Joe Biden y la acusación de agresión sexual que ha puesto a su campaña en jaque

4 de mayo | Nueva York

Hola a todos. Joe Biden se enfrenta a una acusación de agresión sexual y los realities llegan a TikTok.

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© Joe Biden (Facebook)

???? Removiendo el pasado

Lo importante: Joe Biden respondió este pasado viernes a la acusación de agresión sexual por parte de Tara Reade, una mujer que dice que el exvicepresidente la penetró con los dedos en la primavera de 1993, cuando trabajaba como asistente de personal en su oficina senatorial.

La acusación ha sacudido con fuerza a la campaña de Biden en lo que todavía son los primeros coletazos de la que promete ser una campaña presidencial intensa, visceral y sin tregua.

Por qué ahora. Es la gran pregunta en lo que refiere a acusaciones de agresión sexual que se remontan varias décadas en el pasado, en especial de señalados que ya llevan el mismo o más número de años en la vida pública.

Biden fue senador por Delaware desde 1973 hasta 2009 y vicepresidente con Barack Obama entre 2009 y 2017. Reade nunca acusó públicamente a Biden de agresión sexual hasta ahora.

En 2019, Reade sí acusó a Biden de tocarle los hombros y el cuello de forma inapropiada cuando trabajaba para él. El suyo fue uno de varios testimonios por los cuales Biden publicó esta disculpa:

Si algo nos ha enseñado el movimiento #MeToo es que hay mujeres que tardan años en tener fuerza suficiente como para hacer público un trauma de índole sexual que sufrieron en el pasado.

Algunas nunca lo hacen por vergüenza, por miedo a que no las crean, a represalias o simplemente porque no creen que vayan a ganar nada con ello.

Cuando una acusación de estas características se vierte sobre un candidato presidencial, y sobre todo uno que aspira a disputarle a Donald Trump la que ya está siendo considerada como la carrera a la Casa Blanca más importante en varias generaciones, el escrutinio es mucho mayor.

No solo eso. Los demócratas quieren echar a Trump sea como sea, con lo que una sola acusación va a entrar de lleno en un terreno social hostil. Cualquier amenaza a la victoria demócrata es de todo menos bienvenida.

Con tal de ser justo con todas las partes, voy a explorar la historia de Reade, qué personas corroboran su versión de los hechos, qué dice Biden y qué dicen sus rivales políticos.

LA HISTORIA

Reade trabajó para la oficina senatorial de Biden entre 1992 y el verano de 1993. Esta es la versión de los hechos de la supuesta agresión, según Reade:

En la primavera de ese último año, Reade dice que le pidieron que entregara una bolsa al entonces senador de Delaware.

En un pasillo en algún punto* del complejo del Capitolio, Reade dice que Biden la empujó contra una pared y que usó su rodilla para abrirle las piernas y meterle los dedos dentro de la vagina.

Pongo el asterisco porque el hecho de que Reade no recuerde en qué parte del Capitolio sucedió la supuesta agresión ha sido motivo de alarma para los defensores de Biden.

Reade recuerda que empujó a Biden y que el entonces senador le dijo: “Venga ya, hombre. He escuchado –– Creía que yo te gustaba”. Según ella, Biden añadió: “No eres nada para mí. No eres nada”.

Después, la cogió de los hombros y según Reade le dijo algo así como: “Estás bien. Estás bien”. Y se fue.

Incómoda. Reade asegura que comentó con varios compañeros de la oficina que sus interacciones con Biden la hacían sentir incómoda, aunque nunca llegó a mencionar la agresión.

En concreto, Reade dice que habló con tres de sus superiores. Ninguno de ellos corrobora que algo así sucediera. Los tres dicen no recordar nada semejante y defienden a Biden como un senador cuyo comportamiento siempre fue ejemplar.

Queja formal. Reade dice que más adelante presentó una queja formal contra Biden en una oficina de personal del Capitolio, pero no tiene una copia de la misma y nadie ha sido capaz de encontrar alguna hasta el momento.

Reade contó en una entrevista con Associated Press que nunca llegó a hablar de agresión sexual en su queja, pero que sí mencionó otra cuestión:

“Recuerdo que hablé de que él quería que sirviera bebidas porque le gustaban mis piernas y pensaba que era guapa y que eso me hizo sentir incómoda. Sé que tenía demasiado miedo de escribir sobre la agresión sexual”.

A la calle. Reade asegura que fue hablar con sus superiores y ser reasignada de imprevisto. Al menos dos becarios de por entonces recuerdan que Reade dejó de supervisarlos de un día para otro.

