El asesinato del diputado monárquico José Calvo Sotelo, en la madrugada del 13 de julio de 1936, fue uno de los desencadenantes de la Guerra Civil. El crimen, investigado por diversos autores en las décadas siguientes, se mantiene aún en una zona de sombra, sobre la que José María Zavala arroja luz en su última obra, Los expedientes secretos de la Guerra Civil (Espasa, 2016), una obra que plantea una investigación a fondo sobre las muertes violentas en ambos bandos.
Se había inspeccionado la camioneta número 17 de la Dirección General de Seguridad, a bordo de la cual asesinaron a Calvo Sotelo, disparándole a bocajarro en la nuca. La inspección técnica del vehículo, con capota de lona y asientos transversales de cuero, se inició a las cuatro de la tarde del mismo 13 de julio en la calle del Marqués de la Ensenada, muy cerca del local que tenía asignado el Juzgado de Guardia en el Palacio de Justicia.
Los forenses no pudieron tomar una sola fotografía de la camioneta, como consecuencia de la palpable animadversión y suspicacia que sus pesquisas despertaron enseguida entre los vigilantes. “Ante tales circunstancias de ambiente hostil –advertía el doctor Aznar, en su relato titulado Problemas de la investigación criminal en el asesinato de Calvo Sotelo, publicado en 1956–, con testigos armados, que evidentemente no deseaban que tal investigación se realizara, hube de adoptar, para estudiar las huellas e indicios in situ y recoger los datos que interesaban, una actitud que más revelara la rutina de un trámite judicial que no la significación e importancia técnica de hallazgos en un lugar en el que tan cuidadosamente se había intentado hacer desaparecer cuantas huellas pudieran delatar el crimen y a los criminales”. Pese a todo, se procedió a un minucioso examen del vehículo empleando cuantos medios ópticos consideraron necesarios, entre ellos un microscopio binocular y diversos filtros cromáticos. Para su decepción, comprobaron que el coche había sido lavado minuciosamente, lo cual dificultaba mucho su investigación, ya que el agua disolvía las manchas de sangre, sobre todo si eran recientes, y arrastraba otras huellas o indicios, como partículas de barro y pelos, que podían resultar decisivos para la misión pericial.
Comentarios
Nada justifica una guerra
la culpa es de rajoy
Dirigentes de izquierda, más concretamente del PSOE bolchevizado de Largo Caballero, querían y buscaban la insurrección de la derecha, el asesinato de Calvo Sotelo fue una provocación. Pero la indiferencia y dejación por parte de la II República a restablecer el orden público fue la causa principal de dicha insurrección militar de derechas.
PSOE culpable
En el tenso periodo entre febrero y julio de 1936, protagonizó varios debates en las Cortes en los que pidió al Gobierno que restableciese el orden público, a su juicio totalmente quebrado, reclamando que en caso contrario tal tarea fuera asumida por el Ejército. Estas intervenciones parlamentarias le granjearon una enorme popularidad entre algunos sectores conservadores, pero también mucha oposición en otros. En la madrugada del 13 de julio de 1936 fue detenido en su casa irregularmente por un grupo que incluía a miembros de las fuerzas de seguridad y durante el traslado fue asesinado mediante un tiro a la cabeza. El suceso tuvo un hondo impacto entre la clase media española de la época y polarizó aún más el ya tenso ambiente político que reinaba entonces. Este suceso fue el que provocó que el general Francisco Franco decidiese unirse al golpe de Estado que desde hacía tiempo se preparaba contra la República.[2]? En la dictadura fue honrado como Protomártir de la Cruzada[3]?[4]? o Protomártir del Movimiento Nacional.[5]? Infancia y juventud
ademas ya venia de una dictadura
No hay guerra civil que se entienda ni nada que la justifique
Y el ejemplo de la tan divinizada Pasionaria demuestra su escasa altura moral, tal y como demostró en su ascenso dentro del régimen sovietico, en el que no dudó en usar sus relaciones personales para trepar hasta la cima. Lastima de maquina del tiempo...algunos tendrían que tragarse sus palabras ...
Muy interesante y esclarecedor. El diario de sesiones del congreso ratifica todo lo que se dice en este documental. La izquierda actual debería estudiar este periodo para entender la guerra Civil y toda la situación española hasta el día de hoy. Y no comparto ninguna opción política actual.