Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Resulta especialmente vergonzoso saber que el ser humano es capaz de ser tan cruel con sus semejantes. Unas veces es por la raza, otras por la religión, la clase social, la tribu a la que perteneces y las mil razones que un grupo esgrime para segregar a otros. Lo triste es que en pleno siglo veinte fuera necesario escribir una guía para que una parte de los ciudadanos norteamericanos no fueran atacados por otra de sus partes. No hay que olvidar que, además, convivían con asiáticos, latinos, nativoamericanos , árabes en menor medida y europeos cuya procedencia también los convertía en “enemigos “ imaginarios de los WASP. Por desgracia fuimos, somos y seremos tan racistas como las circunstancias nos lo impongan y la verdadera trascendencia de la humanidad sólo estará a nuestro alcance cuando superemos esas barreras artificiales que tantas veces nos han convertido en genocidas a lo largo de la Historia y en absolutamente todos los continentes.