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Comentarios
No predicamos en el desierto hermano mio, el Creador hace que llegue el agua de vida aún a los lugares mas insospechados, nos utiliza, que no somos nada en comparación con Él, pero el ve el corazón y somos preciosos a sus ojos. Somos carne y sangre, como bien experimentó Nuestro Señor, por lo cual sabe cuán difícil calzar nuestra piel y lo que sentimos, no solo por conocimiento como divino, sino por experimentación y cercanía a los hijos de los hombres. Desagradecidos somos los humanos, y no deberíamos serlo por lo que se nos ha dado, y por lo que nos espera. Gracias a Dios por todo, y por permitirte servirle para deleite, de pocos o muchos no importa, ayudar a un solo pecador, aunque sea uno solo, cubre multitud de pecados. Ahí estas tú, que sea por muchos años.