Con el nivel de alerta 4 grado 2 las academias de baile deben permanecer cerradas, al no ser consideradas actividades esenciales. Los establecimientos incluidos en este sector en Ubrique han tenido que cerrar sus puertas, coincidiendo precisamente con el mismo periodo del decreto de estado de alarma, hace ya un año. La situación es diferente, en marzo de 2020 el confinamiento paralizó el país y dejó el curso finiquitado para las academias de baile, ahora la causa ha sido la elevada tasa de covid que sostiene la localidad al superar los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes y se ha conseguido completar el mes de marzo. Las consecuencias no obstante, han sido las mismas. El cierre de un sector que se incluye, según la Junta, en el epígrafe de instalaciones deportivas convencionales y no convencionales, junto a los gimnasios.
Para Virginia Domínguez de la Academia de Baile Virginia Domínguez, «lo primero es la salud», por lo que «si se tiene que cerrar se cierra». En este momento «es lo que toca y se afronta con mucha responsabilidad y ganas de volver» con su alumnado al que reconoce ya echa de menos. De momento la incertidumbre que genera la evolución de los contagios en Ubrique impide conocer cuando se retomaría la actividad, aunque desde la Academia de Baile Virginia Domínguez se confía en regresar antes de que termine el curso.
Si bien se consideran dentro del ámbito de «instalaciones deportivas», las academias de baile desempeñan labores de enseñanza en el marco de la danza, sin embargo al contrario por ejemplo que las academias de inglés deben permanecer cerradas.
Asimismo, las características de estos centros, que trabajan en muchos casos coincidiendo con el curso escolar, de septiembre a junio, merma aún más si cabe las economías de sus negocios, al no trabajar los 12 meses del año. «Como autónomos tenemos que afrontar unos gastos, (alquiler, corrientes, impuestos)», que sin trabajar se hace difícil, «lo tenemos complicado». A pesar de todo el mensaje es optimista, «si somos responsables lo conseguiremos».
Para Virginia Domínguez un ejemplo de esa responsabilidad son sus alumnos, que desde que iniciaban en septiembre el curso asimilaban las medidas higiénicos sanitarias establecidas, «los niños han aprendido muy rápido» y a pesar del temor inicial de las familias, durante todo este tiempo se ha trabajado sin tener ningún caso en el centro. El esfuerzo inicial, fue considerable, «el triple», nos asegura Virginia Domínguez, ya que además de acondicionar los espacios de las instalaciones de la calle Julio Romero a los aforos y coordinar los grupos, se ha reforzado la desinfección y limpieza. El patio interior de la Academia les ha permitido además, trabajar al aire libre cuando ha sido posible.
Al igual que el año pasado, en este curso tampoco se contará con el espectáculo de fin de curso que tanta expectación genera entre las familias. Para suplirlo se ha trabajado en este tiempo la celebración de días o eventos señalados, con distintos montajes fotográficos y audiovisuales, gracias a la colaboración del fotógrafo ubriqueño Manuel Canto.
Virginia Domínguez, responsable de la Academia de Baile.
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