Holaaaa Sin vergüenzas!
Bienvenidos a otro episodio de ¡Sin Vergüenzas!, todos son muy especiales pero el de hoy un poquito más. Si no me conoces, soy Raúl Martín Autor del libro “Vida ¡dame problemas!” y te invito a que me sigas en mi cuenta de instagram @raulmartínmoreno
Te cuento: hace un año empecé con esta “locura” del podcast para contar mi experiencia y experiencias similares y así inspirar a las personas. Normalmente los temas tabúes y el miedo al juicio hace que nos dé vergüenza hablar de temas que forman parte, ni más ni menos, que de una cosa que se llama “vida”. Contraté a Óscar Feito (que ya le tuvimos en otro episodio) para que me enseñara a hacer esto de los podcast. Esto me ayudó muchísimo por toda la parte técnica pero no daba con la tecla para ponerle “mi salsa”.
La clave la descubrí escuchando un podcast, donde si no (hay que consumir lo que vendes), en este caso uno de Álex Fidalgo que se llama “Lo que tú digas”, podcast que, por supuesto te recomiendo. Escuchando muchos de los invitados que traía tiré un muro para mí que era “la gente famosa también hace podcast” Gracias a esto me atreví a escribir al Doctor Martín-Loeches (al salir en su podcast tenía la certeza de que estaba abierto a ello). Si me hubiera salido mal, seguramente hubiera vuelto a mi creencia anterior pero, por suerte, tuve una respuesta positiva. Esto me hizo venirme arriba y pensar en grande.
Por supuesto, en este programa hay personas de todo tipo y no han tenido que hacer nada especial para estar aquí, solo tener una historia interesante o inspiradora y que hablen “sin vergüenzas”.
Empiezo a escribir a personas sin miedos de si será famoso, me dirá que sí o me dirá que no…
Con algunos (como el caso de hoy) me he llevado una gratísima sorpresa y con otros alguna que otra decepción. Pero me quedo con estos, con las sorpresas. Así que gracias Álex porque sin tu inspiración no hubiera sido posible.
En el año 95, con apenas 10 años, escuchaba un grupo que me hacía mucha gracia pero que con esa inocencia no tenía ni idea de lo que decían. Lo cantaban los mayores. Teníais que ver las caras de la gente al escuchar a un niño de 10 años Alzheimer o coprofagia. De mayor he seguido escuchándolos y aunque me he alegado un poco de su línea, siguen pareciéndome espectaculares. El grupo es Def Con Dos y su líder es nuestro invitado de hoy.
César Strawberry, antes de dar su “descripción oficial” es un tipo que a los ojos entrenados de un humano medio sería un perroflauta, calvo, con perilla, lleno de tatuajes y una perilla que le llega hasta el pecho. Sin embargo es de las personas más cultas que he conocido. Tiene la carrera de bellas artes, ha escrito varias novelas y precisamente toda esta cultura hace que, los que quieren destruirle desde el poder acusándole de “delito de odio” y “enaltecimiento del terrorismo” (que no es moco de pavo) se las han dado con un muro porque no es tan gilipollas como pensaban por su aspecto. Aún así, lo fácil es echarte a un lado y cuidar de tu salud. Pero si algo nos enseña César es a luchar por lo que es tuyo, a luchar por tí, a que si tú quieres algo ni nada ni nadie te puede frenar. Ni siquiera esto. Te puede gustar más, menos, estás más o menos de acuerdo con sus ideas políticas (de hecho yo no lo estoy) pero si le escuchas con la mente abierta descubrirás a una persona luchando por lo suyo y siendo ejemplo e inspiración para muchos otros y para mí es un honor que nos de esta clase y cumpliendo con la única regla: contarlo “sin vergüenzas”
Cómo decía, César, es el lider y cantante de Def Con Dos y Strawberry hardcore, escritor y él mismo se define como “activista por la libertad de expresión”.
Hemos hablado de leyes, de política de la constitución, de manipulación de cloacas… pero sobre todo de odio y miedo. Unas emociones tan humanas que, a veces, pueden utilizarse en nuestra contra.
Gracias que hay tipos como tú, César, que como nos dices en una de tus canciones algunas veces pecamos de ser “demasiado humanos”.
Instagram: @cesar_strawberry
Instagram: @raulmartinmoreno
Comentarios
puedes ser una persona con principios, ser muy culto y amar la libertad de expresión, pero todo en la vida tiene un límite. ese límite está cuando cruzas la puerta del dolor de un padre, madre, hijo, o amigos de alguien que ha muerto injustamente o de otra persona, aunque represente algo en lo que no estás de acuerdo. el ser humano tiene algo de cruel, que va intrínseco en su naturaleza, pero es necesario luchar contra esa perversión.