizó esta última conclusión y en un tono de "eureka" dijo: ¡eso es, para generar utilidades!.

El profesor saca con sus estudiantes una conclusión que para el es lógica: "la empresa se crea para generar utilidades". Este asunto aunque inicialmente parezca sencillo, podría significar la causa de la falta de competitividad de nuestras empresas, veamos porque: cuando una empresa se crea solo con el objetivo de generar utilidades siempre se preocupará por obtener altos rendimientos a costa de la calidad del producto y en un mercado competitivo donde lo que importa es la calidad del mismo, esta empresa estará presta a salir del mercado.

El profesor no se ha dado cuenta que lo que enseña es ajeno al sentido ético de una empresa y a la razón de su misma existencia, causa de la corrupción, la mala calidad de los servicios, la obtención de ganancia a costa de lo que sea, etc., pues el fin ultimo de una empresa no es la generación de utilidades, sino, la satisfacción de necesidades de las personas. Es decir, la empresa se crea para servirle a otros y no para nada más. Es por la prestación de un servicio a la gente que la empresa gana utilidades, ese es su verdadero sentido.

Al respecto he querido traer como anécdota un hecho ocurrido cuando inicié mi vida en Popayán. En la esquina de la cuadra donde vivía, una día cualquiera se ubicó una señora con un pequeño canasto a vender pan hecho por ella; me acerqué y compré un pan, ella amablemente me saludo manifestando que era su primer cliente y que le daría buena suerte. Al comer el pan pude comprobar su calidad; tenía un profundo sabor casero, la harina bien seleccionada y tratada, se notaba que había sido remojada con huevos de gallinas del campo, las formas del pan demostraban el amor de la señora hacia su trabajo, allí habían figuras de corazones y moños que semejaban regalos; se percibía que había sido asado en horno de leña como los que abundan en las casas campesinas, su fresco olor traspasaba los limpios paños blancos con los que cuidadosamente habían sido protegidos. Pronto los vecinos se enteraron de tan extraño acontecimiento y acudieron a vaciar su canasto, todos los viernes estaban pendientes de la llegada de aquella señora, quien ya no traía uno, sino dos, tres, cuatro y más canastos, los que nunca dieron abasto.



Pasada la temporada de vacaciones y de regreso a la ciudad, al ver a la señora, recordé inmediatamente el exquisito sabor de su producto y me acerqué de nuevo a comprar unos panecillos. Encontré que aquel negocio había cambiado; tenía ahora el aspecto de una caseta de esas que se instalan en todas partes. Al preguntarle a la señora por su aparente éxito, ella me respondió: "por ser a usted joven que fue mi primer cliente y me ha dió tan buena suerte le voy a contar mi secreto: la demanda fue tan grande que vi en este negocio una gran oportunidad, así que logré instalarme permanentemente en esta esquina, compré un horno a base de gas, contraté un panadero y de remojar un talego de harina pasé a seis bultos, los cuales los amasan apropiadas máquinas. Como los huevos elevaban el costo, me recomendaron disminuirle a estos hasta desaparecerlos y en su defecto utilizar una levadura importada de muy alta calidad. !y si viera, mi negocio va muy bien¡". Me obsequió un pan, y al comerlo, sentí una rara sensación en la boca. De inmediato percibí que todo había cambiado, efectivamente, ahora me estaba comiendo ! un pedazo de icopor!............................ .

Las empresas mas prósperas del mundo lo son en la medida que satisfacen una necesidad humana, en ellas la cultura en la cual están inmersas permite que la gente sea auténtica, entregada, comprometida y apasionada por servir. Entre nosotros en cambio, como nos mueven otros valores, enseñamos primero que las empresas son solo para ganar dinero y después tenemos que dar seminarios y hacer posgrados para enseñar a la gente a servir a los clientes como si eso fuera una moda y no la respuesta de la calidad humana de quien sirve auténticamente, es decir, aquí pensamos al revés.