Reade cuenta que le dieron un mes para buscar otro trabajo. De ahí se mudó a California.

LOS CORROBORADORES

En acusaciones como la de Reade, donde los testigos son solo dos personas, no hay pruebas físicas y la agresión sucedió hace casi 30 años, los medios suelen buscar fuentes que corroboren que la supuesta víctima contó su versión de los hechos en el pasado, especialmente en torno a cuando supuestamente ocurrieron los hechos.

Los seis. En el caso de Reade, existen seis personas que corroboran que les contó la historia en el pasado:

Su hermano, Collin Moulton, dijo a The Washington Post que Reade le contó en 1993 que Biden se comportó de forma inapropiada con ella. Días después de su entrevista, envió un mensaje al Post diciendo que también recordaba que su hermana le contó la agresión a primeros de los 90.

Su madre, Jeanette Altimus, supuestamente llamó al programa del famoso presentador Larry King en el verano de 1993 para hablar de lo sucedido.

En un vídeo del programa que se volvió a publicar la semana pasada, una mujer de San Luis Obispo, California, recuerda que su hija tuvo problemas con un “senador prominente”, pero que no pudo comunicarlos y que tenía miedo de ir a la prensa con ellos: “Decidió no hacerlo por respeto hacia él”.

Altimus falleció en 2016, pero Reade asegura que la de la llamada es su madre, que además estaba viviendo en San Luis Obispo por aquella época. Hay una prueba de residencia que lo demuestra, según The Intercept.

¿Dos amigas? Lo pongo entre interrogantes porque AP, el Post y The New York Times hablaron todos con dos amigas anónimas de Reade que cabe pensar son las dos mismas personas en los tres reportajes.

Ambas/todas dicen recordar que Reade les habló de la agresión. A una, en 1993; y a otra, en 2008, que coincide con el año en el que Biden se presentaba a la vicepresidencia con Obama.

Lynda LaCasse. Es una vecina que vivió en el mismo complejo de apartamentos que Reade en Morro Bay, California, a mediados de los 90. LaCasse recordó la semana pasada en Business Insider que Reade le contó la historia de la agresión visiblemente emocionada y traumatizada.

Lorraine Sanchez. Es una excompañera de trabajo de Reade que también habló con Business Insider. En su entrevista, dijo que entre 1994 y 1996 Reade le contó que su jefe en Washington D.C. la había acosado sexualmente y que la despidieron por quejarse al respecto. No recuerda si mencionó a Biden por nombre.

LA COBERTURA

Pese a que Reade contó por primera vez la agresión a finales de marzo, no fue hasta la semana pasada que su historia de verdad empezó a cobrar un mayor protagonismo en los medios de comunicación.

Por qué. Es cuando The Intercept dio con el vídeo de Larry King y LaCasse y Sanchez dieron sus nombres para corroborar que Reade les contó la historia a mediados de los 90.

¿Mala praxis? El argumento desde la izquierda, en especial desde cabeceras como The Intercept o los canales de YouTube Rising y The Young Turks, es que los medios pasaron de la historia porque no quieren perjudicar a Biden.

Medios como el Post y el Times se hicieron eco de la acusación a mediados de abril después de amarrar hechos y fuentes, pero eso son varias semanas después de que Reade diera su primera entrevista al respecto.

Dean Buquet, editor del Times, explicó en una entrevista por qué su periódico tardó 19 días en contar la historia de Reade.

Da algunos buenos argumentos: querían tener primero fuentes que corroboraran que Reade había contado su versión de los hechos en torno a la misma época en la que sucedieron.

Vanity Fair tiene menos justificación. Los editores de la revista pasaron de comprarle el artículo a Rich McHugh con las dos fuentes nombradas que luego acabaron apareciendo en Business Insider.

Las cadenas de cable CNN y MSNBC han contado la noticia con numerosos artículos en sus webs, pero no han querido entrevistar a Reade en televisión.

Fox News iba a entrevistarla este fin de semana, pero Reade se echó para atrás por cuestiones de seguridad.

La base de las críticas a los medios es que se comportaron de forma diferente durante el proceso de escrutinio del ahora juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh en 2018.

Boom. Durante las audiencias del Senado para confirmarle al puesto, una mujer llamada Christine Blasey Ford le acusó de haberla agredido sexualmente en una fiesta cuando ambos iban al instituto.

La acusación fue un escándalo que sacudió al país y que pronto se convirtió en el nuevo gran examen del #MeToo.

