Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y elegida una las Siete Nuevas Maravillas del Mundo Moderno, la Gran Muralla China es un icono representativo del Lejano Oriente y el lugar que hoy te proponemos para correr, si quieres acumular kilómetros y te apetece viajar.
Con una longitud de 8.851 kilómetros la Gran Muralla China realiza una sinuosa travesía por las montañas, desiertos y llanuras de la geografía china. Y aunque es muy larga, no es más ancha que una autopista, ya que solo tiene una anchura de 7 u 8 metros y una altura máxima de 14 metros.
En realidad se trata de varias murallas diferentes construidas a lo largo de 2.500 años. Algunas se ramifican, se cruzan o transcurren de forma paralela a otras. Aunque la muralla principal mide esos 8.851 kilómetros, en total los arqueólogos calculan que tiene más de 21.000 kilómetros, aunque actualmente solo se conserva la tercera parte. Afortunadamente, algunos tramos se han restaurado completamente y se ha convertido uno de los destinos turísticos más codiciados por los viajeros.
En la Gran Muralla China puedes entrenar y poner a prueba tu fuerza y resistencia. Es un desafío de suma exigencia, ya que la Muralla tiene reservadas al corredor empinadas subidas, bajadas pronunciadas y miles de escalones de altura y ancho variable. A cambio la imponente construcción ofrece una experiencia inolvidable para el amante del running, con unas vistas únicas y un sabor histórico y milenario, que bien merecen la pena.
La visita a la Muralla suele hacerse desde Pekín. Y los tramos más visitados son: Badaling, Mutianyu, Jinshanling y Simatai.La primera sección, Badaling, está ubicada a menos de 80 kilómetros de Pekín. Fue la primera en abrir sus puertas al turismo en 1957 y en la actualidad continúa recibiendo millones de visitantes. Es la zona más saturada, por lo que no es la más recomendable si lo que quieres es entrenar.
El imponente paisaje montañoso de Mutianyu la convierte en una de las mejores secciones a la hora de visitar la Gran Muralla China. Se encuentra ubicada a menos de 90 kilómetros de Pekín y, aunque es una de las zonas más populares, no tiene un turismo tan masificado como Badaling. Su recorrido cruza por en medio de un bosque, y como atractivos tiene teleférico, un telesilla para acceder a algunas zonas y un tobogán por el que los visitantes pueden deslizarse montaña abajo después de su recorrido por la muralla.
Los otros dos tramos, Simatai y Jinshanling, se encuentran a más de 120 kilómetros, por lo que los turistas apenas los visitan. Sin embargo son las secciones más auténticas, ya que no han sido restauradas y las vistas son espectaculares. Eso sí, son sólo para valientes, pues son las zonas más escarpadas y complicadas para correr debido a las terribles pendientes. Conviene estar seguro de lo que queremos. Porque algunos tramos de Simatai están desmoronados y otros tienen una pendiente del 70 por ciento, por lo que prácticamente solo pueden recorrerse mediante la escalada.
De todas maneras, si has llegado hasta aquí, la subida se puede hacer en teleférico, y el descenso, a través de una tirolina.
El podcast La Gran Muralla China: correr, sufrir y disfrutar ha sido publicado en Maratón Radio
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