Con valores como los anteriores se educaron la mayoría de nuestros empresarios y profesionales. Es posible encontrar allí una explicación de la precariedad en la calidad de los bienes y de los servicios; pues es muy común entre nosotros que los productos sean fabricados con insumos de mala calidad a fin de reducir costos, pero que en un mercado globalizado están condenados a desaparecer. Esta conducta muy usual la podemos evidenciar en la actitud de muchos profesionales, quienes empujados por su ambición de lucro personal realizan su trabajo en forma mediócre, causándole un profundo daño a la sociedad y destruyéndo torpemente su propio futuro. Dentro de los innumerables casos podemos recordar el acontecido con la construcción de un puente en la ciudad de Cartagena, el cual además de causar un daño ecológico, a raíz de su mala construcción se desplomó días después de su inauguración y el ingeniero entró a las largas listas judiciales como un delincuente más.

El universo está regulado por leyes naturales que influyen permanentemente en nuestras vidas, así las desconozcamos o pretendamos ignorarlas. De esta manera, antes que Galileo descubriera el enjambre del cosmos, así la incipiente educación desconociera tal hecho, este nos gobernaba desde siempre; entonces, ¿Por qué la educación en lugar de transmitir un conocimiento tradicional, no se ha ocupado de analizar como funcionan las diversas relaciones entre los hombres y las posibles leyes que las regulan?, aquí podría estar la clave del éxito.

Lamentablemente entender que el servicio a los otros es el mejor camino del éxito personal y empresarial, no surgió en las aulas educativas, sino de la experiencia de empresas que al verse abocadas a la alta competencia que introdujo la globalización entendieron que era necesario buscar un sentido a lo que hacían y centraron así sus esfuerzos en la solución de necesidades humanas; el resultado: las empresas que pudieron servir mejor y ofrecer productos de alta calidad, lograron no solo sobrevivir, sino crecer enormemente. Al parecer como ha ocurrido con muchos descubrimientos, este secreto lo encontramos por accidente.

Quiero referirme al caso de la empresa Mc Donald, con su marca de hamburguesas nace en el país de las comidas rápidas y no solo rompe el récord de crecimiento en el mercado norteamericano, sino que se extiende por todo el planeta. ¿Cuál fue su secreto? . Ofrecieron una hamburguesa hecha a base de las mas frescas e higiénicas carnes del mercado, adquirieron el mejor pan, los mejores tomates y verduras; tuvieron claro que el producto debía ser consumido antes de un tiempo que no sobrepasarta los 30 minutos, al cabo del cual la hamburguesa se consideba dañada y era arrojada a la basura, ya que según criterio de la empresa, no era apta para el consumo humano. Los sitios de expendio del producto reúnían altas calidades de imagen corporativa, higiene, comodidad y servicio agregado al cliente. Además de esto, diseñaron un modelo de comercialización el cual permitió que todos ganaran con el producto, capacitaron a las personas que quisieron involucrarse en el negocio y compartieron con ellas parte de las "regalías", a la vez que les otorgaron la franquicia de la marca. Estos hechos permitieron una rápida expansión de la empresa, sin descuidar los estrictos controles de calidad. Mac Donald entendió el principio de que "una empresa que no nace para servir, no sirve para vivir".

El concepto de dar y servir a otros se ha convertido en la base de las más modernas teorías económicas y administrativas. Entendiendo esto, la prestigiosa Universidad de Harvard , ha desarrollado la teoría de la negociación basada en lo que ellos llaman "ganar - ganar"; básicamente consiste en enseñar que en cualquier transacción humana para que ésta sea exitosa y duradera debe prevalecer la ganancia y el crecimiento de ambas partes. Este concepto, no obstante, estar teóricamente difundido en el mundo, contradice de manera profunda la forma de actuar de nuestra sociedad que lamentablemente se ubica en el "ganar - perder", siendo en este modelo muy pocos los ganadores y muchos los perdedores; en este ámbito pueden estar los grandes problemas de Colombia, pues, esta situación nos incapacita para ser competitivos, para negociar y solucionar nuestros conflictos.

