El liberalismo viene de la Ilustración por la revolución liberal proclama la libertad con las normas éticas del propio individuo, sin reconocerle autoridad sobrenatural a la Iglesia para enseñar infaliblemente las normas morales, es la libertad absoluta. "Su moral evoluciona en función del consenso de las sociedades".
La idea tradicional es que la libertad es la liberación de las coacciones del mal, es la posibilidad de actuar conforme a las normas objetivas de moralidad, que consisten en obrar conforme a la naturaleza racional que tiene el hombre (naturaleza que no se la ha dado a sí mismo), es obrar de forma racional y humana, comportarse como persona; lo cual requiere los medios que aporta la Iglesia (su autoridad para enseñar de forma segura e infalible esas normas y la gracia para poder cumplirlas siempre). Esta idea tradicional de libertad como liberación de las coacciones del mal es el único fundamento de la responsabilidad, puesto que obrar bien es posible.
La doctrina del Pueblo Soberano o de la Soberanía Nacional es el principio número uno del liberalismo en lo ideológico.
El parlamentarismo es su principio número uno en lo político: sustituye el poder absoluto del monarca por el poder absoluto del parlamento, mucho más intenso y extenso.
La democracia liberal es la democracia absoluta, a diferencia de la democracia tradicional.
La doctrina de la separación de poderes de Locke y de Montesquieu, que sirve para la llegada al poder de los liberales en la primera fase, derribando la monarquía absoluta, quedará eclipsada por el ensanchamiento de ese poder, hasta ocuparlo totalmente en las fases siguientes con la plena imposición del parlamentarismo y del sistema de partidos, sustituyendo el absolutismo monárquico por el absolutismo del partido que tiene la mayoría en el Parlamento y que, desde el Parlamento, controla los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, diferenciados ya sólo de nombre.
Acerca del autor
Alberto Caturelli nació en 1927 en Villa del Arroyito, cerca de la ciudad de Córdoba, República Argentina.
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Córdoba en el año 1949 y doctorado en la misma Universidad en 1953. En la histórica «Casa de Trejo» cumplió una larga carrera docente como profesor, entre los años 1953 y 1993. Es profesor de Historia de la Filosofía Medieval e Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina, a cuya vida institucional estuvo vinculado muchos años.
Recibió el Premio Nacional de Filosofía, provincia de Santa Fe, (1965 a 1970), el Premio Consagración Nacional de Filosofía (1983), el Premio Internacional de Filosofía "Michele F. Sciacca", Italia (1987).
Es Doctor honoris causa de varias universidades (Universidad de Génova, Italia; Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México; Universidad John F. Kennedy y Universidad FASTA, Argentina, entre otras) y miembro de redacción de revistas filosóficas argentinas y extranjeras.
Es miembro honorario de la Pontificia Academia para la Vida. Además de su innegable trayectoria ha tenido participación en la vida cultural de la Iglesia Católica, siendo un ejemplar defensor de la Familia.
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