Todos nosotros fabricamos casas. Remplacemos la palabra «casa» con «carácter» o «alma» y nos daremos cuenta que todos estamos construyendo una vida. Cada compromiso que hacemos, cada amistad que establecemos, cada habilidad que cultivamos o abandonamos, cada promesa que honramos o rompemos, se convierte en parte de nuestra casa, de nuestro carácter. Cuando armamos nuestra vida sin pensar en edificar el carácter, estamos construyendo una casa deforme, amorfa, sin planos, sin terminación final... y Dios no pone recursos en las manos de quien no tiene un plan. Pero si hemos edificado nuestra vida sobre Cristo, podemos tocar fondo y aunque perdamos el aliento, seguiremos respirando, seguiremos en pie en medio de las tormentas.
Comments
dices puras estupideses tu maldito dios no existe .que pruebas tienes.. ninguna solo repites lo que otros hablan maldito parasito solo robas a los idiotas con tus mentiras. si crees en tu dios porque te bacunas y porque bas al medico cuando te enfermas ..acaso tu dios es idiota y no te puede protejer ja ja ja ja ................
Gracias por compartir. En el fondo mi a Dios. Me sostiene como lo ha hecho antes. Gracias por recordarmelo Dante.