La educación no se ha fijado en entender las "leyes naturales", que a pesar de estar en la cotidianidad pasan totalmente desapercibidas, por el contrario, convive y valora el paradigma del "ganar - perder" y centra allí todo su accionar educativo; profesores considerados brillantes por su capacidad de hacer perder a otros; programas diseñados para que el estudiante pierda y no para que logre sus metas.

Entender el sentido de dar y servir a otros, deberá ser tema prioritario de una educación que persigue la convivencia, el progreso y la felicidad de hombres y mujeres. Educar en la generosidad y el desprendimiento hará que los seres humanos se encuentren así mismos. Pues ya lo decía Khalil Hibram: "id pues a vuestros campos y a vuestros jardines y ahí aprenderéis, que el placer de la abeja es chupar el nectar de la flor y que también es placer de la flor entregar su nectar a la abeja pues para la abeja, una flor es una fuente de vida, y para la flor una abeja es una mensajera de amor, y para ambas, la abeja y la flor, dar y recibir placer es una necesidad y un éxtasis irreemplazable. En vuestros placeres imitad siempre a las abejas y a las flores "

• EDUCACIÓN Y LIDERAZGO.

Suena paradógico pero es posible pensar que en la educación es donde menos abundan los sueños, esta tan ocupada en repetir fórmulas y en "reciclar" el conocimiento que pareciera que la producción de ideas no le fuera natural. El exceso de racionalidad que se apoderó de la academia, ha roto los lasos conectantes con el mundo de la creación y con los espacios donde se desarrolla y se crea el futuro. Desde que se burocratiza la actividad de educar y se empieza su explotación como una forma de vida, algunas veces sometida a los excesivos controles del Estado y en otros a las manos de particulares, no siempre movida por el afán de generar ideas de progreso, los sueños y la posibilidad de revolucionar el mundo pasaron a otro plano.

En la educación la inexistencia, incluso de un vocabulario de liderazgo, junto con la escasez de acciones coherentes con este son evidentes. Es posible que esto se deba a que en nuestra educación la existencia de maestros triunfadores sea realmente escasa, pues es normal que al sistema educativo ingresen un buen número de profesionales que al no encontrar otro campo laboral o en su defecto, los puntajes exigidos para para otro tipo de profesiones no les hayan alcanzado, optan por ser educadores. También se dan casos de muchos profesionales que al fracasar en su campo, terminan ejerciendo la docencia . Es necesario por ello un docente que pueda dar ejemplo, que sea capaz de aportar coherencia entre lo que dice y entre lo que practica en su vida diaria, pues hoy con el avance de los medios de comunicación y de las redes de datos, el almacenamiento y la transmisión del conocimiento como fríamente se ha hecho hasta ahora, han pasado a un segundo plano como actividad del maestro; hoy se necesita un maestro que acompañe el proceso de aprendizaje y que básicamente transfiera valores y principios, no solo con su discurso sino con su vida. Por lo anterior, es un imperativo de la educación, "Lograr que el maestro sea siempre un líder culto, humano y científico. Sin un buen maestro, cualquier proceso educativo es fallido. Metafóricamente, la educación necesita que todos sus profesores sean "ultimo modelo" en academia y humanismo".

Reconocer que la educación en el tema del liderazgo es pobre y se equivoca permanentemente, deberá ser el principio que nos invita a cambiar. Si el papel del docente es formar a los profesionales de la sociedad, es necesario invitar a que los estudiantes piensen, construyan el conocimiento, a que encuentren en el diálogo la mejor forma de aprender y enriquecerse mutuamente, y sobre todo, a que hagan realidad sus sueños. El verdadero maestro siente, vive y comparte con sus estudiantes el conocimiento, él entiende que cada grupo es diferente y por tanto diseña estrategias para cada uno de ellos de manera que le permitan aprovechar al máximo sus saberes. La educación debe formar a los seres humanos que en esencia son el fruto de la sociedad y el futuro de la misma, en nuestra educación existe deshumanización y el estudiante debe ser tratado como un ser humano pues cuando esto sucede, él está aprendiendo algo de sus docentes, que de hecho le permitirán construir un mundo mejor.

