¿Qué significa para ti, como mujer, dejar de pedir permiso?
Tal vez lo asocias con hacer lo que tú quieres, con ser rebelde, con ir "por la libre" o con ideas similares a estas.
Yo también lo he asociado muchas veces con eso y, la verdad, en el camino de la vida (no por nada tengo ya 40 años), me he dado cuenta de que dejar de pedir permiso no tiene nada que ver con hacer exactamente lo que se me de la gana todo el tiempo, volándome la barda y yendo por encima de los demás.
Ahora, como la cuarentona respetable que soy, creo que veo el hecho de ser libre con algo mucho más amable conmigo y con los demás: para mí, dejar de pedir permiso es ser libre de tomar mis propias decisiones, las más convenientes y amorosas para conmigo y para quienes me rodean.
Dejar de pedir permiso, también, es un acto de generosidad hacia conmigo misma, hacia quién soy, hacia mis talentos y hacia esta versión ÚNICA que hay de mí en el mundo.
¿Tú, qué idea tienes cuando te digo que dejes de pedir permiso? ¿Con qué lo asocias?
En el episodio del podcast de esta semana, quiero compartirte más profundamente cómo veo yo el hecho de dejar de pedir permiso aplicado a las mujeres actuales: sin ser un acto de rebeldía absoluta, pero tampoco siendo las "princesitas lindas" que sólo saben decir que sí, sin importar si pasan por encima de sí mismas.
¿Qué dices? ¿Te retas a dejar de pedir permiso en los términos más amables y generosos posibles para ti y para tu entorno? Si es así, entonces ve al episodio dando CLIC AQUÍ.
¡Nos escuchamos la próxima semana!
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Te mando un beso tronado y un fuerte abrazo de luz.
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