A diferencia de la de Reade, Blasey Ford no contaba con amigos o familiares que dijeran que les contó algo parecido de forma contemporánea, sino únicamente en la última década.

Pero eso no impidió que los medios se hicieran eco de esa y otras dos acusaciones posteriores todavía más difíciles de corroborar.

Según Buquet, el editor del Times, la razón por la que ellos sí cubrieron lo que sucedió con Kavanaugh de forma más inmediata es porque la noticia sucedió al mismo tiempo que el proceso de confirmación de Kavanaugh, mientras que para las elecciones de noviembre todavía quedan meses con los que poder indagar en la historia de Reade.

LA RESPUESTA

Tras semanas de silencio, Biden respondió este pasado viernes a la acusación de Reade en una entrevista en el programa Morning Joe de MSNBC:

“No, no es verdad. Estoy diciendo de forma inequívoca que nunca, jamás ocurrió”.

Lejos de la negativa, la atención la han puesto desde la izquierda pro-Bernie y la derecha pro-Trump en los llamados archivos de la Universidad de Delaware.

Se trata de documentos, discursos, propuestas de ley y otros escritos que Biden dio a la Universidad de Delaware en 2012 y que se harán públicos dos años después de que Biden se retire de la vida pública.

Según Biden, la queja formal estaría en todo caso en los archivos del Senado, no en los que él envió a la Universidad de Delaware, los cuales cree que podrían sacarse de contexto en plena campaña presidencial.

Pero cuando Mika Brzezinski le insistió sobre la posibilidad de buscar el nombre de Reade en esos archivos, y así no tener que sacar a la luz otros documentos que puedan perjudicarle, Biden reculó sin explicarse demasiado bien:

Por cierto, la campaña de Biden ya ha pedido al Senado encontrar la queja formal de Reade y hacerla pública, si es que existe.

LA REPERCUSIÓN POLÍTICA

Las principales consecuencias de la acusación es la forma en la que la están usando desde ambos extremos del espectro político para cargarse a Biden.

La izquierda pro-Bernie acusa a Biden y sus aliados de ser unos hipócritas del #MeToo porque están callados y no apoyan a Reade de la forma en la que sí apoyaron a mujeres que en su momento señalaron a rivales conservadores como Kavanaugh o como Trump.

La derecha pro-Trump está haciendo algo parecido rescatando el caso Kavanaugh, aunque ellos tienen muchos menos argumentos para hacerlo porque siempre han sido muy dados a criticar los llamados excesos del #MeToo y a denostar a las víctimas.

Son dos frentes que tienen mucho que ganar si cae Biden.

Uno, la posibilidad de que Sanders acabe siendo el nominado demócrata.

Otro, que Biden pierda favorabilidad y sea un rival menos temible de cara a noviembre.

¿Desea saber más? En The Lily tienen un análisis de lo que podría pasar si realmente esto significa el fin de Biden como candidato demócrata. Y hablando de Biden, en Newtral hice un vídeo sobre él hace un par de semanas:

???? Tres lecturas relevantes

Silicon Valley: ‘Una carrera por apps de virus que no hacen daño’, por Jennifer Valentino-DeVries, Natasha Singer y Aaron Krolik en The New York Times (en inglés; 12 minutos).

Testeo y rastreo. Esas son las dos claves para contener el virus ahora que los países empiezan la desescalada. Para poder contactar a gente que haya podido estar expuesta al virus, Google, Apple y multitud de otras compañías están trabajando en apps que sirvan a las autoridades para llevar un control más exhaustivo y efectivo de la propagación del virus. Pero las apps también despiertan numerosas preocupaciones. Una, tecnológica, tiene que ver con los posibles fallos de las apps a la hora de detectar con quién ha entrado en contacto con el virus o no. Otra, social, refiere a quiénes van a estar dispuestos a descargar una app de esas características (y a usarla). Y una última, personal y política, tiene que ver con la privacidad. ¿Cuánto voy a dejar que el gobierno sepa sobre mí? El artículo del Times explora esas dudas con numerosas apps que se están desarrollando y probando en todo el mundo. Ojito a la de la India.

Washington D.C.: ‘34 días de pandemia: Dentro de los intentos desesperados de Trump por reabrir Estados Unidos’, por Philip Rucker, Josh Dawsey, Yasmeen Abutaleb, Robert Costa y Lena H. Sun de The Washington Post (en inglés; 32 minutos).