Existe una gamma de prototipos de maestros desde los más rígidos, hasta los más flexibles y los grupos de estudiantes se adaptan muy fácilmente a ellos; la labor pedagógica exige del maestro que sea la persona ideal para compartir, siendo el amigo compañero en el arduo camino del conocimiento. El maestro que requieren las sociedades exitosas debe tener de todo un poco, debe ser afectuoso, tolerante, exigente, innovador, creativo, ético, motivador; es la persona que sabe escuchar a sus estudiantes y que es capaz de tomar decisiones en el momento oportuno; debe ser un ser responsable, actualizado, apasionado por su profesión, investigativo, creativo, pertinente, transformador y comprometido con lo que hace.

Para lograr lo anterior, la educación debe tomar con más seriedad el proceso de selección de sus maestros para que éstos sean más competitivos y puedan dar una mejor calidad. Pero cuando hablo de competitividad, no me refiero solamente a la que se infiere de poseer unos títulos académicos; más bien se trata de buscar en espacios donde nunca hemos buscado, por ejemplo en la capacidad emocional del docente, en como está estructurada su manera de pensar, en su proactividad , que es la capacidad de convertir los fracasos en oportunidades. Allí puede estar el punto crucial de la educación. Si tenemos en cuenta que esta sociedad se fundamentó desde un comienzo, en un fuerte principio de reactividad, desde hace 500 años, nos enseñaron a culpar de todo lo que nos pasaba a los demás, la de ser pobres siempre se le imputó a España por habernos explotado y subordinado durante tanto tiempo, luego nos enseñaron a echarle la culpa a Inglaterra y más adelante a EE UU, "esos imperialistas, capitalistas y yanquis que explotan nuestros pueblos son los culpables de nuestro atraso". Aprendimos a culpar a nuestros padres de no haber estudiado, al Gobierno de no sacarnos adelante, al rico de la esquina por ser rico, y ahora, cerca del tercer milenio, al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y al neoliberalismo. Por esto entre nuestros políticos, la culpa de todo siempre la tiene el mandatario anterior, en las empresas la culpa de no ser productivas es siempre de los trabajadores y estos a su vez creen que es de la gerencia. En 1991, la Compañía Monitor realizó en Colombia un estudio de competitividad y al analizar el sector del cuero cuero, encontró algo muy significativo; al averiguar por la mala calidad del proceso, y por que no era competitivo en el mercado internacional, encontró que quienes vendían los artículos, culpaban a quienes confeccionaban el producto, a su turno estos, culpaban a los curtidores, y estos a su vez, pasaban la culpa a los ganaderos quienes al ser interrogados, terminaban por echarle la culpa a la vaca.

Este comportamiento de no asumir nuestras propias responsabilidades, es posible sea el mayor inconveniente para progresar. Nosotros, aprendimos a vivir a la defensiva, nada es bueno y ninguna reforma nos conviene; queremos que todo cambie pero seguimos aferrados fuertemente al pasado, esperamos un salvador y no queremos reconocer que somos la causa directa de nuestros males. Este mal crónico que nos aqueja, lo vimos y lo seguimos viendo fielmente reflejado en nuestros maestros, quienes muchas veces se comportan reacios, y no dimensionan la urgente necesidad de reformar una educación que tanto lo necesita. Para una gran parte de maestros parece que solo importara sus prebendas y privilegios. Es común ver que se lanzan a las calles a protestar, la mayoría de las veces con peticiones de índole laboral, a las cuales algunos han llamado "problemas estomacales del gremio educador" pero pocas veces se reúnen para soñar una mejor educación, del escaso compromiso frente al tema de la educación y mucho menos de evaluación de su gestión como educadores. Lamentablemente el ejemplo que una inmensa mayoría de maestros da a las nuevas generaciones es su forma de protestar: "abajo la privatización" "abajo el Banco Mundial" y "abajo el Gobierno neoliberal".

