En Noviembre de 1919, la revista literaria United Amateur publicó por primera vez uno de los relatos más singulares del maestro Howard Philips Lovecraft. Ajeno a las habituales encarnaciones del horror cósmico, nuestro relato de hoy, nos traslada al onírico viaje de Basil Elton guardafaro de North Point, a través de un oceano de terribles y fabulosos descubrimientos. El prodigioso país de Yann descrito por Lor Dunsany, La antigua ciudad de Carcosa caracterizada por Ambrose Bierce; la envidiada Sarnath, La desconocida Ulthar, la sumergida Ri-lie o Ilrem la ciudad de los pilares, donde se esconden los prohibidos secretos del desierto; son sólo algunos de los ejemplos que marcaron el afán del maestro Lovecraft por las maravillosas ciudades del ensueño, cuyos puertos visitaremos esta noche, a bordo de El Barco BlancoY si bien no podemos considerar que el maestro atienda su particular afición por los terrores arcanos, El Barco Blanco es uno de los textos que mejor reflejan las fuentes de las que se nutrió su literatura onírica.
Desde su mas tierna infancia, Lovecraft devoraría en la biblioteca de los Philips, los textos e ilustraciones mitologicas que irían acomodando algunos de los pilares de su posterior cosmogonía, en la que los hombres y sus vanales esperanzas, nada pueden hacer frente a la infinita indiferencia cosmica y el poder incomprensible del caos reptante. La afición de Lovecraft por las leyendas de antiguas metropolis olvidadas y por las historia en las que los secretos de estos dioses se ocultan por toda la eternidad a nuestros ojos se reflejaríá ampliamente en textos posteriores, como la maldición que cayó sobre Sarnath, "La Búsqueda Onírica De La Desconocida Kadath" o la terrible ciudad sumergida de Rilie, mencionada de este modo en "La Llamada de Cthulhu":
"...llegaron a un litoral de lodo, fango y ciclópea mampostería que no podía ser otra cosa que la sustancia tangible del terror supremo de la tierra: la ciudad cadavérica y de pesadilla de R'lyeh, construida hacia incontables eones por repugnantes figuras que procedian de las estrellas sin luz. Allí yacían el Gran Cthulhu y sus hordas, ocultos bajo bóvedas cubiertas de fango verdoso; enviando de nuevo, tras incalculables ciclos temporales, aquellos pensamientos que extendían el miedo por los sueños de los más sensibles, a la vez que apremiaban a sus fieles a lanzarse en pos de un peregrinaje por su liberación y la restauración de su imperio en la tierra..."
Asi pues, No lo duden amigos, si creen como nosotros que en su fosa septica habita un ser inmemorial de repugnante e ilimitado poder, y tratan desesperadamente de librarse de su pesadillesca presencia escribannos a noviembrenocturno@gmail.com y les enviaremos a nuestro grupo de especialistas en primigenios, para que den fe de su eminente presencia.
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Comentarios
Ojalá el barco blanco llegara a mi vista, me iría sin pensarlo y haría las cosas mejor.
¡De los mejores relatos, gracias!
Bienvenidos a la eternidad.
hacéis magia
Gracias por hacernos soñar. Realmente he navegado en el barco blanco... Enhorabuena una vez más.
me encantó
inception Me habéis llegado a la patata ahí
Muchas gracias Láudano. Cada vez que me siento decaída, escucho este relato del maestro H.P Lovecraft, y en seguida me doy cuenta que hemos de ser felices de la vida en la que estamos, y dejar de soñar con las columnas de basalto.
excelente relato, me fascina. La llamada de cthulhu por favor. un saludo desde argentina.
A la mitad del relato se puede escuchar la maravillosa melodía de Hans Zimmer 'Time', ideal para esa parte del relato.