Esta semana volvemos a hablar de barrios, y de como las gentes que los habitan construyen la ciudad desde abajo, dando respuestas desde lo colectivo a los conflictos que se producen en el entorno urbano, generando una identidad real basada en lo próximo. Es decir, hablamos de barrionalismo.
Nos acompaña en el estudio Luis de la Cruz, autor del libro Barrionalismo, publicado por la Editorial Decordel.
Luis de la Cruz es historiador, bibliotecario y ensayista. Se confiesa un paseante despistado, de los que se pierden. Y a la vez reflexionan sobre el entorno, la ciudad, los barrios... y sobre todo, acerca de los vecinos. ¿Qué pasa detrás de las ventanas? ¿Y en el parque? ¿Y en los descampados? En los extravíos de esos paseos nacen muchos de los textos que nos ofrece Luis en su libro Barrionalismo, en el que reflexiona acerca de como los conflictos articulan la ciudad. No se interesa tanto por el urbanismo y la ordenación con sus fachadas limpias, ni por esos planos tan bonitos que se pintan en el AutoCAD. Lo que verdaderamente le interesa es la ciudad construída desde abajo. La ciudad diversa, la calle, donde pasan cosas constantemente que no puedes preveer y dónde se tejen las relaciones sociales que son las que construyen verdaderamente la ciudad. Ahí está la gente, el conflicto y el espacio urbano como soporte para que ocurra lo colectivo. Es decir, ahí se construye la ciudad desde abajo.
La manera en la que se construyen los barrios hace que lo bueno y lo malo de los barrios vaya junto. El hecho de que el barrio sea una mierda es lo que hace que la gente se una, gestione colectivamente sus conflictos y se genere el orgullo de barrio. El deterioro del entorno, el abandono institucional y la falta de dotaciones y recursos fomenta la aparición del tejido social que pretende transformar el entorno más inmediato para mejorar la vida de los vecinos.
El ejemplo más acabado de Barrionalismo en Madrid sería Vallekas. Este popular barrio del sureste madrileño es una de esas zonas de llegada en aluvión para la inmigración interior de las dos Castillas y Andalucía a mediados del siglo XX. Con estos asentamientos, se hace un uso intensivo de las relaciones para hacer ciudad donde no la había y se construye la ciudad desde abajo. Partidos y sindicatos operan en la clandestinidad y posteriormente surgen fiestas populares como la Batalla Naval, la mitología de Vallekas con el puerto de mar y el símbolo de Vallekas con la VK.
Mientras en el colegio se estudia una historia de las élites, en las calles del barrio se aprende una mitología propia hecha desde abajo que apela directamente al entorno más directo. A ti y a tus vecinos.
En el lado opuesto a lo que estamos hablando está el clasemedianismo, trabajando a fondo la desmemoria de los barrios, la individualización y la despolitización de los conflictos, fundamentalmente en los barrios obreros. Y por si fuéramos pocos, parió la abuela: gentrificación, turistificación y las nuevas construcciones de los PAU's se encargan de plantar cara al barrionalismo en la sociedad postindustrial.
Vente al arrabal.
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Comentarios
Invitas a gente muy interesante. Gracias!!