Es fácil percibir que estos educadores no han entendido que el mundo cambió y se mantienen anclados en décadas pasadas, utilizando métodos de lucha que no han funcionado ni siquiera en los países donde estas formas de lucha nacieron.

Como la educación ante todo es un ejemplo, nuestras actuales generaciones se están educando bajo este siniestro influjo. Por el contrario, un maestro con una estructura emocional distinta podría dar aportes valiosos a sus estudiantes en una educación emocional que hasta ahora no hemos tenido. Crear una empresa, inventar algo, solucionar un problema y hasta elevar un globo, más que ser un problema intelectual de los que se ha ocupado tradicionalmente la educación, es una cuestión emocional. Infortunadamente la educación ha valorado lo académico intelectual en la formación del maestro y por ende del estudiante y la ha llevado a despreciar lo emocional, causa y fin de todo progreso humano. A una institución le interesa que su docente tenga estudios de posgrado o haya estudiado en el exterior, pero poco le importa si este es pesimista, poco emprendedor, reactivo y perdedor o si por el contrario tiene virtudes de liderazgo, imaginación, optimismo o perseverancia. Esos valores para nuestro sistema no cuentan. Sin embargo, hoy se ha avanzado en gran medida en este sentido, sobre todo en los países más desarrollados donde las grandes compañías contratan a personas teniendo en cuenta un modo distinto de inteligencia; por este motivo Dadiel Goleman sostiene: "las fuerzas del mercado que están dando nueva forma a nuestra vida laboral, están adjudicando un valor sin precedentes a la inteligencia emocional para el éxito en el trabajo; y cómo las emociones negativas suponen para nuestra salud física, un riesgo tan grande como nuestros hábitos de fumar; este modelo ampliado de lo que significa ser "inteligente" coloca las emociones en el centro de la aptitudes para vivir" . Los grandes logros de la humanidad, mas que con conocimiento se han logrado con virtudes emocionales, Willian Benet cuenta en una biografía, del gran genio Tomas Alba Edidson, como aquello que más lo identificaba era su profunda inteligencia emocional basada en su capacidad proactiva, optimista y perseverante. "Un día ante los "fracasos" constantes por encontrar el filamento que haría posible hacer brillar la bombilla, sus amigos le decían: ! ya no lo intentes más! ¿No te das cuenta de cuantas veces has fracasado? A lo que Edidson respondía: esto para mi no es fracaso, pues cada vez que no doy con mi objetivo, estoy mas cerca de lograrlo porque me doy cuenta que por ahí no es" .

Seguramente si la educación se nutriera de otro tipo de inteligencia, es decir no solo de intelectualidad y mas de emocionalidad, podría lograr progresos insospechados, y así las viejas estructuras basadas en la almismo investigación, la extensión y la docencia, que como pilares mueven hoy a la universidad colombiana, podrían cambiarse mejor por las de: "imaginación, sensibilidad y liderazgo" . De esta forma podríamos tener menos profesores dedicados a repetir, y más profesores exclusivamente dedicados a inspirar. Así como en la novela de Laura Esquivel, todos tenemos en nuestro interior una cajilla de cerillos a la espera de un detonador para sacar su fuego ; y en palabras de Yhon Adair: "la verdadera esencia del liderazgo no consiste en poner grandeza en lo humano sino en evocarlo porque la grandeza ya esta allí".

Los progresos humanos se han dado por la virtud que algún hombre ha tenido en imaginarlos. Desde los filósofos que aspiraban a dar las ideas para construir un mundo democrático y libre, las primeras propuestas de Da vincci por imaginar al hombre volar, el gran sueño de explorar el espacio mediante la colocación del primer hombre en la luna, hasta los últimos avances de las telecomunicaciones en el mundo, nos dan la razón que las palabras de Einstein: "es mas importante la imaginación que el conocimiento" tienen un inmenso valor.

