Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Yo creo que la muerte es como dormirse, sin sueños, para no despertar. Sencillamente se apaga y termina todo. Quizá sea un destino triste, pero no por eso va a ser menos real. El miedo a la muerte y a lo desconocido, son las grandes bazas para que las castas sacerdotales monten sus mafias de poder. La pereza intelectual, la cobardía física y moral, y la tendencia de las masas a aborregarse en torno a falsos líderes, facilitan estas creencias absurdas. Muy buen programa, una vez mas, Alfonso.
En "La experiencia atea" (programa norteamericano sobre ateísmo, un día hablaron del infierno, en especial, uno de los presentadores se mostraba iracundo. Cuando le preguntaron el porqué, contestó que por el simple hecho de que la persona que llamaba era cristiana. Después de un largo razonamiento logro que la persona al teléfono cayera en cuenta de que apoyaba una religión que pregonaba, (sentenciaba) al conductor a ir al infierno por no pra ticar su misma fe. A lo que la aludida contestó que bueno, si era ateo, pues no creía en el infierno ¿así que qué más daba? A lo que él condu tor arremetió: no lo has entendido, apoyas una creencia que cree que yo merezco un castigo infinito por no creer lo mismo que tú, no importa si es el infierno o una cárcel interplanetaria en Jupiter, me estás deseando lo peor para mantener tu creencia... No puedo creer que no veas el problema con tu religión... Ese programa me tocó y me convirtió en ateo militante hace unas décadas...