Cuando el régimen nazi ocupó Francia, su intención era expoliar dos tipos de riquezas. Una era el arte, y para la otra creó la figura del weinführer, encargado del "saqueo" en las regiones vinícolas. Confirmaba así el valor que el zumo de las uvas ha ido adquiriendo en los diez mil años que nos separan del primer resto arqueológico hallado en una región de Turquía. Un resto del vino salvado por los resistentes franceses se encuentra hoy en un cuarto con cristales ahumados, a temperatura constante, al que se entra con huella digital en una de las mejores vinotecas del mundo, Lavinia, situada en la milla de oro de Madrid, a donde accedemos en compañía de su director Juan Manuel Bellver, que nos conduce por sus rincones favoritos en los mil metros cuadrados que atesoran más de 25.000 botellas que van de los ocho a los 35.000 euros. Desde el primer resto arqueológico hallado en una región de Turquía hasta una botella que se vende hoy en Madrid por 35.000 euros. Viajamos por la historia del vino junto a Carlos López-Tapia
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