La era que estamos viviendo es del desapasionamiento, quizá porque la educación nos ha hecho olvidar el ejercicio de imaginar. Miles de jóvenes entran pletóricos de ideas y de sueños y la educación como por arte de magia se encarga de borrarlos de un plumazo, el ambiente de nuestra educación carece de locura creativa y de seres que puedan abrir el camino de la creación. La educación debería estar cargada de utopías y debería permitir que en su interior crear espacios propicios para que los demás las cultiven.

Si el liderazgo es la transformación de paradigmas, la mejor muestra de su inexistencia en la educación, es la incapacidad de reinventarse asi misma y persistir en repetir sus errores. En tal sentido, en la educación existen gerentes pero muy pocos líderes.

Es preocupante la estaticidad de nuestra educación y el anquilosamiento de sus actores. La educación se ha cuadriculado, se complica con fórmulas y esquemas, al limitar los espacios de la creatividad, lanza un permanente mensaje de no cambio a sus educandos, de esta manera, para un estudiante que ha estado más de cinco años en una universidad, el cambio en vez de constituirse en algo normal, se convierte en algo exótico que no hace parte de su mundo. Pues la educación ha olvidado los espacios de la vida ya que como dijera Adair, "El caos con frecuencia engendra vida cuando el orden lo que engendra es hábito". Lo anterior, se constituye en la más grande amenaza en un mundo en cosntante cambio. Es por esto que se urge de líderes, de actores educativos que transformen la realidad existente. Por este motivo, la pedagogía necesita apasionamiento y éste es propio de los líderes, de allí que Simón Rodriguez sostiene: "lo que no se hace sentir no se entiende y lo que no se entiende no interesa".

LA UTOPÍA DE UNA SOCIEDAD EXITOSA.

Decía al comienzo que todos soñamos con el éxito y como triunfar en la vida, además que la Educación mas que preparar para el éxito, ha preparado a la sociedad para el fracaso, entonces ¿Cómo pretender cambiar el paradigma?.

A pesar de los excesos de trabajo que ha traído consigo la globalización y la competitividad, el hombre tiene las herramientas que le permiten hacer más en menos tiempo y lograr sus metas empleando menos energía. El avance de la tecnología, el desarrollo de los bienes y servicios, el conocimiento al alcance de todos y los sistemas políticos que le permiten organizarse de tal forma que se impulse el desarrollo individual y colectivo, son la garantía y el mejor escenario de progreso social.

Para lograr las metas de una sociedad como la nuestra, se hace necesario educar a un hombre en otro contexto que aprenda los elementos mínimos de la convivencia con los otros, que sea capaz de comprender a sus semejantes y así romper los obstaculos del odio y la guerra. Las sociedades exitosas deben tener una gran capacidad de aprender de sus errores para entender que alcanzar el éxito es un hecho donde existen muchas barreras por vencer permanentemente, para algunos tras años de pruebas y equivocaciones; las sociedades exitosas entienden que en cada error y en cada fracaso hay una oportunidad. Nuestra sociedad ha dado malos indicios en la solución de conflictos, en este aspecto es perdedora, porque no empieza algo con tenacidad, y si lo empieza, en cada pequeño fracaso quiere dejar de lado el proyecto; esto ha sucedido con los dialogos de paz, el gobierno se siente presionado por los mensajes que diariamente le trasmite una sociedad reacia a entender que el éxito tiene su precio.

Un hombre educado para una sociedad exitosa, entiende que el vencer los obstáculos día a día, difíciles o no, siempre serán superables, por el contrario existen hombres incapaces de hacerlo. En las relaciones de los seres humanos la violencia es la mayor muestra de nuestra incapacidad para vencerlos, en ella se pierde fuerza y confianza y evitamos abordarlos con seriedad. La virtud de hacer frente a los obstáculos en lugar de evadirlos con la violencia o con distintas formas de esquivarlos, distingue de los que triunfan, de los que fracasan.