El Post ha hecho un extenso reportaje sobre el periodo entre el que Trump empezó a hablar de ‘La solución no puede ser peor que el problema’ a finales de marzo, de ‘Liberad Michigan’ a mediados de abril y de ‘Reabriendo Estados Unidos De Nuevo’ ahora que es posible que el país se enfrente a más de 100.000 muertes por coronavirus. El equipo del Post ha hablado con más de 80 fuentes que desgranan los continuados errores de una administración que no ha sido capaz de adaptarse a la pandemia. ¿Por qué? Siguen demasiado pendientes de cómo llegar con fuerza a las elecciones de noviembre.

Hollywood: ‘La guerra de la ventana de ‘Trolls’ entre AMC, Cineworld y Universal: Por qué esta tormenta ya está pasando’ por Anthony D'Alessandro en Deadline (en inglés; 7 minutos)

La semana pasada, en Hollywood se armó el cristo porque Universal presumió de cifras con los increíbles resultados que Trolls: World Tour había hecho en su estreno directo en formato digital, saltándose por tanto la ventana de distribución por la que las películas que se estrenan en cines tardan más de tres meses en llegar a vídeo bajo demanda, formato físico y streaming. Los cines pronto estallaron y AMC, la cadena más grande del mundo, amenazó con no volver a proyectar una sola película de Universal en sus cines. D’Alessandro explica por qué ambas partes están condenadas a entenderse en el que es un debate, el de reducir la ventana de distribución, que solo va a hacer que encrudecerse en los próximos años.

???? Quitándole la gracia

Los realities en TikTok están teniendo un éxito brutal. El único inconveniente es que por ahora son solo parodias como la que encabeza este párrafo. ¡Ojalá fueran series con temporadas enteras! Ya he visto varios ejemplos en los últimos meses. El que mejor los hace es Bomanizer:

Os cuento esto porque en TikTok están pensando en estrenar un reality propio, algo que encajaría con lo que ya está funcionando bien en plataformas sociales como Snapchat o de contenido como Quibi, de la que hablé con mi compañero Pablo Moloco en el podcast de hace unas semanas.

Viendo el éxito que tienen parodias como estas y otras tendencias como imitar momentos memorables de las Kardashian, estoy seguro de que en TikTok tienen cifras de sobra como para justificar adentrarse en el género. Ganazas de ver qué piensan hacer.

Y en vídeos e imágenes que os alegrarán el día:

Por fin sé cómo se atan bien unas zapatillas.

No sabía que Doctor Extraño y Wong habían tenido un hijo.

Este vídeo-reacción de gatos ha podido conmigo. Lo que hace con la pata me tiene descojonado.

Una buena explicación de qué le pasa a tu cuerpo cuando tienes anemia.

Qué desconfiados que son los perros.

Esta usuaria que está haciendo teclas de su teclado según lo que le sugieren sus seguidores está bastante curioso.

Uno de esos grandes finales inesperados que te hacen reír.

Un desafío a la altura de este confinamiento. Solo apto para familias con buenas neveras.

Una película digna de Sundance.

Cómo aprender francés con un solo TikTok.

Ese momento en el que te das cuenta de que le acabas de decir ‘Igualmente’ a la camarera después de que te haya dicho ‘Que aproveche’.

Un genial vídeo de los negros del ataúd.

De los mejores TikToks ‘cenicienteros’.

Un gran meme:

???? Un vídeo para ver a famosas darse de hostias

La actriz y doble de Hollywood Zoë Bell publicó este fin de semana un vídeo junto a actrices como Margot Robbie, Florence Pugh, Scarlett Johansson, Zoe Saldana, Drew Barrymore, Rosario Dawson, Cameron Diaz y Halle Berry para darse de hostias desde sus casas. Se han inspirado en este otro vídeo que publicaron numerosos dobles especialistas de Hollywood hace un par de semanas. Si queréis leer más sobre algunas de las referencias del vídeo, he escrito un pelín más al respecto aquí.

???? Y para terminar...

Una recomendación. El pasado jueves, los actores de Parks & Recreation se juntaron para una reunión especial benéfica con motivo del confinamiento y creo que no tendrá problemas en convertirse en uno de los mejores episodios de esta mierda que nos ha tocado vivir. Los que me conocéis sabéis que amo Parks con todas mis fuerzas. Es de sobra la serie que más me ha hecho reír en la vida y todos los personajes tienen un rinconcito guardado en mi corazón. Si no la habéis visto, por favor: hacedlo. En España sé que está difícil de encontrar, pero seguro que alguna alternativa encontráis. Y si ya la habéis visto y tenéis VPN, aquí está el especial en YouTube:

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Hasta la semana que viene.

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