Por fin llego agosto…
Que ganas tenía de disfrutar de unos días de descanso, de desconexión, dentro de lo que se puede…
Este año no me he ido lejos, no he salido de mis islas canarias y me fuí a un pueblito pequeño con un encanto especial, en Gran Canaria, donde las prisas y el stress no tiene cabida…
Soy de madrugar, de salir a dar un paseo y disfrutar del silencio, del amanecer y respirar esa brisa que solo hay a primera hora…
Y todos los días que salía, siempre veía a un señor, pescador, que cogía su pequeña barquita y salia a pescar cada día… Pescar siempre me ha llamado la atencion por el hecho de relajarme incluso, pero nunca lo he practicado…
Pero me llamaba la atencion ver que todos los días a la misma hora este señor salía el solo y algún día le vi volver con sus pescados en un cubo.
Una tarde me lo encontré arreglando sus redes, y no pude evitar saludarle y tener una conversación súper interesante con él…
Hablamos sobre pesca, tipos de peces, y otros muchos temas, pero lo que más me gustó fue la conversación que tuvimos cuando le pregunte sobre las horas que le dedicaba a la pesca…
– Pues mire usted, me dijo, yo la verdad es que nunca me levanto antes de las 8:30. Desayuno con mis hijos y mi mujer, acompaño a mi familia al cole y al trabajo, luego voy tranquilamente leyendo el periódico hasta el puerto, donde cojo mi barca para ir a pescar. Estoy una hora u hora y media, como mucho, y vuelvo con los peces que necesito, ni más ni menos. Luego, voy a preparar la comida a casa, y paso la tarde tranquilo, hasta que vienen mis hijos y mi mujer y disfrutamos haciendo juntos los deberes, paseando, jugando. Algunas tardes las paso con mis amigos tocando la guitarra.
– Me asombro la verdad, y no pude evitar que surgiera mi vena emprendedora, ¿Entonces me dice que en sólo una hora ha pescado todos estos peces? ¡Entonces usted es un pescador extraordinario! le dije ¿Ha pensado en dedicar más horas al día a la pesca?
– ¿Para qué?
– Pues porque si invierte más tiempo en pescar, 8 horas, por ejemplo, usted tendría 8 veces más capturas, y ¡así generarías más dinero…
– ¿Para qué? me dijo de nuevo.
– Pues con más dinero usted podría reinvertir en una barca más grande, o incluso contratar a pescadores para que salgan a faenar con usted, y así tener más capturas.
– ¿Para qué?
– Yo estaba en plena acción, desarrollando el plan de negocio y no podía parar… Pues con este incremento de facturación, ¡su beneficio neto sería seguro la bomba! Su cash flow sería le permitiría llegar a tener una pequeña flota de barcos sin financiarse externamente, y así, hacer crecer una empresa de pesqueros que le harían a usted muy muy rico.
– ¿Para qué?, me dijo de nuevo con una medio sonrisa que me descolocó.
– ¿Pero no lo entiende? cuanto tenga este pequeño imperio de pesca, usted sólo se tendría que preocupar de gestionarlo todo. Usted tendría todo el tiempo del mundo, para hacer lo que le venga en gana. No tendría que madrugar nunca más, podría desayunar cada día con su familia, podría acompañar a los niños al cole, jugar con ellos por la tarde, tocar la guitarra con sus amigos…”
Su última respuesta y sus últimas palabras fueron «¿y no tengo ya todo esto?»…
¿Una última frase aplastante verdad?
Bueno no puedo atribuirme el merito de esta historia, es una fabula muy conocida, muy popular, un cuento para explicar o dar una visión de que no siempre tenemos que buscar la felicidad en forma de dinero o materializar nuestros objetivos de negocio en mas y mas activos, empleados y generar más dinero.
Una visión que puede levantar algún que otro pero y algún debate interesante, pero que yo, como emprendedor, como dueño de mi propia empresa estoy totalmente de acuerdo.
Y no es que sea conformista, ni tampoco es que no quiera crecer, ni hacer mi empresa mas escalable… para nada…
Lo que no quiero es perder la realidad, ni perderme en objetivos económicos que impliquen perder el foco, dejar de hacer lo que me gusta, perder calidad de vida, por acumular ceros en el banco.
Por supuesto que todos queremos más dinero, y que los que tenemos un proyecto que genera una actividad económica, queremos hacer de él, un negocio sostenible y escalable, y eso es muy sano, correcto y recomendable incluso, pero nunca, al menos yo, quiero confundirlo con una ambición que rompa con otros objetivos que para mi son prioritarios y que más allá de generar beneficio, hacer crecer mi empresa, ser dueño de ella y de lo que pasa… quiero seguir teniendo el contacto en lo que hago, en disfrutar de ello, y de otros placeres en la vida, que equilibran y dan sentido a lo que haces…
En fin un episodio para reflexionar, un capítulo diferente para estos días de verano que espero estés disfrutando.
Me encantará ver tu opinión y hablar de ello por cualquier vía que me estés escuchando.
Gracias por estar al otro lado, por escucharme en Ivoox, Itunes, Spotify…
Y recuerda que no cerramos en agosto y sigues teniendo todos los cursos disponibles dentro de la academia, y no paramos de meter contenido, resolver dudas y aportar todo el valor posible, así que no lo dudes y…
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Un abrazo
Comentarios
Esta historia la conocia hace tiempo, pero la has contado de un modo genial.... y me ha gustado volver a escucharla, muy bien adaptada a lo que son los negocios.... llevas toda la razón del mundo.... yo aveces me pregunto ¿ para qué ....? y me ayuda muchísimo en mi dia a dia
Un consejo: mejora la calidad del audio
Y tú, cuántos peces necesitas?
Me acabo de suscribir a tu podcast, alguna web donde ver tus contenidos? Saludos y buena semana