En un mundo globalizado como el que vivimos, todos tenemos oportunidades, nadie puede ser víctima de nadie; bajo este contexto, la educación deberá propender por formar a un hombre que se sienta cada vez más dueño de sí mismo y menos victima de las circunstancias. En una sociedad de éxito los individuos tienen voluntad sobre sus vidas y ejercen sus derechos para alcanzar su propia felicidad.

Si la educación quiere hacer de la nuestra una sociedad exitosa, deberá propender por formar un hombre que dependa cada vez menos del Estado y mas de sí mismo, persistente, perseverante, arriesgado, emprendedor, responsable, creativo y soñador, alguien que aprovechando las oportunidades del diario vivir, entienda que lo importante, no es el saber por el saber, sino lo que se es capaz de hacer con lo que se sabe.

Los vertiginosos cambios de la humanidad nos están brindando muchas oportunidades y cada día que inicia pareciera ser un nuevo comienzo para nuestras vidas; un hombre formado para una sociedad exitosa sabrá valorar esta nueva realidad, entenderá, que no podrá llorar, porque mientras lo hace, las lagrimas le impedirán ver las estrellas. Colombia tiene todo su potencial para cambiar su dura y pobre realidad; así lo sostuvo la misión de Ciencia Educación y Desarrollo cuando dijo: "las condiciones estan dadas como nunca para el cambio social y la educación será el instrumento maestro". Por lo tanto, es la educación la encargada de formar seres humanos que sean capaces de triunfar, y de construir sociedades éxitosas.
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EL CAZADOR DE DRAGONES

Cuando hubo terminado sus estudios de bachillerato el joven Darío, no sabiendo qué carrera estudiar, acudió al sabio anciano que vivía en las montañas. Lo recibió debajo de un frondoso árbol de flores amarillas, cayado en mano, y le pregunto qué quería. Cuando el joven Darío le hubo explicado la razón de su visita, el anciano le dijo: los hombres han olvidado lo esencial y se han dedicado a la búsqueda de lo accidental. La esencia es liberar al mundo de la plaga que lo infesta y dedicarse a la más noble actividad que pueden emprender los humanos: cazar dragones. El joven Darío se sometió a un riguroso plan de formación con el anciano sabio y diez años después éste lo hizo arrodillar debajo del árbol de flores amarillas, le puso el cayado en el hombro derecho y lo declaró Ph. D. En cacería de dragones. Después de brindar un jugo de uvas lo envió a recorrer el mundo y a matar dragones.
Diez años después, ya convertido en un hombre, regresó Darío donde su anciano maestro y le informó que, tras recitar todas sus enseñanzas y recorrer todos los territorios del país en muy difíciles circunstancias (cuando salió ni siquiera sabía cómo amarrarse los cordones de los zapatos), éste era el resumen de su actividad profesional no había logrado ver, menos cazar, ningún dragón.

Bien, hijo mío, le dijo el anciano maestro sin inmutarse, si en diez años no has podido cazar ni un dragón, haz como yo: dedícate a enseñar a los jóvenes cómo cazar dragones.

El fenómeno primordial de la educación colombiana, muy acentuado en la educación universitaria, que consiste en que se ha democratizado la expansión escolar pero no se ha democratizado la calidad de la educación, es lo que podría denominarse el síndrome del cazador de dragones: dar más a más personas algo que difícilmente puede utilizarse debido a su baja calidad, La ausencia de los procesos creativos, de programas serios y sistemáticos de investigación en la mayoría de los centros de educación superior, los deja como meros distribuidores de conocimiento y más probablemente como dispensadores de información: Cabría entonces preguntarse si la educación superior está transformando a los jóvenes colombianos en cazadores de dragones.


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Fuente:
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