David Lynch es uno de los autores de culto más apreciado, es también, uno de los menos comprendidos.
El esfuerzo de David Lynch por conferir a sus películas de un hálito de transcendencia no se corresponde con las lecturas que de estas se hacen habitualmente más enmarcadas dentro del marco psicoanalítico. No es difícil reconocer en sus trabajos los signos de unos personajes fragmentados por crisis interiores a las que no saben responder, laberintos de ansiedades y angustias cuyos intentos de solución se acaban siempre declinando por el lado oscuro y no por el luminoso. Su pasión por las narrativas disruptivas no hace más que subrayar estados propios de la psicosis o la esquizofrenia. No es de extrañar pues que su pretensión de transcendencia espiritual se vea disuelta en lecturas psicoanalíticas más que en lecturas de pasajes inter dimensionales en los que, teóricamente, los personajes tienen la oportunidad de enfrentar sus propias luchas con su lado oscuro y superarlas transcendiendo a otros estados superiores del alma.
Sus películas constituyen un intento tan desesperado por parte de Lynch como las luchas de sus personajes por unificar en un nuevo planteamiento, a todas luces imposible, materias tan diversas y antagonistas como la América contemporánea con las más antiguas tradiciones espirituales, especialmente las hindús, las ideas de la teosofía de Madam Blavatsky, el psicoanálisis freudiano y la estética de las chicas pin-up y las revistas de moda más clásica. Sin olvidar, su particularísima lectura del funcionamiento de la física cuántica a partir de la cuál ha consagrado su vida a esparcir la palabra, como un apóstol al uso, de la Organización Global de la Paz Mundial a través de su ya conocidísima “técnica” de la Meditación Transcendental, (último movimiento de moda en Hollywood), a la que se dedica desde 1973, dos años antes de que Cabeza Borradora viera la luz.
El mundo, tal como lo entendemos, no existe, la realidad no es más que una ilusión, una Maya bajo cuya ilusión existimos. Nuestra falta de consciencia sobre la existencia de otras dimensiones no evita que seres de otras dimensiones, o incluso otras almas, puedan entrar en nuestro mundo, encontrarse con nosotros o incluso habitar nuestros cuerpos. Al puro estilo de la enfermedad mental, nuestras vidas están habitadas por seres malignos y terroríficos, que al mismo tiempo que son otros son nosotros, que nos llevan a cometer los actos más básicos atados al sexo y la violencia extremos completamente ajenos al control de nuestra voluntad. Un demiurgo, siempre incomprensible para nosotros, controla los hilos, al menos, controla más hilos de los que nosotros somos capaces ni siquiera de ver. Esos demiurgos son hombres de otras dimensiones con proporciones muy diferentes a las nuestras, vaqueros, u hombres misteriosos que nos hablan por teléfono estando delante de nosotros. Ellos saben lo que nosotros no conseguimos entender, pero intuimos aterrorizados.
Las puertas entre estas dimensiones existen y en el universo Lynch se representan con frecuencia como agujeros. Una caja azul que al abrirse “convoca” una suerte de agujero negro que nos traslada a otra realidad o el agujero de una oreja que se encuentra en medio de un prado. El sueño, por supuesto, no es más que un paso a otra dimensión. Porque el sueño es la garantía de que habitamos una Maya hindú. Somos soñadores soñados. Existen espacios intermedios donde todos los personajes de todas esas dimensiones se encuentran. Son habitaciones rojas o teatros, porque representar lo representado, poner al personaje en un actuar es desvelarnos nuestra propia realidad como soñadores soñados.
No importa la narración porque no es una narración de este mundo, los trabajos de Lynch se pretenden ventanas a esa verdad iluminada que solo a través de la Meditación Transcendental podríamos alcanzar y que el nos regala en un acto de ilimitada generosidad con la esperanza de que nos hagamos conscientes de que la vida es una experiencia dolorosa, traumática y dominada por demiurgos muy superiores en la que el acoso de nuestro lado oscuro es infatigable.
NOTA: en IVOOX encontraréis una parte de audio y video extra para los suscriptores del canal.
Pepa Llausás
Comentarios
Hola soy el nuevo,aún no de pago,cuando cambie el mes. Buenos argumentos,muy,muy,muy repetidos,en algún momento,se hace pesado,por la reiteración. Queda más ameno,si dejas hablar al invitado,como sueles hacer. un 5.
Sobre el punto de vista de los Cohen sobre la vida, creo que su vision es que no hay sentido, el absurdo!. En eso no serian muy distintos a Lynch, creo!.
Enhorabuena por la valentía de tu exposición. Muchos sospechábamos que el rey estaba desnudo. Te recomiendo un libro del filósofo español Gustavo Bueno 'El mito de la cultura' donde se explican fenómenos como el endiosamiento de personajes como Linch. Gran podcast, sigue en esta línea.
Muy buen podcast. Me ha encantado escucharos a ti y a Martín (menos) sobre este personaje egoísta e idolatra (normal que nadie quiera trabajar con él). Twin Picks no me enganchó porque vi todo el "pescao vendido", y a raíz del análisis de este podcast no tengo grandes motivaciones para ver más Linch. Me gustaría algún audio en el que desarrollárais más los símbolos de Kubric (sobre todo su opinión de la escena en la que el niño entra en la habitación con un jersey del apollo XI, el dibujo de la moqueta etc) Entiendo que es un tema un poco farragoso estando en el aniversario de la llegada a la luna. Hay algo que sí comparto con Linch y que igual también nos quiere transmitir Kubric: lo que nos quieren vender como real puede que no sea tan cierto. Gracias por leerme.
Muchas gracias, Pepa. No sabes la tranquilidad que me deja el haber escuchado tu programa. Siempre tuve la sensación de que Lynch me estaba estafando pero era una sensación imprecisa, no lograba acotarla. Y cualquiera soltaba eso en la cafetería de la facultad. Ahora veo las cosas más claras. Fíjate cómo será que de Carretera Perdida salí tan cabreada que prometí no volver a ver una película suya. Caso lo consigo. Gracias otra vez.
Olé tu coño. Me ha encantado el repaso q le has hecho a este cantamañanas. Un abrazo
gran Programa Pepa! Felicidades!!
Hola! Me ha encantado el programa, le metes mucha caña al genio de Missoula pero bien justificada, y te lo dice un fan cabeza rapada de Lynch. Buen trabajo!
Hola Pepa!!! muchas gracias como siempre un gustazo oirte. Acabo de ver Magnolia y pensé que sería genial que la comentaras y nos cuentes qué te parece el cine de Paul Thomas Anderson.
Como siempre genial! . Gracias !!