Con un “cacerolazo” madres, hermanas y esposas de personas desaparecidas en México protestaron el jueves frente a la Fiscalía General de la República, FGR. Exigieron a las autoridades no dividir a las víctimas como “de primera y de segunda.”
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Decenas de integrantes del colectivo Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros desaparecidos cuestionaron el doble rasero del gobierno mexicano para abordar los casos de víctimas de la violencia en México.
Con fotos y carteles de sus seres queridos desaparecidos a lo largo y ancho del país, colocados frente a la Fiscalía” las mujeres golpearon cacerolas para hacerse escuchar y finalmente ser atendidas afuera del edificio porque, les dijeron, no había espacio en las oficinas de gobierno.
Las madres, esposas y hermanas reprocharon que mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió en una audiencia privada a la familia mexicana-estadounidense Lebaron que perdió a 9 miembros en un ataque armado, ellas, como otros miles de mexicanos, llevan años luchando y peleándose con autoridades de todos los niveles para que se busque a sus desaparecidos.
A Fabiola, se le hincharon las manos por golpear con toda su fuerza las cacerolas. Ella llego desde Xalapa, Veracruz, a denunciar la falta de avances en la búsqueda de su hijo, desaparecido hace 6 años cuando salió a reunirse con amigos.
Dice que su hijo Argenis, de entonces de 20 años de edad, desapareció en un tiempo en que la policía de Veracruz realizaba operativos donde “levantaba” jóvenes.
Fabiola se integró en 2015 a las búsquedas de desaparecidos en fosas en un país donde se han encontrado más de 3 mil cementerios clandestinos. Pero también exige se asignen recursos para buscarlos en vida. Asegura que su lucha por localizar a su hijo ha provocado dolor en su familia por sus ausencias.
Fabiola dice que el sábado 7 de diciembre su hijo cumpliría 26 años. Para no pasarse llorando todo el día por su perdida tomara un taller de procesos forense.
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Sandra Yazmín Luna Campos, busca a su esposo Juan Serafín Hernández un policía federal desaparecido cuando fue enviado a Pachuca, Hidalgo el 13 de marzo del 2018. Ella dice que la falta de su esposo ha impactado mucho a la familia y que sus 3 hijas piden en esta temporada decembrina el regreso de su padre como regalo. Sandra Yazmin dice que desde la desaparición de Juan Serafín odia la vida porque no puede estar más con él.
Sandra explico que desde que desapareció su esposo su familia perdió su cobertura médica. Asimismo, denunció la ineficacia de la fiscalía para avanzar en los casos de desaparición.
La joven madre denuncio también discriminación porque el gobierno de prioridad y recursos para investigar crímenes como el ocurrido a la adinerada familia Lebaron que forman parte de una comunidad mormona de origen estadounidense asentada en Chihuahua.
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El hijo de Herminia Castañeda Domínguez, Jorge Ulises Grijalba Castañeda, desapareció con 4 compañeros de trabajo el 15 de enero del 2012, en Coahuila. En ese estado norteño hay al menos 2 mil desaparecidos.
Castañeda Domínguez dice que son las familias quienes aportan información a la fiscalía para avanzan los casos de sus desaparecidos.
La madre reitera que la protesta de las familias también fue para solicitar recursos para buscar a sus seres queridos en vida y no solo en fosas.
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Beatriz Torres Zuleta, busca a su hijo Manuel Amante Torres quien desapareció en Autlán de Navarro, Jalisco, el 29 de diciembre del 2016 cuando fue levantado por un comando armado. Asegura que su ausencia ha dejado una familia destruida. Torres dice que su búsqueda no ha sido nada fácil porque se siente como muerta en vida.
El jueves después del encuentro entre funcionarios con el colectivo de familiares la FGR acepto atraer 13 casos de desaparición ocurridos en varios estados e incorporar a las familias al Registro Nacional de Víctimas, además de acelerar las investigaciones en los casos ya registrados a nivel federal.
Foto:Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos
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